Serie de fotos: basura, fortuna de algunos

CIUDAD DE méxico, 30 de julio.- Para los pepenadores un basurero es un paraíso que siempre tiene algo que ofrecerles, ya sea pet, cartón, papel, fierros, joyas, juguetes o electrónicos, todos estos listos para la venta y regateo en algún tianguis.

Fascinado por la estética de la basura, el fotógrafo Pablo Casacuevas se lanzó a los tiraderos de Ciudad Victoria, Tamaulipas, para iniciar Tu basura es mi fortuna, serie de retratos en los que se ven a los pepenadores con objetos encontrados en su día a día.

En entrevista con Garuyo, el artista contó algunas historias de las personas que trabajan en los basureros, así como la forma en que creó esta serie que hoy se exhibe en el Centro de la Imagen, dentro de la XVI Bienal de Fotografía.

¿Cuánto tiempo pasaste en los basureros?

Al primero fui siete días, durante un mes. Y al segundo fui tres días seguidos. Iba al amanecer y al atardecer primordialmente. Pasaba unas siete horas al día entre mañana y tarde.

Cuéntanos un poco sobre tu acercamiento con los pepenadores, ¿fue fácil?

En un inicio había desconfianza, no entendían el propósito no lucrativo de mi actividad. Y a casi ninguno les gustaba que los fotografiara. Después, el principal motivo por el que dejaban tomarse una foto era porque yo les daba 10 pesos al retratarlos con un “tesoro” o porque les regalaba sus fotos impresas.

Con la insistencia que lo que me interesaba era el objeto y no ellos, les decía cada vez que les tomaba una fotografía “Pueden voltearse si prefieren”.

Tú que estuviste con ellos, ¿cómo es el día a día de la gente que trabaja en los basureros?

Hay algunos que viven ahí, en casas hechas con la misma basura. Los demás van a trabajar todos los días y/o noches. Hay otros que van sólo unos días a la semana por alimento para sus cerdos. Y otros van ocasionalmente a buscar ropa o a trabajar, teniendo una entrada económica secundaria.

¿Cuáles son los objetos qué más encuentran? ¿Después qué hacen con ellos?

Es como en una ciudad, los más trabajadores acarrean todo el tiempo lo que más “deja” (pet, cartón, papel, fierros). Hay otros que buscan objetos con valor para vendérselos a los tianguistas o las joyerías (ropa, juguetes, electrónicos, muebles, adornos, joyas). Y hay algunos que vagan y sueñan con encontrar una maleta llena de joyas o dinero.

Hay personas que les venden comida y refrescos. Y hay quienes le compran ahí mismo lo que recolectan y seleccionan. También encuentran mucha comida recién caducada o ya más rancia.

¿En alguna ocasión encontraste también un objeto que fuera tu fortuna?

Mi fortuna claramente eran las fotos. Aunque tengo cositas que me regalaron ellos. Y otras que les compré muy baratas, como una grabadora de audio, un afinador de guitarra, una linterna, unas joyas.

Hay un objeto que lamento no haber aceptado que es el cuadro que sale en una de las fotos, era bastante bueno, pero se veía mejor en su casa hecha de basura, aunque no tomé en cuenta que ahí hasta las mismas casas son efímeras. Regresé un mes después y ya no estaba la casa, pregunté por el cuadro y no sabían dónde estaba. Ahora lo extraño, aunque la foto me gusta más que el cuadro solo.

¿Nos podrías contar sobre algunas de las historias que forman parte del proyecto?

En el basurero de Ciudad Victoria hay un señor que le pusieron “Bon Ice”, cuando les pregunté por qué, me contaron que había llegado vendiendo bon-ices, y que cuando vio que podía ganar más dinero ahí, regaló los hielos de sabores y se quedó a vivir ahí.

El jefe de pepenadores de Tampico-Madero-Altamira, le llaman “Chino”, él fue huérfano criado en el basurero. Ahora los protege y se encarga de las negociaciones. Lo aprecian mucho.

En Ciudad Victoria me dijeron que una pareja madura encontró una maleta con unos 70 mil pesos o más. Que se fueron más de un año y luego volvieron.

Otra historia fue la de una empresa de seguridad que, no se sabe cómo, se les fue una bolsa con dinero a la basura. Luego, la ubicaron justo cuando un tractor la rompía y arrastraba a la orilla sobre una montaña de basura, donde todos los billetes volaron y fueron tomados por los pepenadores.