'La Naranja mecánica' de Stanley Kubrick llega al teatro

CIUDAD DE MÉXICO

Del bar blanco sale Alex, el líder de una de las bandas mas violentas del barrio, “los drugos”, famosos por practicar la ultra violencia, usar sustancias prohibidas y abusar del sexo.

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El grupo de adolescentes viste de negro con un sombrero, y Alex usa una pestaña postiza en un ojo.  Se divierten golpeando borrachos en la calle, violando mujeres o robando casas hasta que la policía aprende a Alex y lo mete a prisión. Dentro de la cárcel hay un “método Ludovico” experimental para tratar casos de presos violentos y reincidentes, acepta participar con el riesgo que implica ser sometido a drogas, música y escenas alucinantes de violencia.

“La naranja mecánica” es un clásico del cine de los setentas del conocido director Stanley Kubrick, que por primera vez se presenta en el teatro en México.

Alex es interpretado por Leo De Luglio.

La esencia de Naranja Mecánica siempre fue la violencia que se vive en los tiempos en que el escritor hizo la novela en épocas de guerra. Creo que no hay forma de hacerla sin que sea muy violenta y fuerte, hay muchos golpes, escenas fuertes de una violación y hasta tenemos un suicidio.  De mi lado con un compromiso y mucho respeto con estos temas, pero desde el punto de vista teatral estamos haciendo algo que es ficticio. Nadie se lastima ni se hace daño, todo esta muy ensayado y cuidado”, dijo.

Retrata a un Alex que apenas va a cumplir 18 años, pero es vigilado por sus acciones violentas:

Tenemos que encontrar a un Alex al principio muy firme con sus decisiones delictivas, muy contento y seguro con lo que está haciendo. Pero también tenemos que marcar el quiebre del personaje que le sucede después de que le aplican el método que lo transforma en un ser muy vulnerable y frágil ante cualquier destello de violencia. Para mi fue importante marcar el liderazgo al principio, la fuerza física y mirada penetrante. El que veas en el escenario a una persona que puede quitarte la vida, pero después te sorprende cuando todos se vengan, después que el gobierno le aplica un método que le lava el cerebro. Entonces llora y sufre, ante todo, y se vuelve la victima de esta obra”.

Con la música de la novena sinfonía de Beethoven de fondo, vemos escenas de violencia constante en la que los drugos suben y bajan de andamios en el escenario:

Hay bastante desgaste físico porque esos andamios son muy pesados, tienen muchas trabas que son complicadas de poner o quitar, para que no se muevan. Tenemos que estar muy atentos con todo, al principio sufrimos muchos golpes porque esas escaleras son complicadas de subir. Me he golpeado mucho y Flor que es la actriz, sufre también muchos golpes, aunque ya lo estamos midiendo más. La idea es que sea una suerte de coreografía y que nadie salga lastimado, porque se requiere de mucha intensidad, velocidad y ritmo”

La obra de “La naranja mecánica” es reconocida por el vestuario  de los personajes, uso de sombreros, maquillaje y pestaña postiza de Alex:

 La pestaña fue un tema que debatimos mucho con el director, yo la quería usar porque es algo icónico del personaje. Pero también entendemos que fue algo que se aprecio mucho en la película porque el cine tiene la posibilidad de hacer un zoom- in al ojo del personaje, pero en el teatro eso no se puede hacer. Entonces en el escenario era un elemento que no se iba a poder distinguir en las filas de atrás, además de que era complicado ponerlo y sacarlo de una escena a otra. Entonces decidimos no usarlo, de todos modos, propuse un maquillaje bajo el ojo como un delineado negro que da la impresión de que traigo algo obscuro y solo lo hago de un solo lado”

Es una obra que tiene música en algunas partes para enfatizar escenas fuertes, actuada por Leo De Luglio, Carlos Fonseca, Erik Diaz, Alfredo Gatica, Kevin Holt, Antonio  Alcántara, Florencia De Blov y Solkin Ruz. Se presenta en el Teatro Wilberto Cantón (José María Velasco 59 en San José Insurgentes) de jueves a domingo, boletos desde $450. Pesos

Recomendada para jóvenes a partir de 16 años y adultos interesados en ver una de las historias más reconocidas de Stanley Kubrick llevada al teatro con un montaje muy bien logrado. importante mencionar que tiene escenas fuertes para el público sensible pero tratadas de forma artística.     

***MJPR***