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Alonso Monroy 33680 @almonroyconesa
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Hay quienes piensan que la victoria de Francia en el Mundial es la victoria de los migrantes de todo el mundo. Para muchos, lo que lograron los jóvenes franceses representa la victoria de la diversidad ante el rechazo por lo diferente. Es la victoria de la pasión por encima de las diferencias políticas, étnicas, religiosas y geográficas. Es la victoria de la inclusión sobre los prejuicios, es el triunfo de la integración humana ante este mundo globalizado. Para muchos, la victoria de esta Francia africana es la victoria de la entrega, el esfuerzo, el trabajo y el coraje por encima de la raza. Es la victoria que trasciende sin hacer distinción por el color de la piel. 

Los hechos señalan que más del 70% de esta tribu francesa que ahora es campeona del mundo tiene un historial estrechamente vinculado con la migración. Son 15 los jugadores que tienen ascendencia africana y 7 los que tienen orígenes musulmán. Samuel Umtiti nació en Camerún. Paul Pogba es hijo de padres de Guinea. Kylian Mbappé tiene madre algerina y padre camerunés. La madre de Blaise Matuidi es del Congo y su padre de Angola. N’Golo Kanté es hijo de padres de Mali y Corentin Tolisso pudo haber representado a Togo. Los padres de Benjamin Mendy son de Senegal

Lo cierto es que la Francia campeona del mundo, es una Francia de hijos de migrantes que atravesaron el Mediterráneo para buscar un mejor futuro y para huir de la guerra. La Francia campeona del mundo, se dio cuenta que sus diferencias podían sumar y formaron un grupo exitoso. 

Siguiendo este hilo conductor, vale la pena señalar que hay varios casos en donde la migración ha traído resultados positivos en los últimos años. Por dar un ejemplo, el 50% de las empresas de Sillicon Valley tiene dueños foráneos. Empresas como Google, E-Bay, Uber, PayPal y Yahoo fueron creadas por migrantes y el 70% de estos trabajadores tienen puestos gerenciales. También, desde el año 2000 el 40% de los premios Nobel en Estados Unidos han sido entregados a migrantes que radican en ese país y el 50% de las personas con un doctorado son personas nacidas en el extranjero. Esto, sin contar mentes brillantes de generaciones pasadas que fueron exiliados y refugiados de guerra. La innovación y las nuevas patentes dependen mucho del talento migrante.

En el caso de Europa, son muchos los especialistas que coinciden que la migración trae un impacto positivo en el crecimiento económico de los países y que el número de migrantes ilegales no es tan alarmante como se comenta en las noticias. Contrario a lo que se pensaría, muchos sostienen que los migrantes generan nuevas fuentes de empleo y contribuyen de manera significativa en la recaudación de impuestos. Aportan más de lo que reciben. Según el Banco Mundial, si creciera la migración, podría crecer la fuerza de trabajo en los países desarrollados y el crecimiento económico tendría ganancias millonarias. Tan sólo en el Reino Unido, el 15% del crecimiento económico anual depende de los migrantes.

Como diría Ian Goldin, un reconocido catedrático de la Universidad de Oxford: “La migración siempre ha sido uno de los principales motores del progreso y el dinamismo humano”. Y si dejamos la economía y volvemos al futbol, sin la migración no existirían los equipos actuales de Francia, Inglaterra, Bélgica, Croacia y Rusia.

Sin embargo, también existen voces en contra de los migrantes y los refugiados de guerra. Hay quienes piensan que estos no hacen un esfuerzo por adaptarse a su nueva residencia y que son los causantes del alza en los índices de delincuencia. Para ellos, la mayoría de los los migrantes son criminales, ladrones y también violadores. Estas mismas voces aseguran que los migrantes le roban oportunidades de trabajo a los locales y abaratan los sueldos del mercado laboral. Muchos afirman que estas familias se adueñan de los servicios y las prestaciones del seguro social. Muchos quieren que se vayan.

Algunos más de extrema derecha, aseguran que los migrantes degradan la identidad nacional de su país. El odio y el rechazo contra lo diferente es real; la xenofobia y el racismo siguen existiendo.

Yo soy de los que piensa que la migración es una realidad de nuestros tiempos y es parte del sistema económico liberal y globalizado en el que vivimos. Creo que las causas profundas de la migración fueron consecuencias de las mismas decisiones de los países desarrollados y que los grandes intereses de los países que se llaman potencias han originado gran parte de las guerras. Al ser una realidad, creo que como sociedad debemos abrazar el tema y tratar de ver todas las oportunidades que se pueden abrir al coexistir y al tolerarnos. No tenemos que comulgar en ideas y en creencias, pero sí podemos vivir juntos y ver como fortalezas nuestras diferencias. Los dos lados de la moneda podemos contribuir, y a partir de ahí, juntos podemos crecer. 

Creo que el equipo de esta Francia que es campeona del mundo, nos dio esa lección.

Fuentes:

15 Charts Explaining Why Immigration is Good For Innovation/ Venngage/ 2017

How immigration has changed the world – for the better/ World Economic Forum/ 2016

The 5 Best Arguments Against Immigration—and Why They’re Wrong/ Reason/ 2018

Jul 17, 2018
Jul 17, 2018
Alonso Monroy
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A mí también me sorprendió la noticia. Las abejas son esenciales para los ecosistemas, para la biodiversidad y para la vida misma. 

No es tan compleja la ecuación. Si dejaran de existir las abejas, las flores no podrían tener sexo y dar semilla. Sin semilla, no habría gran parte de la cosecha y, por ende, cientos de especies de animales se quedarían sin alimento, se rompería por completo la cadena alimenticia. Al mismo tiempo, si no hay flores y semillas, la sustentabilidad de gran parte de nuestros ecosistemas se alteraría. No habría bosques y selvas sanas. No habría campo. No habría oxígeno ni agua, y la vida como la conocemos, no existiría.

Bien dicen que si tiras de una pieza, mueves a la naturaleza entera. Así de importantes son estas fascinantes arquitectas de colmenas.

