CIUDAD DE MÉXICO
Para el conductor del Metro que se accidentó en Tacubaya, el tren número 33 no mostraba ninguna falla hasta que llegó a la señal 10, un tramo cerca de la estación observatorio.
Ahí, uno de los seis carros motrices, uno de los que toman la corriente y tienen tracción propia, dejó de funcionar.
El chofer dice que intentó tener comunicación con PCC para avisar, sin embargo, no logró la comunicación.
El conductor asegura que apagándose a los protocolos del manual intentó mover el tren utilizando otras tres modalidades de conducción, hasta que logró ponerse en contacto con la operadora e informarle lo que ocurría.
Según él llegando a la estación Observatorio ya se encontraban dos conductores y una inspectora, ella le pidió que bajara y hablara directamente con la operadora desde el teléfono que se encuentra en la estación.
El conductor explicó lo que ocurría con su tren, mientras los otros dos conductores ingresaron a la cabina.
Cuando colgó el teléfono sus compañeros le explicaron que su tren se estaba deslizando hacia atrás, él corrió a la cabina, activó el freno de mano, pero asegura que no funcionó.
El tren aumentó su velocidad sobre una pendiente de 7 grados y se impactó contra el otro tren.
Según el dictamen presentado ayer por la fiscalía de la Ciudad de México, el conductor falló también al no estacionar el tren y poner calzas sobre cada vagón. Sin embargo, el conductor dice que el propio manual recomienda no estacionar un tren en una pendiente mayor a un grado.
Dice que a pesar de que ayer la fiscalía lo responsabilizó por los hechos, ni siquiera lo habían citado a declarar.
- Con información de Jafet Tirado
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