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App la salvó de secuestro en la CDMX; ¿ya la descargaste?

Vanessa caminaba en calles de la capital cuando notó una presencia sospechosa; como contaba con la aplicación 'WeHelp!', envió una alerta para avisar que se encontraba en peligro 

Actitud Fem / Fotografia: Cuartoscuro | 07-02-2019
Hombre misterioso la seguía en la CDMX y app la salvó del peligro

CIUDAD DE MÉXICO. 

A veces quisiéramos que a ola de violencia sólo fuese un mal sueño. 

En las últimas semanas, mujeres de la Ciudad de México han estado vulnerables ante varios tipos de agresión. Se han registrado múltiples casos de secuestro en los alrededores del Sistema de Transporte Colectivo Metro, incluso se han realizado mapas para identificar zonas de mayor riesgo. 

Ante la poca reacción del gobierno y las autoridades, las mujeres han tenido que encontrar todas las formas posibles de evitar ser secuestradas o, peor aún, ser asesinadas. 

Tal es el caso de Vanessa, una mujer que se encontraba caminando en una de las calles de la Ciudad de México mientras era perseguida por un hombre de lentes y gorra. La víctima, que contaba con la aplicación "WeHelp!", envió una alerta para avisar que se encontraba en peligro. 

 

Imagen intermedia

 

Un hombre, cuyo nombre es Bastian Ramírez, abrió la aplicación por curiosidad para ver si podía ayudar a alguien que se encontrara en peligro. Al ver la alerta de Vanessa, Ramírez se dirigió inmediatamente a la ubicación y descubrió que, efectivamente, un hombre se encontraba acosándola. A través de su perfil en Facebook, explicó los hechos. 

"No soy de hacer este tipo de publicaciones. Pero por pura curiosidad instalé una app que te avisa si alguna persona está en peligro. El chiste es que yo vivo en Av Láctea y sonó mi celular. Era la app pidiendo que ayudara a una persona que estaba en peligro, la chava se llamaba Vanessa", señaló. 

El usuario en Facebook aseguró que fue corriendo al lugar y encontró a la mujer con cara de mortificación. 

"Cuando fui corriendo a la ubicación, dicho y echo. Vi a una chava que venía con una cara de miedo y atrás de ella un señor con lentes y gorra. Lo único que pensé fue en desbloquear mi celular y cuando ella estaba cerca de mi le enseñe la app".

Ramírez explicó que la saludó como si fuera su novia para que el comportamiento se viera normal; el atacante cambió de rumbo en cuanto vio que Vanessa dejó de estar sola. 

A su vez, el hombre que rescató a Vanessa, recomendó a mujeres y hombres descargar dicha aplicación en caso de una situación de riesgo o peligro, ya que alguien podría salvarte o en cualquier momento podrías ayudar a alguien. 

 

 

En tiempos tan difíciles como los actuales, es importante que entre todos nos echemos la mano. Difunde esta información para que existan mayores posibilidades de encontrar ayuda a través de la app, un desarollo mexicano que ya existe desde hace tiempo, pero que, hasta ahora, tenemos un testimonio tangible de sus resultados. 

Puedes encontrarla para Android o iOS y su funcionamiento es muy sencillo e intuitivo. Sólo tienes que registrarte, permitir que la app tenga acceso a tu ubicación, agregar contactos de confianza y ¡Listo! Puedes elegir si ser un usuario ayudante para recibir alertas en caso de que alguien esté en peligro. 

Si sientes que estás en una situación de riesgo, abre la app y pulsa el botón de pánico. Una alerta se enviará a los usuarios que estén cerca de tu ubicación.

¿Ya la instalaste?

CIUDAD DE MÉXICO. 

Surgen las historias, se desgranan.

En Metro no porque secuestran, en taxi no porque asaltan, caminando no porque te acosan, en bici no porque te atropellan: qué perro miedo ser mujer y andar sola en esta ciudad, en este país, en este mundo.

Esta mañana abordé un Cabify muy temprano para ir a mi trabajo como lo hago todos los días.