La polinización es un proceso más sencillo de lo que creemos. La abeja se alimenta del polen y néctar que desprende el estambre de la flor (órgano masculino) y luego vuela hacia otra flor donde deja los granos de polen en la estigma (órgano femenino de una flor). Poco después, el polen va bajando hacia los ovarios de la planta, donde se fertiliza y lentamente va tejiendo las semillas. Para buena fortuna de las plantas, las abejas prefieren visitar y alimentarse de la misma especie durante la floración y así las plantas pueden reproducirse. Es un caso de co-evolución. 

De esta manera, al rededor del 84% de la cosecha mundial tiene una relación directa o indirecta con la polinización que realizan las abejas. Más de 400 diferentes tipos de plantas dependen de la polinización y hay más abejas que cualquier otro polinizador en el mundo. Por eso las abejas son claves en la producción de un tercio de todo lo que comemos. Pensemos en la agricultura: los vegetales y frutas que no existirían. Pensemos que no habría pasto para el ganado y no habría carne, leche y todos sus derivados. No habría café, no habría cacao y no habría té. No habría algodón ni aceite de girasol. No habría apicultura. 

Sin embargo, las abejas están desapareciendo. La urbanización, la deforestación, el uso de pesticidas y agrotóxicos, los cambios de uso de suelo, la disminución de sitios de anidación y la pérdida de recursos florales, son las principales causas de su extinción. Según un completo reportaje de Katia Rejón de La Jornada Maya, en las últimas décadas, las colonias de abejas han disminuido drásticamente en México y en el mundo. Se estima que la población de abejas de todos los países ha desaparecido hasta en un 90%.

Con esto, la apicultura —que es una actividad milenaria y una de las que genera más ingresos económicos en el sector rural— también está completamente a la baja. Hace 10 años se producían 80 mil toneladas de miel a nivel nacional, y hoy tan sólo se producen 27 mil. El impacto social es enorme, porque la apicultura beneficia a 42 mil familias en México y somos el tercer exportador de abejas en todo el mundo.

Por eso es fundamental seguir creando conciencia; no importa que ya hallamos escuchado del tema, tenemos que actuar. Según los especialistas, es clave la educación sobre la importancia de las abejas y eliminar la percepción de que son peligrosas, los panales no se tienen que destruir. También es clave que los gobiernos regularicen el uso de productos químicos para el campo, la legislación debe ser enfática contra el uso de agrotóxicos y la siembra de soya transgénica. Hay que parar la destrucción del monte y de la selva.

Al mismo tiempo, es momento de repoblar las colmenas y crear más centros de producción y distribución de abejas reinas. Hay que crear más proyectos sociales que apoyen a los productores de miel para que las nuevas generaciones no abandonen los apiarios. Podemos aprovechar la innovación en productos de miel, promover más sus beneficios naturales y buscar nuevos mercados. De igual manera, creo que es muy importante fortalecer la cultura del consumo local de miel y resaltar el valor de los productos artesanales y libres de conservadores. Hay que motivar el comercio justo entre los apicultores y los intermediarios.

Estoy convencido que estamos a tiempo y que son muchas las soluciones. Creo que somos capaces de salvar a las abejas pero requiere de nuestra participación, de nuestra presencia. Hay que aprender de los apicultores de los pueblos originarios y recuperar la cultura de conservación del entorno; de nuestras selvas, bosques y campos. Acordémonos las veces que sea necesario que somos parte de un todo que está unido con la naturaleza, y que hay que aprender de ella. Porque como diría un sabio juez maya, "si tú no vives con la naturaleza, no estás aquí en la tierra".

Referencias:

Jul 10, 2018
Jul 10, 2018
Alonso Monroy
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Dicen los que saben, que para ser un campeón sólo se necesitan tres cosas: pensar, sentirte y actuar como campeón. Sin entrar en los mares del detalle, esa es la ecuación perfecta para ser un ganador. Tanto en la vida, como en el futbol.

La mentalidad ganadora es un factor clave en cada tarea que emprendemos. El rendimiento psicológico y emocional es directamente proporcional al rendimiento físico, la estrategia mental es el inicio de una historia de éxito. La manera en la que afrontemos los avatares de la vida, dibujará en gran medida la narrativa y el desenlace de nuestro camino. Si no creemos, si no confiamos y si no hacemos lo necesario para llegar a un lugar, difícilmente llegaremos.

Lo mismo ocurre en el futbol. Un equipo ganador está hecho de jugadores que están convencidos de que es posible quitarle los ceros al marcador. Son jugadores que confían en su talento; jugadores que se visualizan alcanzando el éxito; jugadores que saben manejar la presión en los momentos de adversidad y que actúan en consecuencia para vencer el miedo. Un equipo no es campeón por casualidad, primero visualizó ese escenario de éxito y después hizo todo lo posible para merecerlo. Hubo un largo camino hacia la cima, pero la mentalidad es primero.

Siguiendo este principio, vale la pena hablar de los jugadores mexicanos que están tratando de hacer historia en Rusia, me llama toda la atención la mentalidad que quiere proyectar nuestra selección. Ahora, son ellos los que nos están diciendo de mil maneras que tenemos que creer que es posible ser ganadores y que si no visualizamos primero al equipo levantando el trofeo, el equipo no llegará nunca a hacerlo. Esta generación de futbolistas mexicanos nos está pidiendo confiar en nosotros como pueblo, y en esa inercia, también confiar en ellos. La tribu verde nos está pidiendo reconocimiento a su capacidad y a su talento, a su experiencia.  

Muchos de ellos han recorrido un largo camino para poder estar ahí y muchos también han dejado su zona de confort para probar suerte en el extranjero. Otros compiten el puesto en una liga local que se ha vuelto globalizada y que compra jugadores extranjeros todo el tiempo. No sé si eso tenga algo que ver en su afán de soñar y quitarse los fantasmas del miedo, pero lo cierto es que son jugadores que han medido su talento con rivales y compañeros de otros países que dicen ser potencia del futbol mundial. 

Quizás ahí, nos hemos dado cuenta que somos igual o mejor que ellos. Que brilla nuestra creatividad, nuestra habilidad y nuestra capacidad de adaptarse ante cualquier momento. Que somos igual de trabajadores e igual de exitosos. Que no hay tantas diferencias cuando actuamos con compromiso, agallas y esfuerzo. Que al final, somos once contra once en el terreno de juego. 

