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Expresiones

Chava Flores hizo letras cómicas de las tragedias

Detrás de las canciones de Pichicuás, El retrato de Manuela y Los pulques de Apan hay historias dolorosas

ana laura jaso | 15-01-2020
 Chava Flores fue un gran observador; hizo caricaturas de los personajes del barrio y se convirtió en cronista urbano del Distrito Federal. Foto: Archivo
Chava Flores fue un gran observador; hizo caricaturas de los personajes del barrio y se convirtió en cronista urbano del Distrito Federal. Foto: Archivo

CIUDAD DE MÉXICO.

Durante toda su vida, Chava Flores fue un gran observador de los detalles y las circunstancias que ocurrían a su alrededor. Narraba las cosas con una gracia especial, cuenta su hija María Eugenia Flores Durand, quien se ha dedicado a preservar la memoria de su padre, el gran cronista urbano del otrora Distrito Federal.

Muchas de las letras de las canciones que escribió surgieron de hechos trágicos que el autor decidió contar de manera festiva.

Gustavo Alvite Martínez, especialista en cultura urbana popular, asegura que Chava Flores logró transmitir el espíritu del barrio a sus creaciones, ya que como buen mexicano, hacía chistes de las situaciones más dramáticas y se reía hasta de la muerte.

Sus canciones son, en su mayoría, muy alegres porque Chava Flores era un gran creativo. Hacía caricaturas de personajes reales y los mostraba en sus letras.

Hay varios casos que son llamativos y que Chava Flores narró en su libro Relatos de mi barrio. Por ejemplo, en la canción Pichicuás, cuenta los juegos de canicas al salir de la escuela, las apuestas de los distintos tipos de canicas: las agüitas, bombochas y ojos de tigre que los chamacos guardaban en las bolsas del pantalón”, comenta Alvite Martínez.

En su libro, Chava Flores cuenta que tenía un amigo, Raúl Mercado, a quien apodaban Pichicuás. Todos los días al salir de la escuela iban a un terreno baldío a jugar canicas.

Pichicuás vivía lejos y tomaba un tranvía que pasaba esporádicamente. Cada vez que se escuchaba la campana anunciando la llegada del transporte, Raúl tomaba sus canicas y corría para subirse al tranvía; pero un día el
vehículo no frenó, lo atropelló y el joven murió. Como homenaje, Chava Flores le escribió una canción: Pichicuás.

Hay otras piezas que narran verdaderas tragedias, pero Chava Flores les dio la vuelta y contó historias jocosas, es el caso de Peso sobre peso, que muchos conocen como La Bartola, Los Pulques de Apan o El Retrato de Manuela”, dijo el especialista en cultura urbana popular.

La Bartola es la historia de una pareja de alcohólicos que viven juntos sin estar casados. Ella lo cuidó a él hasta el día de su muerte. El hombre le daba dinero y bromeaba con ella diciéndole que tenía que alcanzarle para la renta, el teléfono, la luz, el gasto, la sirvienta y además, para tomar un trago.

Chava Flores dejó testimonio de las historias que ocurrieron detrás de sus canciones.

En Los pulques de Apan hace la crónica de la infidelidad que vivió  Osofronio, el dueño de la pulquería, que se casó con Lola, una mujer muy guapa y muy coqueta.

Un día Osofronio salió de trabajar y encontró a Lola con Gumaro, el carnicero, quien era su amante. Osofronio los asesinó a balazos.

Mientras que en El retrato de Manuela, Chava Flores cuenta la historia de una asistente doméstica y un albañil –Manuela y Fidel– que son novios y piensan casarse e irse a vivir lejos.

Un día, el señor de la casa donde trabaja Manuela –apodado por Chava Flores como el general Marcial Tres Guerras– le pide a su mucama que le dé un masaje en los hombros, se aprovecha de ella y la viola.

La muchacha araña y golpea a su agresor el general la amenaza con que no diga a nadie lo ocurrido. Manuela termina su noviazgo con Fidel, se vuelve taciturna y un día le confiesa lo sucedido a una de sus vecinas, quien lo grita a los cuatro vientos.

La esposa del general, doña Julia, se entera del ataque y le dice a Manuela que puede seguir trabajando sin que el hecho afecte la relación entre ellas.

Fidel se entera de lo sucedido y le propone a Manuela que se case con él. Ella le dice que está embarazada y Fidel insiste en que se casen para ser el padre del hijo del general.

Y esas son sólo algunas de las historias que Chava Flores tomó como pretexto para crear canciones, haciendo de la tragedia una situación chusca y tapar con carcajadas las lágrimas.

Los personajes de sus canciones fueron sus vecinos, gente con la que convivió. En algunos casos les puso apodos, en otros les dejó sus nombres de pila. Los mismos personajes transitan en varias canciones. Por ejemplo, es recurrente el nombre de Trinidad, porque así se llamaban la madre de Chava Flores y una de sus hermanas; la mujer del general también aparece en La Tertulia”, dijo Alvite.

 

 

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