Bordar y reparar la pérdida; Jazmín Barrera presenta su más reciente libro

CIUDAD DE MÉXICO.

Una crónica de viaje que hilvana fragmentos sobre violencia, feminicidio, feminismo y bordado. Ese es el eje de Punto de cruz, el más reciente libro de la escritora Jazmín Barrera, publicado por la editorial Almadía.

Hace más o menos tres años empecé a escribir este libro, que es la historia de tres amigas (Mila, Dalia y Citlali) que tienen como base mis experiencias y recuerdos de adolescencia, construido a partir de diarios, cartas y correos de aquella época en que me di cuenta lo importante que había sido el bordado para mí y para mis amigas”, expresó en entrevista.

Decidí regresar a un primer ensayo, lo reescribí y pensé que sería el epílogo sobre la historia de las amigas y así surgió este libro-colcha que
es Punto de cruz.

El volumen incluye referencias literarias, desde J. K. Rowling hasta Charles Dickens y Elena Garro. “La abundante cantidad de citas tiene que ver con varias cosas. Primero, con que el relato se ubica en la adolescencia de los personajes.

Y, por el otro lado, la protagonista del libro, Mila, es escritora y, desde su adolescencia, la literatura está presente.

Otro detalle del relato es que brota una relación cercana entre la literatura y el bordado, como cuando menciona al Diccionario de símbolos, de Jeam Chevalier y Alain Gheerbrant, que habla sobre el vínculo entre el bordado y el movimiento del universo en la tradición islámica.

Las referencias al bordado, al tejido y al hilado en literatura existen desde tiempos inmemoriales. Por ejemplo, mitos y relatos griegos están llenos de dichas referencias, como en el caso de Las Parcas, Ariadne, Penélope y Helena de Troya, o en los cuentos de hadas europeos”.

Sin embargo, señala que la relación más importante está entre el bordado y el feminismo: “Hubo una época en que parte de la educación canónica de las mujeres tenía que ver con el bordado y con el tejido. En particular, a partir del siglo XIX, esto estaba ligado a la idea de la feminidad. Y a finales del siglo XIX y principios del XX, el feminismo ha recuperado esas herramientas”.

Ha sido muy importante para el feminismo reivindicar las labores que tradicionalmente llevaron a cabo las mujeres, como el bordado, la costura, el trabajo doméstico, lo cual ha sido menospreciado y no remunerado, pero ha sido fundamental que el feminismo les devuelva su justo valor y eso lo comparto y lo aprecio mucho”, concluyó.

cva

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