Con esa actitud voy a ver el juego de mañana entre Suecia y México, con esa mística los voy a apoyar. Mantendré pensamientos positivos y poderosos mientras vea el partido. Confiaré que pueden ganar y pasar como líderes de grupo. Me acordaré que son tipos que han sabido sortear la adversidad y que saben manejar los nervios. Y sobre todo, voy a ver a un México ganador. Un México trabajador que tiene toda la inteligencia para competirle de frente a cualquiera. Voy a ver a una camada de jugadores que tiene mentalidad de campeón y que tiene el carácter y la valentía suficiente para no rendirse en el intento. Y es que si no confiara en ellos, no estaría escribiendo este texto. 

Referencias:

Mentalidad ganadora/ Runner’s World/ 2017.

Jun 26, 2018
Jun 26, 2018
Alonso Monroy
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Sufro de futbol. Es algo irremediable. 

El verdadero fanático al balompié sabe que va a sufrir. Es parte del ritual de la pelota y de manera irónica es el camino para vencer a los fantasmas. Los partidos se juegan con el corazón en la mano y en segundos el sueño se puede derrumbar. El alma se arriesga en cada patada y las venas se estiran cuando ataca el rival. La cancha se vuelve la vida y para estar arriba hay que ponerle el pecho a las balas y saber cuándo apechugar. Porque la gloria no existe sin el fracaso y la garra nace al volverse a levantar. Y cuando la Selección Mexicana juega un Mundial, es inevitable sufrir de más.

El primer Mundial en el que seguí conscientemente a México fue el de Estados Unidos 1994. El Tri llegaba después de haber conseguido su boleto en Canadá, con un triunfo memorable que llegó a pase de Hugo Sánchez y gol del “Abuelo” Cruz. Durante el Mundial, perdimos 1-0 con Noruega, pero contra Irlanda, Luis García marcó un sensacional doblete que estremeció a Orlando y a todo México. El pase a la siguiente ronda llegó en el tercer partido cuando de manera cardiaca Marcelino Bernal sacó un bravo disparo con el que México le empataba 1-1 a la Italia de Paolo Maldini, Daniele Massaro y Gianluca Pagliuca.

El 5 de julio de 1994 en Nueva York nos enfrentamos a Bulgaria en los Octavos de Final y había confianza de que se podía avanzar. Pero a los seis minutos de juego un tremendo disparo cruzado del capitán Hristo Stoichkov ponía arriba a los búlgaros. La respuesta de México llegó 12 minutos después cuando “Zague” fue derribado en el área en un claro penal. Alberto García Aspe tomó el balón y cobró con perfecta zurda y revivió al equipo. El duelo se fue al alargue y después llegaron los penales: era el momento de la verdad. Pero el mismo García Aspe voló el primer disparo y luego fallaron Bernal y Jorge Rodríguez. El sueño se esfumaba y México quedaba eliminado de manera dolorosa.

Se vino Francia 98 y volvimos a tener una gran primera ronda. México venció 3-1 a Corea del Sur en su debut y contra Bélgica sacó un valiosísimo empate a dos tantos que llegó con un gol de colección de Cuauhtémoc Blanco: el de Tlatilco logró prender el balón en el aire a pase de Ramón Ramírez en uno de los mejores goles del Mundial. El boleto a Octavos de Final se selló contra Holanda cuando Luis Hernández dejó en el camino al gigante Jaap Stam y filtró el balón por debajo de las piernas del histórico Edwin Van Der Sar. En México se desató la locura y una vez más nos volvíamos a ilusionar.

Así llegó el cuarto partido contra Alemania en Montpellier. Al arrancar el segundo tiempo, México sorprendió con un gol de gambeta del “Matador” Hernández. Poco después, Jesús “El Cabrito” Arellano tuvo una descarada descolgada que se quedó a nada de ser el segundo que mataba. México jugaba su mejor futbol y parecía que la mesa estaba puesta para hacer historia. Sólo faltaban 15 minutos. Pero llegó el eterno Jurgen Klinsmann y aprovechó una pifia de Rodrigo Lara para fusilar a Jorge Campos al 75’. El tiro de gracia llegó 10 minutos después con un testarazo de Oliver Bierhoff que destrozó cualquier quimera mexicana. El trago era amargo porque estuvimos muy cerca de avanzar.

En Corea - Japón 2002 el Tricolor superó 1-0 a Croacia, 2-1 a Ecuador y empató 1-1 contra Italia, con un enorme gol de cabeza de Jared Borguetti. Al mando de Javier Aguirre, volvíamos a la lucha por el quinto partido pero esta vez era especial: íbamos contra Estados Unidos. El domingo 17 de junio todo México estaba listo para celebrar un histórico pase y la fiesta ya había empezado. Pero al minuto 8’ del partido, Brian McBride fusiló al “Conejo” Pérez y marcaba el primero. Temblaba en México. Por si faltara, al 65’ Landon Donovan no perdonaba con un cabezazo y mataba con el 2-0. Ésa sería quizás la noche más triste de México en un Mundial.

En Alemania 2006 México llegó como líder de la eliminatoria y fuimos cabeza de serie de nuestro grupo. La Selección tuvo una discreta primera ronda pero logró colarse de nueva cuenta a los Octavos de Final contra la Argentina de Messi, Tévez, Cambiasso y Riquelme. México salió a ganar y al 5’ Rafa Márquez abrió el marcador en un trepidante comienzo. Sin embargo, Hernán Crespo empató poco después y el duelo se fue a tiempos extras. Cuando México jugaba mejor, Maxi Rodríguez bajó un elevado centro con el pecho y sacó potente disparo del cielo que se incrustó en el ángulo superior izquierdo. Era el mejor gol del Mundial y el adiós de México.

Cuando llegó Sudáfrica 2010, nuestra selección obtuvo su quinto pase consecutivo a los Octavos de Final tras empatar con Sudáfrica 1-1, ganarle a Francia 2-0 y perder contra Uruguay 1-0. Avanzamos como segundo lugar de nuestro grupo y el destino nos volvía a poner en el camino a un equipo argentino lleno de estrellas. El 27 de junio en Johannesburgo, México se hundía en sus propios errores y caía con dos goles de Tévez y uno de Higuaín. Fue una eliminación desangelada y poco peleada. 