El auto llegó 15 minutos antes de mi reservación y me marcó por teléfono para avisarme que me esperaba en la entrada de mi casa, era un coche blanco. El conductor se llamaba Julián Resendiz.

Cuando me subí me confirmó mi nombre y mi lugar de destino para iniciar el viaje. Todo bien hasta ahí.

Eran las 5:15 de la mañana y noté que no siguió la ruta que le marcaba Google Maps sobre Avenida Chapultepec y dio vuelta en Cuauhtémoc.

No dije nada porque también es posible llegar al sur de la ciudad por ese camino, pero unas calles adelante me percaté que el teléfono estaba bloqueado y Julián lo había puesto sobre el asiento del copiloto.

Me asusté. 

Como una medida básica de protección llamé a un amigo para avisarle que ya estaba a unos minutos de llegar a mi trabajo y le informé exactamente cuál era mi ubicación.

Él aún estaba dormido y no sabía lo que estaba pasando, por lo que me regresó la llamada inmediatamente para que le diera más detalles hasta que llegara a mi trabajo.

Al colgar, le pedí al conductor que siguiera la ruta indicada porque ya la había cambiado sin preguntarme.

"Ya sé a dónde vamos, no necesito ver el mapa", me contestó.

Habían pasado menos de 5 minutos de mi viaje, la actitud del conductor y su respuesta me parecieron muy extrañas.

Pensé en bajarme en ese momento, pero eran las 5:20 de la mañana y consideré que sería muy arriesgado bajarme a mitad de una avenida que se encontraba casi vacía y completamente oscura.

Me asusté más.

Le pedí que pusiera su teléfono en un lugar visible para corroborar su ubicación con la mía y lo encendió, pero no para poner el navegador, abrió Whats App y escribió un par de palabras en un chat.

El semáforo estaba en rojo y al ver lo que sucedía le dije que terminara mi viaje en el metro División del Norte (que era el más cercano), pero su respuesta fue negativa: 

“Si desconfía del servicio, puede bajarse en ese momento del auto y pedir otro Cabify”.

No lo pensé dos veces y me bajé. Empecé a caminar con dirección hacia el metro y me di cuenta que el auto se quedó parado.

Qué estúpida. Me puse una falda un poco corta. No pude evitar sentirme culpable por vestirme así y quizá, de alguna forma, provocar esto. Sé que no, pero sé que sí.

Caminé lo más rápido que pude, pero aún faltaban varias calles para llegar al metro al que el conductor de Cabify sabía que necesitaba ir. 

Terminé por pedir un Uber y por suerte no tardó mucho en llegar.

El nuevo conductor me tranquilizó y me animó a denunciar lo ocurrido, señalándome la forma como proceden las quejas en esta empresa de transporte privado.

Llegando a la oficina, lo primero que hice fue levantar el reporte en la app, pero solo me fue posible redactar brevemente lo ocurrido.

¿Exageré? ¿Soy la única? ¿Servirá de algo mi reporte?

Parece que no:

 

 

Amigos de @Cabify_Mexico quiero hacer una seria denuncia por acoso de uno de sus conductores. ¿Cómo procedo?

— Maresa Guillén (@_maresa) 3 de agosto de 2018

 

 

 

Es la tercera vez soy acosada por un conductor de @Cabify_Mexico, no saben el miedo y coraje que da que se den esas libertades. Y sí, es ACOSO, las cosas por su nombre. pic.twitter.com/ukPF3f9kcb

— Villavieja▪️ (@alinevnva) 7 de mayo de 2018

 

 

@Cabify_Mexico que se hace cuando un chófer hace uso de los datos personales de manera incorrecta? Donde reporto? #acoso

— SOY huachidiseño (@soy_diseno) 9 de mayo de 2018

 

 

Lo cierto es que hay un protocolo que seguir y el conductor no solo no lo respetó sino que me hizo sentir incómoda y sí, de cierta forma acosada e intimidada.

Qué perro miedo ser mujer y andar sola en esta ciudad, en este país, en este mundo.

 

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