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Expresiones

Marta San Miguel viaja en la memoria del mundo equino

La autora publica 'Antes del salto', su más reciente libro, un repaso literario por temas como la amistad, el amor materno y la identidad

Juan Carlos Talavera | 09-04-2024
“Aprendí el significado del miedo, de la pérdida, del valor y la alegría —que son palabras grandilocuentes— al lado de un caballo”, Marta San Miguel, escritora. Foto: Cortesía Miriam Mora
“Aprendí el significado del miedo, de la pérdida, del valor y la alegría —que son palabras grandilocuentes— al lado de un caballo”, Marta San Miguel, escritora. Foto: Cortesía Miriam Mora

Los viajes, la identidad, la memoria, la amistad de los equinos y el amor materno son algunos de los temas que la escritora española Marta San Miguel (Santander, 1981) explora en Antes de salto, su más reciente novela, en la que se interna en las inseguridades del ser humano al momento de cambiar de residencia a un país con una lengua distinta.

Este libro parte de una experiencia autobiográfica que intenta comprender por qué establecí (en su infancia) un vínculo amistoso con un caballo —llamado Quessant—, porque francamente tuve una relación de amistad con él, que es difícil de explicar.

Yo nunca he tenido un perro o gato, pero por familiares y amigas sé que cuando éstos mueren les han provocado un dolor tan inmenso como si hubiera fallecido un humano cercano”, dice a Excélsior la autora.

Pese a todo, lamenta que aún hoy no sea bien visto que alguien establezca un vínculo emocional con un animal que no habla, que no envía mensajes por WhatsApp ni puede acompañarnos al cine.

Yo aprendí el significado del miedo, de la pérdida, del valor y la alegría —que son palabras grandilocuentes y abstractas que escuchaba a los adultos— al lado de un caballo. Y cuando estaba con él no es que sintiera que podía ser más de lo que era o que podía ser una persona distinta”, comenta.

ESTÁN RELEGADOS

Para Marta San Miguel, el ser humano ha reducido la presencia del caballo al ámbito del deporte y a los paseos, “cuando la realidad es que el vínculo que tiene con el ser humano es algo antropológico, dado que hemos evolucionado como sociedad gracias al caballo.

El caballo nos ayudó a construir nuestras primeras casas, a labrar nuestra tierra en la que cultivamos la comida, que luego nos alimentó, que nos hizo viajeros, nos llevó a descubrir más allá de lo que conocíamos.

También nos dio la oportunidad de viajar con seguridad, nos acompañó a la guerra, y nos llevó más lejos y más alto de lo que nunca habíamos pensado, hasta que la tecnología sustituyó su fuerza”, explica.

En ese momento, explica, el caballo fue relegado a un segundo plano “y la relación que se establece con ellos hoy es de cierta condescendencia, pese a que son animales de una gran nobleza”, señala.

 Pero Antes del salto no es sólo un relato sobre caballos, sino el viaje que emprende una escritora, con su familia, que le servirá para apreciar lo esencial de la vida, mientras registra y critica el aumento del turismo simple, lo cual ha provocado el agotamiento de muchas ciudades.

El libro parte de un viaje a Lisboa, que es un resorte narrativo fantástico, donde la ciudad es un protagonista más de la novela, es una corriente subterránea, porque la protagonista y su familia se van a vivir a esa ciudad absolutamente tomada por el turismo. Entonces, ¿en quién te conviertes cuando vas a vivir a una ciudad en la que ya no quedan casi ciudadanos locales, sino que estás sólo conviviendo con turistas?

Y agrega: “Yo no estoy de acuerdo en que viajar nos haga mejores personas. Creo que se ha extendido la idea de que todos tenemos derecho a viajar, y así es, pero no tenemos derecho a ocupar los espacios sin pensar en quienes viven allí, y mucho menos sin pensar en quienes vendrán después”.

 

cva

 

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