Y para terminar el recuento, en Brasil 2014 volvimos a tocar el cielo y volvimos a sufrir de más. México inició a tambor batiente con un triunfo sobre Camerún en Natal, luego sacó un bravo empate contra Brasil en Fortaleza y terminó la primera ronda en Recife con un memorable triunfo por 3-1 ante Croacia. Así volvió a surgir el sueño de hacer historia ante Holanda, y más después de empezar ganando con un tremendo zurdazo de Giovanni Dos Santos que llegó al comienzo del segundo tiempo. Sin embargo, Holanda echó la carrocería al frente y cada vez llegaba más. El drama se hacía presente en Fortaleza. Y volvió a pasar, faltando tres minutos para que acabara el encuentro, Holanda nos empató con golazo de Wesley Snijder. Y por si faltaba sufrimiento, en tiempo de compensación el árbitro marcó un penal que no era sobre Arjen Robben y Huntelaar sentenció con un 2-1 que quedará como otro muy amargo recuerdo. Nos robaron la gloria en los últimos 7 minutos del juego. 

Esta mirada al pasado deja en claro la importancia que tiene para México un pase a los Cuartos de Final de una Copa del Mundo, algo que sólo hemos logrado en 1986 cuando jugamos de locales. La pregunta que todos nos hacemos ahora, es si en Rusia 2018 realmente daremos el siguiente paso.   

Lo cierto es que México arrancó el Mundial en Moscú de manera brillante y con el pie derecho. Contra todo pronóstico, los de Osorio sacaron un triunfo que ya es histórico; por primera vez vencimos a Alemania en una competencia oficial, los germanos no perdían en su debut desde hace 28 años. Así se demuestra que las estadísticas se quedan en las computadoras y que el futbol está hecho de personas y momentos; la lógica pierde sentido cuando se enfrentan dos tribus en el mismo terreno de juego. Si los jugadores sudan, sienten y entienden el valor que representa la camiseta, no sería tan descarado pensar que México pudiera vencer a Corea del Sur, sacar un buen resultado ante Suecia y hacer un gran Mundial. 

Y si no es así, siempre quedarán los fanáticos que sufren de futbol pero nunca se van.

Jun 19, 2018
Jun 19, 2018
Alonso Monroy
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Mientras nos adentrábamos en la laguna, poco a poco fuimos dejando atrás el mundo ordinario para comenzar el viaje a lo desconocido. Fue un viaje al misterio de la naturaleza, a la energía de la tierra, al acecho de la luz. Fue un viaje sin teléfono, sin señal, sin servicio y sin conexión. Sin prisas y sin preocupaciones. Mar adentro, mar adentro, deliberadamente perdidos en el tiempo. Fue el viaje que hice con Adriana a Chacahua. Entre el mangle y las estrellas, entre ella y yo.

Chacahua es una comunidad que vive entre el Pacífico y cinco lagunas. Su territorio descansa en el municipio de San Pedro Tututepec, cerca de Río Grande, Zapotalito y Cerro Hermoso. Está al oriente de Pinotepa y al poniente de Puerto Escondido, en la Costa Chica de Oaxaca. En ella, viven alrededor de 750 habitantes que cuentan una valiente historia tejida entre saberes ancestrales mixtecos, zapotecos, chatinos, y también afromestizos. La magia del lugar es verdadera y tiene varias fuentes.

Envuelto en agua, Chacahua es un auténtico santuario que brilla por su biodiversidad. Fue una de las primeras áreas naturales protegidas en México y es que en ella conviven diez tipos de vegetación, 150 especies de flores y 250 de animales, en un ecosistema que por momentos se vuelve anfibio. Garzas, pelícanos, cigüeñas, pájaros peregrinos, patos aguja, tortugas marinas, mapaches, camarones y cocodrilos, son tan sólo una parte de la vida que abunda en medio del manglar, la palma, la selva, la sabana y las dunas costeras de Chacahua. Tierra de platanales y limonales, en donde los manglares devuelven el equilibrio entre el mar y la laguna. Son los guardianes del lugar.

Otro encanto de esta barra de arena que mira de cerca al Trópico de Cáncer es su azul infinito. Sus olas, enclavadas a media asta y a mar abierto, atraen a surfistas de todo el mundo que vienen a domar la leyenda que se cuenta de este lado salvaje del océano. También, todas las mañanas y todas las tardes los niños de Chacahua surfean en cadencia con la salida de la luna y el sol y la convivencia de surfistas foráneos y locales se vuelve parte de la identidad intercultural de la bahía.

Chacahua también es un templo para el espíritu. Sus días largos y soleados son ideales para recolectar energía y transformar el poder personal. La calma, y el sonido del viento que se cuela entre las enramadas y los cocotales, detienen el dialogo interno y advierten sentimientos a flor de piel. Tanta vida y tanta naturaleza, abren la bocana del alma donde se mezclan las aguas más dulces y las más saladas. En Chacahua, muchas de las necesidades del ego se desvanecen para comenzar a explorar la otra realidad. Lejos de las máquinas y el asfalto, logras desconectarte del plano material y, con lo justo y lo verdadero, te das cuenta que no necesitas más.

Chacahua también es un lugar de luz y sombra. Camaro, un hombre que ha sabido encontrar su lugar en este mundo y que cuenta orgulloso que dejó el alcohol hace nueve años, nos platicó los retos que enfrenta esta comunidad que lleva mucho tiempo marginada del apoyo federal, y que a la fecha, es gobernada por un cacicazgo que dista mucho de ser equitativo. Para él, Chacahua es una tierra fértil que podría ser sustentable y sostenible tan sólo con quererlo, pero la codicia de unos cuantos, hace que muchos se rompan el lomo en largas jornadas de sol, con el mínimo aliento. En Chacahua, como en casi todo México, hace falta una verdadera economía solidaria que escuche y tome en cuenta a la comunidad y su entorno.

Al final, lo mejor de mis días en Chacahua fue estar con Adriana, mi novia y la mejor compañera de viaje. Ambos, compartimos un momento muy especial en nuestras vidas, y de cierta forma, el viaje significaba una despedida. Así, nos tomamos de la mano y emprendimos la aventura como desde hace casi dos años solemos hacerlo. Nunca olvidaré el paseo nocturno que hicimos por la laguna, remando entre los manglares y la oscuridad, bajo la noche más estrellada. En medio de tanta calma, nos echamos al agua para nadar con el plancton y la bioluminiscencia, una reacción química de proporciones subatómicas que permite que esta especie ilumine el agua. Y así como el plancton viaja desde las profundidades del mar para traer luz a la laguna, Chacahua iluminó nuestros corazones para que algún día nos volvamos a encontrar.

