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Expresiones

Gabriela Couturier hurga en el exilio galo en su nueva novela

La migración de los franceses pobres que llegaron a Veracruz en el siglo XIX es abordada por Gabriela Couturier

Virginia Bautista | 11-08-2019
Foto: Especial
Foto: Especial

CIUDAD DE MÉXICO.

La historia de una pequeña migración: la de los franceses pobres que llegaron a Veracruz durante los años 30, 40 y 50 del siglo XIX. ¿Qué sucedió con ellos? Esta inquietud motivó la novela Siempre un destierro (Océano), de la mexicana Gabriela Couturier, quien decidió hurgar en el origen y el pasado de su familia.

Tras una investigación de siete años y la lectura de las pocas cartas que se llegaron a enviar, allende las montañas y el mar, la narradora dio vida a una novela sobre la identidad, el exilio, el desarraigo, el amor, las ilusiones perdidas y la persistencia de la memoria.

Más que su historia puntual, quise entender cómo cambiaron ellos, por qué estuvieron dispuestos a abandonarlo todo en aras de mejorar su vida. Debe haber motivos muy fuertes, no sólo el hambre que sufrieron. Ellos debieron tener algo que los hizo más capaces y atrevidos. Es fácil identificarte con alguien tan valiente”, comenta en entrevista.

La egresada de Relaciones Internacionales por El Colegio de México explica que esta migración es poco conocida y muy singular. “Dejaron un país más desarrollado para instalarse en un lugar agreste, aislado, poco comunicado, en medio de la Sierra Madre Oriental. Llegaron sin nada, a sembrar caña y vainilla. Aprendieron a cultivar el maíz y a soportar el clima tropical y las enfermedades. Los totonacas los ayudaron”.

Destaca que la migración es un tema universal. “Sigue sucediendo. Pero ahora es al revés, la gente se va del campo a las ciudades, de los países pobres a los ricos. Lo que se mantiene es ese tener que justificarte como extranjero, enfrentar el rechazo, volver a aprender todo de nuevo, siempre el desarraigo”.

La maestra en Administración por la Universidad de Harvard confiesa que el concepto de raíces fue central cuando estaba escribiendo esta historia. “Te arrancan de un lugar para ver si puedes florecer en otro, pero no es seguro que sobrevivas física y anímicamente”.

Desentrañó la vida de su bisabuelo Ernest –“el soldado que amó a tres mujeres y perdió tres futuros”– y de la hermana de éste, Franceline, quienes decidieron viajar a México. Leyó sus cartas y sus apuntes de viaje, y analizó sus fotografías. Esto la condujo de Veracruz a los pueblos saboyardos en medio de los Alpes y a una campaña militar en Argelia y Túnez.

Fueron cinco hermanos, hijos de Amandine y Simon-Claude, el médico prodigioso que curaba hasta la rabia. La alquimia, practicada antes de la medicina, fue central en la historia de mi familia. Lo que sucedió es que creció más que sus tierras y sus vacas y padecieron hambre. Los descendientes de quienes vinieron a México fueron más numerosos y prósperos”, señala.

La cuentista y ensayista aclara que varios de los acontecimientos que describe son reales, las muertes, las traiciones, los viajes, las bodas, los amores. “Pero los personajes son ficticios, así los diseñé, aunque su historia está basada en mi familia. Creé tres personajes, cada uno con su propia voz. Quise hacer una especie de polifonía, más que una larga zaga.

Además, investigué mucho para no caer en anacronismos o errores. Quise entender la geografía donde vivieron en Francia, hice varias visitas a esas tierras. Entendí que se confeccionaban su propia ropa y calzado, y lo que significaba para ellos cocinar y comer lo que cultivaban”, agrega.

 

 

Tras “el viaje” que significó escribir su segunda novela, la primera fue Esa otra orfandad (2016), indica que ahora se siente más cercana a sus ancestros franceses. “Soy más parte de ellos. Fíjate que es hasta mi generación que nos interesamos en conocer mejor y entender nuestro pasado. Por ejemplo, a mi mamá no le preocupa. Ella se sabe francesa, nunca dudó ni se cuestionó. Yo sé que soy mexicana, pero algo me faltaba comprender sobre mi identidad, desconocía mi origen, de dónde vengo. Ahora puedo decir: Aquí llegamos, aquí estamos”.

Couturier presentará Siempre un destierro en Puebla, el próximo 7 de septiembre, y posteriormente en Monterrey.

Y adelanta que ya empezó a escribir una nueva novela, pero que aborda un tema totalmente diferente. “Quise poner distancia, relajarme. Ahora incursionaré en la ciencia ficción. Preparo una distopía que sucede en un futuro no lejano”, concluye.

 

cva

 

 

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