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Pandeo en la Línea 12 del Metro no se detectó en 2019: Jesús Esteva

El estudio, solicitado por el STC Metro, fue realizado para evaluar las columnas, no las vigas, aseguran

Jonás López | 09-09-2021
El informe final entregado el lunes pasado por DNV muestra que en diciembre de 2019 ya había deformación de las vigas. Foto: Especial
El informe final entregado el lunes pasado por DNV muestra que en diciembre de 2019 ya había deformación de las vigas. Foto: Especial

 

CIUDAD DE MÉXICO. El Gobierno de la Ciudad de México no detectó la deformación de 7.23 centímetros que en diciembre de 2019 captó un estudio solicitado por el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro en una de las vigas de acero de la Línea 12 que a la postre colapsaría y se desplomaría el 3 de mayo pasado.

El STC, dirigido entonces por Florencia Serranía, realizó una inspección para verificar la verticalidad y asentamientos de las columnas del viaducto elevado, incluyendo el tramo Olivos-Tezonco, conocido como la Zona Cero.

Sin embargo, como el estudio no estaba dirigido a verificar el estado de las vigas sino de las columnas, la deflexión, o pandeo, no fue detectada, de acuerdo con la Secretaría de Obras.

Fue hasta que la empresa de origen noruego DNV reinterpretó los datos arrojados en tal estudio, como parte de la investigación para detectar las causas del colapso, cuando se calculó que la pieza metálica ya presentaba en diciembre de 2019 una deformación de 7.23 centímetros, de acuerdo con la Sobse.

Al respecto, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, descartó falta de mantenimiento y dijo que el informe de DNV es categórico. Acto seguido leyó un fragmento: “Los resultados de los análisis indicaron que el colapso ocurrió como resultado del pandeo de las Vigas Norte y Sur, facilitada por la falta de pernos funcionales en una longitud significativa, lo que causó que parte del tramo elevado perdiera su estructura compuesta”.

Jesús Esteva, secretario de Obras, agregó que la deformación estaba por debajo de los parámetros que permite el Reglamento de Construcciones de la Ciudad de México, que indica que para un claro de 30 metros de longitud la deflexión máxima es de 13 centímetros.

A DNV se le proporcionaron todos los datos y elementos que teníamos en nuestro poder para que hicieran la investigación; entre ellos, unos vuelos de dron que tenían que ver con una inspección de las columnas y, también, con establecer un mecanismo de seguimiento de las columnas, sobre todo de la verticalidad de los asentamientos.

Entonces, esa información DNV la procesa y determina que tiene 7.23 centímetros de deflexión en el 2019, a partir de estos vuelos que se hacen; sin embargo, el Reglamento de Construcciones del Distrito Federal, para un claro de 30 metros, contempla que una deflexión pudiera llegar a, como deflexión máxima, hasta 13 centímetros. Entonces, dentro del rango de las deflexiones que marca el reglamento, estaría la que está observando DNV; esto es importante mencionarlo”, dijo Esteva.

El martes Gabriel Regino, abogado defensor de 15 exfuncionarios de Proyecto Metro, aseveró que los datos arrojados en esos vuelos de dron eran suficientes para tomar medidas y evitar la tragedia en donde murieron 26 personas y más de 100 resultaron heridas.

Sin embargo, Esteva consideró que la deformación no era posible detectarla a simple vista.

El propio Colegio de Ingenieros Civiles, cuando hace la inspección del resto de los tramos, dice que a simple vista no se detectan deformaciones que pudieran implicar un grado A, que ya es de riesgo”, dijo.

 

cva

 

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