Fuentes: Río Verde – Laguna de Chacahua – Conabio

Jun 12, 2018
Jun 12, 2018
Alonso Monroy
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Ave endémica de América que habita desde los lagos de Alaska hasta la Tierra de Fuego. Relámpago entre el viento. Su aleteo es el más rápido de cualquier ave y su tamaño el más pequeño. Su corazón alcanza hasta 1,200 latidos por minuto y sus alas se baten hasta 90 veces por segundo. Es el único pájaro que puede volar hacia atrás y el único que se suspende; su vuelo es perfecto. El colibrí es sinónimo de equilibrio en la naturaleza, y según una leyenda maya, simboliza una presencia, es un mensajero.

La anatomía de un colibrí es privilegiada y su lugar en el ecosistema es fundamental en el ciclo de polinización de las flores. Sin la polinización animal, muchas especies de plantas y animales desaparecerían, y por ende, a la humanidad le faltaría alimento. Por eso se dice que el colibrí es un ave que contribuye al equilibrio de la vida en la Tierra. Su pico, su plumaje y su vuelo, le permiten beber el néctar de la flor sin tocar los pétalos y así completar un espiral esencial en la cadena de la vida. 

En lengua maya colibrí se dice ts’unu’un y hace poco leí un artículo en la revista México Desconocido que relata una leyenda de ascendencia maya sobre esta ave tan colorida. Según la autora, el colibrí surgió el día que el ser humano talló una piedra de jade en forma de flecha, y al soplarla, hizo que volara entre el viento. El colibrí es creación de la buena intención de las personas y de las diferentes manifestaciones de la energía en el universo, del todo que nos rodea. Es un mensajero de buenos augurios y buenos deseos; es un ave que transporta el pensamiento.

Por eso dice el texto que "si algún día ves un colibrí es porque alguien está pensando en ti y que existe una razón por la que se cruza un colibrí en tu camino".

Hace unos días, mi hermano Santiago y yo, vimos un colibrí sobre un almendro y a los dos nos vinieron recuerdos, significados y un par de comentarios; su presencia no pasó desapercibida. En mi familia, el colibrí es un animal muy especial que nos recuerda a dos de los seres más queridos de nuestras vidas que siempre serán referentes, maestros y guías: mi Tío Gerardo y mi Tía Maruja. A los dos los visitaban muchos los colibríes en su anhelada Huasca y ellos de manera recurrente sacaban el tema; el colibrí era un ave que les fascinaba.

Hoy me gusta pensar que la leyenda maya que leí es real, y que ese día, los dos recibimos un buen deseo, un mensaje positivo y todo el cariño de mis tíos. Me gusta pensar que ese ts’unu’un amarillo se apareció para darnos todo su aliento, para hacerse presentes y para desearnos un buen camino. 

Referencias:

La leyenda maya del colibrí, México Desconocido, Septiembre 2017, por Janeth Ochoa. 

Jun 5, 2018
Jun 5, 2018
Alonso Monroy
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Estás entrando al vientre de la madre tierra. Al espejo humeante, al gran espíritu. Un lugar donde se abren las puertas de los cuatro rumbos, donde conviven el agua, el aire, la tierra y el fuego. Un lugar donde se une el pasado y el presente, donde se toca la otra realidad. Un sitio donde muere y vuelve a nacer el sol, en el que se comparte la palabra y se escucha el silencio, en donde se intercambian sentimientos. Entras con el permiso de los guardianes del lugar y bajo la guía del hombre y de la mujer fuego; entras con humildad y con respeto; entras con una intención. Ya huele a ruda, menta y romero: estás entrando al temazcal y aquí eres un aprendiz.

El temazcal es mucho más que un baño de vapor. Según los estudiosos del tema, su sentido es acceder a otra dimensión dentro de la misma tierra física en la que nos movemos, se trata de abrir un espacio sagrado en la cotidianidad, con todo lo que esas palabras significan. Si el temazcal es terapéutico, el énfasis será la sanación del cuerpo físico y las emociones; y si es ceremonial, lo fundamental será el vínculo de los cuatro elementos fundamentales de la naturaleza con el espíritu. No se necesita de una arquitectura específica, no hay un método único y se han encontrado huellas de temazcales en todas las civilizaciones originarias del mundo.

Parte de la magia de un temazcal es que ninguno es igual y el ritual cambia según la geografía y la filosofía de cada pueblo; según el maestro que fue iniciado en el saber y el tratamiento del fuego. De acuerdo a la cosmogonía mesoamericana, el temazcal se convierte en un ser vivo en el que conviven las energías del lugar y de los ahí reunidos; que se alimenta de la singularidad de cada persona presente. Así, la esencia del temazcal es recordar el vínculo con las energías del cosmos para acceder a un plano que no está al alcance de los sentidos, pero que existe. Y es que como dirían los sabios mayas yucatecos, somos parte de un todo y todo está unido. 

La celebración que yo conozco inicia pidiendo permiso a los leños que darán su vida como ofrenda al abuelo fuego para que las piedras que ahí se calentarán tomen una nueva entidad y se conviertan en sabias "abuelitas" que serán las proveedoras de la medicina espiritual. Una vez que la hoguera ha calentado a las "abuelitas", la mujer fuego envuelve a los participantes con el incienso del copal que arde en el sahumerio y que permitirá que se abran los poros del cuerpo y las ventanas espirituales para poder realizar el trabajo personal dentro del temazcal. Tocando el pecho con el suelo, los integrantes entrarán al semicírculo que representa el vientre materno que está por dar a la luz gracias al milagro de la fertilidad.

Ya adentro, el hombre fuego irá abriendo las puertas de los cuatro rumbos, mencionando el color que es parte de su elemento, relatando su significado y agradeciendo al guardián que las protege. Entre cada puerta, la mujer fuego verterá en las "abuelitas" el agua que fue preparada con plantas medicinales, para extraer un vapor sagrado que circulará entre todos los presentes en esa bóveda celestial. Entre cada puerta, se abrirá también un espacio para el silencio, la meditación, la reflexión, y para compartir ideas y sentimientos. Un espacio para la catarsis.

