El cuentista Roberto Abad desafía al lector con su libro ‘El hombre crucigrama’

Un libro que apuesta por el riesgo, que busca “generar un lector que se atreva a entender el silencio, a asimilar el vacío y a dialogar con el lenguaje de una manera distinta”. Así define el escritor Roberto Abad (1988) su volumen de microrrelatos El hombre crucigrama (UNAM).

Me interesa que se ilumine ese espacio en el que la escritura no sólo sea un pretexto para tratar lo bello, sino también lo denso, lo complejo, la enfermedad”, afirma el narrador en entrevista sobre este título que combina la microficción, la resolución de acertijos y la exploración de paradojas.

El hombre crucigrama apuesta por desvincular al libro de su esencia más conocida, que es la de ser un objeto de gozo. Esto nos lleva a pensar desde dónde miramos al libro. Hay que verlo cada vez de forma más extraña, más atípica. Para que nos lleve a experiencias nuevas”, comenta.

El libro trata de darle un valor a la incertidumbre. Me interesa la emoción del silencio, que está muy presente. Pero también está la reflexión de aquello que dejamos vacío por elección. La tarea del lector es fundamental para complementar cada historia”, agrega.

Abad explica que el protagonista es un escritor involuntario, desahuciado, que elige una misión antes de morir. “Su último deseo es escribir un crucigrama. Decide hacerle caso a su voz. Es una misión absurda, pero la enfermedad puede ser un lugar para la creatividad.

Es un hombre solitario, melancólico, de paradojas; esto acompaña al proceso iniciático de la escritura. Cada tanto, él va explicando las reglas; pero éstas no son las del juego que conocemos y, al mismo tiempo, crea cruces que generan tensión”, detalla el cuentista.

Al inicio del libro hay un crucigrama en blanco. En lo alto de cada texto, se muestran las casillas vacías de las letras que le corresponden al título. El autor propone que los lectores resuelvan la incógnita de cada relato, a partir de las pistas que ofrecen en sus páginas. Las respuestas aparecen al final, en el índice.

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Más allá que el crucigrama habitara en el libro como un complemento, un artilugio, quería que funcionara como un crucigrama real. Es uno distinto, que le permite al lector conocer otras posibilidades. Como dar un sentido al silencio de las casillas.

Aunque el lector le ponga un título incorrecto al cuento, lo está resignificando y, para mí, eso fue una revelación. El error es algo positivo, porque te lleva a lugares que no conocías, a momentos que no hubieras podido explorar si no hubieras tropezado”, añade.

El autor de los libros Orquesta primitiva (2015) y Cuando las luces aparezcan (2020), con el que obtuvo el XI Premio Nacional de Narrativa Ramón López Velarde en 2018, destaca la estructura literaria de la obra.

Me permitió mucha libertad. Hubo varias versiones del libro. Mi obsesión llegó a tal grado que tuve que reelaborar el crucigrama siete veces. Cada vez que cambiaba un título, tenía que modificar toda la estructura. Pensé que no iba a salir bien librado.

Los relatos constituían una suerte de transición. El libro comienza siendo más juguetón y lúdico y termina siendo melancólico, un tanto oscuro y más reflexivo. Eso me gustó”, dice sobre
el volumen ilustrado por Kenia Cano.

Para Abad, este título significa un cuestionamiento sobre el cuento. “Es un género que leo, que practico, que trato de analizar, pensar en sus tradiciones. Me interesa mucho la microficción. Desde hace siglos, en las dinastías chinas, ya estaban las bases que hoy reconocemos.

La microficción tiene mucho qué dar. Sin embargo, creo que ha quedado rezagada o limitada a unas cuantas formas que confunden. En el cuestionamiento del canon está encontrar posibilidades. Me interesan las diversas caras del género”, concluye.

El hombre crucigrama se presentará hoy en la Feria Internacional del Libro de la Universidad de Guanajuato (FILUG), a las 17:00 horas, en el Patio Jesuita de esa casa de estudios; así como el 20 de abril, a las 14:00 horas, en la Fiesta del Libro y la Rosa de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sede Cuernavaca, en el Museo Universitario de Arte Indígena Contemporáneo.

cva