Para la filosofía maya yucateca, la primera puerta que se abre es la del rumbo Oriente, protegida por "Chac Xib Chac", que representa el color rojo y significa el nacimiento del sol y de un nuevo ciclo. Después, se accederá a la puerta del rumbo Norte, protegida por "Zac Xib Chac", que representa el color blanco y hace referencia a la sabiduría de los más grandes del clan. Seguirá la puerta del Poniente, protegida por "Ek Xib Chac", del elemento negro y que representa el inframundo, mismo que no es entendido como un mundo debajo del nuestro o como un infierno, simplemente es otra realidad. Por último, se abrirá la puerta del rumbo Sur, resguardada por "Kan Xib Chac", el elemento amarillo, que hace alusión al maíz como  una planta sagrada que surge del ingenio del hombre y que es creadora de nuestra vida.

Todo este relato me lo narró un hombre fuego al que admiro profundamente y que resulta ser mi papá. Él me explicó que es fundamental seguir transmitiendo esta sabiduría de generación en generación por medio de la palabra viva, y es que quien oficia un temazcal, fue iniciado por otros, que a su vez fueron iniciados en su propio tiempo y espacio. Así se va tejiendo una especie de linaje del saber ancestral que tiene la intención de compartir la facultad y el don de correr un temazcal con todo lo que eso significa. Es clave que esta sabiduría permanezca y siga su camino hacia el horizonte, porque como diría la sabiduría maya, así podremos seguir siendo co-creadores del universo y de la divinidad.

Por eso, hoy estoy convencido de mi papel como un humilde aprendiz de curandero, porque algún día me gustaría ser un hombre fuego: alguien iniciado que pueda compartir la sanación de la mente, de las emociones, del espíritu y del cuerpo. Alguien que enseñe lo que quiere aprender. Que así sea, así es, y así será.

Mayo 30, 2018
Mayo 30, 2018
Alonso Monroy
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Dicen los que observan las estrellas, que cuando cumples años el sol vuelve al lugar exacto del universo en el que se encontraba el día que comenzaste a transitar por la tierra, cuando abriste los ojos por primera vez.

Así, la luz vuelve a iluminar a la luna y a los planetas desde el mismo punto del espacio de aquél vibrante momento en el que inició tu existencia, el cosmos se vuelve a alinear mirando hacia ti. 

Ese momento estelar sólo se repite una vez en el año y por eso decimos que celebramos haber completado una nueva vuelta al sol.

Celebramos que se cierra y se abre un nuevo ciclo, celebramos una nueva cosecha, pero, sobre todo, celebramos que el cielo nos vuelve a dar la oportunidad de hacer consciente nuestro paso por esta tierra.

Observar la manta que fue bordada con estrellas, nos hace entender y reflexionar lo que ya se ha recorrido y lo que está por venir.

Por eso dicen en los pueblos originarios, que cuando cumples una vuelta al sol vale la pena tomarse un instante para ser consciente de toda la energía que llevas en tu nombre y en tu esencia.

Vale la pena abrir un espacio para agradecer la fuerza y la luz que te hacen único, vale la pena darse un respiro para elevar el espíritu. Un tiempo para sentirte dichoso y pleno de tu camino. Un alto para recoger los pasos ya andados y mirar el nuevo sendero que se descubre ante ti; la nueva vuelta al sol.

Mayo 22, 2018
Mayo 22, 2018
Alonso Monroy
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Cuenta la filosofía maya yucateca que todo tiene un nombre, todo tiene un orden y todo tiene una razón de ser. 

Hace unos años conocimos a las comunidades mayas de Tesoco Nuevo y Santa María Pixoy, al norte de Yucatán. Cada integrante del equipo tuvo su encuentro en diferente tiempo, pero a todos nos movió de alguna manera. Algo nos cambió. Con ellos aprendimos que se puede vivir a partir de una sólida organización social con la convicción de proteger a la Madre Tierra; respetarla y verla crecer lo suficiente para que vuelva a producir; vivir de ella y para ella de una manera sustentable.

También entendimos que el jaguar es una especie que mantiene el equilibrio entre la selva maya, las abejas y la comunidad. Si no hay jaguar, no hay selvas sanas; si no hay selvas sanas, no hay abejas; y sí no hay abejas, no hay agua, no hay oxígeno y tampoco alimento. Según los especialistas, las abejas son responsables del 70% de los alimentos necesarios en el planeta y el devenir de la biodiversidad depende en gran parte de ellas.

De igual forma, en los últimos 24 años, Yucatán ha perdido el 30% de su cobertura vegetal y apenas el 15.3% del territorio del país tiene estatus de protección. Los jaguares están en peligro de extinción según la Norma Oficial Mexicana y el equilibrio del corredor biológico de la costa norte de la Península de Yucatán está en riesgo. Al mismo tiempo, y según información de La Jornada Maya, la producción de miel en México disminuyó de 80 mil toneladas a 27 mil en los últimos 10 años y las abejas en México se enfrentan a graves problemas como la deforestación, el uso de pesticidas, la pérdida de sitios de anidación y la contaminación del agua. Este es un momento clave para ambas especies y su entorno. 

Ante este panorama, nos dimos cuenta que todos podemos ser parte de la solución y que es clave actuar respetando la identidad cultural de las comunidades que son herederas directas de los pueblos originarios de este territorio. Comprendimos que es necesario realizar acciones en conjunto que permitan erradicar la marginación que sufren las comunidades frente a los grandes capitales y la industrialización de los alimentos. Descubrimos que la miel podía ser el enlace entre el jaguar, la selva, las abejas y la comunidad. La miel era el vehículo y el hilo conductor de nuestra causa.

Así nació la idea del proyecto. Nuestra razón de ser es vincular directamente a los apicultores mayas de Tesoco Nuevo y Santa María Pixoy con los consumidores, acordando un precio justo y dando prioridad a las personas sobre el lucro. Así podemos generar fuentes de trabajo entre las mujeres y contribuir a que dichas comunidades gocen un pleno desarrollo sostenible, en armonía con la naturaleza. Es un proyecto que apoya a las comunidades para que sigan siendo guardianes de la Ruta Maya del Jaguar.

De mi parte y por mi ausencia, el viernes pasado fue mi primer experiencia con consumidores reales. Nuestro emprendimiento estuvo presente en la Expo Foro Ambiental 2018, que se llevó a cabo del 11 al 13 de mayo, en Mérida, Yucatán, y para mi tuvo un significado especial. Después de tanto tiempo de estar ideando planes, estrategias, presentaciones, tácticas y mensajes clave a distancia, por fin hablé de nuestra miel con personas que me escuchaban y que se interesaban por la causa. Me emocionó pertenecer a este colectivo, recordé nuestro espíritu y disfruté mi trabajo. Me hizo sentir bien ser parte de este gran equipo.

Hoy nuestro colectivo sigue su recorrido por la geografía del emprendimiento social, poco a poco, pero en pleno ascenso. El proyecto está vivo y seguimos dando pasos. Porque somos un grupo de personas que tiene claros sus ideales, que confía que las cosas pueden ser diferentes y que está orgulloso de lo que hace. Porque el proyecto le da sentido a una parte de nuestra existencia y porque nos gusta hacerlo. Porque vale la pena. Por eso decimos que somos una miel con causa, por eso somos La miel del jaguar. 

Referencias:

Abejas, el ser vivo más importante del planeta: Instituto Earthwatch/ Jornada Maya/ Mayo 2018

Para más información de la causa, visítanos en Facebook en @mieldeljaguar

Mayo 15, 2018
Mayo 15, 2018
Alonso Monroy
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Transcurrían 12,8 segundos de haber iniciado la séptima vuelta del Gran Premio de San Marino y la historia estaba a punto de cambiar. El brasileño Ayrton Senna y su Williams FW16 se estrellaban de manera dramática contra el muro de contención de la curva más peligrosa del Campeonato Mundial de la Fórmula Uno: Tamburello. Se hizo el silencio. El mejor piloto de todos los tiempos se debatía entre la vida y la muerte en el momento cumbre de su carrera. Los segundos pasaban y Ayrton no reaccionaba. Nadie sabía si saldría vivo del misterio de Tamburello.

Nació en Sao Paulo en 1960 y tenía un don. El deseo insaciable de superarse constantemente. La necesidad de vivir cada instante apasionadamente. El talento en bruto y las ganas de comerse al mundo. El poder de arriesgar y creer en uno mismo. El trabajo y estudio de día y de noche. Un piloto que aprendió de telemetría y estudió a fondo cada pieza y movimiento de su vehículo. Cuentan que volvía locos a sus mecánicos con tantas preguntas que les hacía. Para él, era vital saber. Cuestionar, investigar y saber. Antes de Senna, nadie había tenido ese grado de entendimiento, práctica y comprensión del automovilismo. Conocía todos sus lunares y escondites. Era un genio de la Fórmula Uno.

La primera vez que Senna tocó un volante fue a los cuatro años. Su padre le había construido un auto de madera y metal, con frenos de disco y el motor de una picadora de caña. Su primera carrera fue a los ocho años y a los 13 ya estaba en un Campeonato Regional de Karts. Cuatro años después, ya había conquistado el primer Campeonato Sudamericano. A la Fórmula Uno llegó en 1984 con Toleman, una modesta Escudería inglesa que no prometía nada. Aunque su carro no era ganador, Senna impactó por su valentía a cada vuelta y su agresividad en la pista. Su primer podio llegó en el Gran Premio de Mónaco, donde el brasileño remontó 13 lugares y terminó sólo por debajo del que se convertiría en su eterno antagonista y motivación: el francés Alain Prost.

Tras un par de años en la Escudería Lotus, en 1987 llegó la primera oportunidad grande en su vida. McLaren lo fichó como segundo piloto y sería el mismo Prost el que le haría compañía. Ahí surgió una de las rivalidades más grandes que ha tenido el deporte mundial en su narrativa. La dramaturgia de Shakespeare, y de Woody Allen, la ironía. Senna se coronó Campeón en 1988, 1990 y 1991 y logró dos Subcampeonatos en 1989 y 1993. Alcanzó 41 victorias, 65 pole positions y 80 podios. Se convirtió en un ídolo mundial y en el orgullo de todos los brasileños que cruzaban años de carencias, crisis y caídas. En 1994, Ayrton Senna dejó McLaren y se fue a Renault-Williams, ya que supuestamente era la Escudería que traía los autos más veloces y la mejor tecnología.

Y así llegaría el trágico día. El Autódromo Enzo e Dino Ferrari del Gran Premio de San Marino sería testigo de una de las jornadas más oscuras del deporte. El circuito italiano de Ímola era considerado uno de los más rápidos y peligrosos del mundo. Al final de una gran recta, se dejaba ver una temible curva amplia y prolongada donde se alcanzan velocidades frenéticas. La famosa Tamburello. El veneno de esta curva se esconde en el poco espacio que existe entre la pista y el muro de contención. El margen de maniobra y reacción no existe.

A 2,6 segundos de llegar a Tamburello, la computadora del monoplaza de Senna registraba que el brasileño pisaba a fondo el acelerador, como si quisiera demostrar algo. Con el motor a casi 14 mil revoluciones por minuto y viajando a más de 320 km/hr, Ayrton Senna sentía una fuerza de gravedad hacia el asfalto cuatro veces mayor que el peso total de su vehículo. Ahí, algo falló. El brasileño perdió el control de su monoplaza y salió disparado contra el enorme muro de cemento. Cuando chocó, un neumático se atoró en el chasis del auto y segundos más tarde salió volando a toda presión. La llanta alcanzó a golpear el costado izquierdo del casco de Senna, quien perdió el conocimiento inmediatamente. Horas más tarde, la leyenda fallecía.

La noticia congeló al mundo y las sospechas comenzaron. El caso se fue a juicio en Italia y varias fueron las hipótesis que rodearon el misterio de Tamburello. 

La primera apostaba a que la columna de la dirección del auto se había quebrado segundos antes del accidente. Sin embargo, cuando se recuperó la caja negra del monoplaza, se descubrió que la dirección estaba intacta en los últimos 0,6 segundos antes del choque. Otra hipótesis señalaba que el error había sido del mismo Senna, quien no pudo controlar el auto y no logró reaccionar. Una vez más, la computadora reveló que 1,8 segundos antes del impacto, Senna pisaba el freno a fondo y trataba de mover desesperadamente el volante. Pero entonces, ¿cuál era la causa del drama de Tamburello?

La búsqueda incansable de los equipos para mejorar el desempeño de los autos había puesto en riesgo su estabilidad. Vaya cruel ironía. Así, las escuderías habían modificado la aerodinámica de las máquinas para que estuvieran lo más cerca posible del suelo. Entre más pequeño es el espacio entre el chasis y el asfalto, más rápido pasa el aire y menor es su presión. Esto hace que el agarre a la pista sea mucho mayor y se corra más rápido. Es el efecto opuesto al de un avión. Para la física, este es el principio de Bernoulli. Para el automovilismo, esta reacción se llama “Down Force”. La amenaza recae en que si la base del auto llegara a tocar en algún instante el piso, el flujo de aire podría detenerse con lo que el coche pierde el agarre y el piloto pierde el control.

El misterio se aclaró cuando se demostró que un accidente previo en ese Gran Premio de San Marino había ocasionado que los autos circularan lento en lo que volvía la bandera verde. Con esto, los neumáticos se enfriaron y contrajeron, produciendo que los automóviles bajaran milímetros su altura. Testigos dicen haber visto chispas antes de que Senna entrara en la séptima vuelta a la curva de Tamburello. El aire dejó de pasar debajo del auto del brasileño, lo que explica la fuerza que lo arrastró hacia el muro de contención. En la curva de Tamburello había nacido la historia de un profeta hecho leyenda en el deporte motor.

Hace unos días se cumplieron 24 años de la muerte Ayrton Senna Da Silva y me fue inevitable recordarlo. Recordarlo como un auténtico mago sobre la lluvia. Como un piloto descarado, inteligente, rápido y atrevido. Alguien que siempre llevaba el coche más allá de sus posibilidades. Que hacía deslizar el auto sobre la pista. Que bailaba con su chasis y rebasaba con cierto toque de locura. Un hombre que constantemente hablaba de Dios e incluso lo citaba y lo leía. Los que lo conocían, dicen que tenía guardianes que siempre lo seguían. Era un tipo divertido, bromista, pero también serio. Un tipo que supo ser humilde y sincero. Un héroe que dejó la vida en la enigmática curva de Tamburello.

Mayo 8, 2018
Mayo 8, 2018
Alonso Monroy
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Leí sobre un imaginario económico diferente. Una alternativa que promueve nuevas maneras de organizar la producción y los intercambios, que apoya una relación justa entre los productores y los consumidores, que evita a los intermediarios. Un modelo que reduce los abismos entre el precio que pagan los consumidores finales y el dinero que recibe el productor verdadero. Un esquema que ofrece condiciones de vida dignas, en donde se respeta la identidad cultural de los pueblos y se toma en cuenta su idiosincracia. Una economía que escucha a la tierra, que apoya una producción sustentable y en donde todas las partes son beneficiadas. Leí sobre una utopía existente, un comercio justo y una economía solidaria.

El comercio justo es un movimiento internacional que ofrece al pequeño productor la posibilidad de tener acceso al mercado en condiciones más favorables y operar independientemente de los intermediarios [Schlagenhauf, 1997]. Su lucha es por ofrecer un modelo de comercialización de productos que garantice relaciones directas entre los productores y los compradores. Es un intento mundial por equilibrar las relaciones comerciales y la manera de producir, de intercambiar y de distribuir la riqueza [Luis Reygadas, 2014] creando un desarrollo integral que permita una producción sustentable y sostenible de la oferta. Es la lucha por la comercialización de productos elaborados en condiciones justas y en donde se respeten los derechos humanos [WFTO, 2009].

Entre sus principios se encuentran la creación de oportunidades para productores con desventajas económicas, la transparencia de los acuerdos, la responsabilidad en las transacciones y el pago de un precio justo. De igual manera, vigila la ausencia de trabajo infantil y del trabajo forzoso, y aboga por la no discriminación, la libertad de asociación y la equidad de género. Es un sistema que valora la calidad del producto y su producción sustentable.

El comercio justo va de la mano del concepto de las economías solidarias en donde el valor humano va por encima del lucro y la industrialización. [Raúl Lugo, 2018]. Es una visión diferente que promueve igualdad de oportunidades en un mercado democrático que facilita la actividad de los pequeños productores y reduce el poder de los grandes corporativos [Luiz Razeto, 2013]. La economía solidaria es una apuesta por la cooperación, la autogestión, los emprendimientos sociales, el trabajo colectivo y la reciprocidad de todas las partes. Es una economía con un carácter ético [Boris Marañón Pimentel, 2013].

“Las economías solidarias nacen de los excluidos de la sociedad, como la mayoría de las alternativas en la historia de la humanidad, y estos las regalan al mundo porque son economías para todos y todas”, afirma Mario Bladimir Monroy. 

Sin embargo, varios son los obstáculos y los desencantos que ha enfrentado el comercio justo y las economías solidarias en las últimas décadas. Los defensores del libre mercado señalan que estas prácticas entorpecen el crecimiento y la modernización de la sociedad. Existen economistas que aseguran que estas alternativas no funcionan a gran escala y se limitan a narrativas heroicas que disfrazan falacias. Así, estos modelos alternativos reman contra corriente y tienen que superar obstáculos como el individualismo, el consumismo, las prácticas monopólicas, la concentración del poder, la discriminación étnica y de género [Luis Reygadas, 2014]. 

Varios investigadores advierten que la estratificación social, la asimetría en la distribución del capital cultural, la burocracia del estado, la falta de programas de capacitación, la mercantilización de la tierra, los complicados sistemas de financiamiento y las propias lógicas del mercado neoliberal, no permiten la consolidación de las economías solidarias. Hay quienes dicen que no basta imaginar una economía distinta si los sectores importantes de la población no la aceptan y no le dan una oportunidad. Hay quienes, escépticos, creen que tan sólo es una utopía que no puede competir con la producción masiva y las grandes trasnacionales. 

Yo soy de los que cree en los matices y estoy convencido que vale la pena luchar por los puntos medios y las causas sociales. Y es que lo cierto es que el sistema económico actual sigue aumentando la brecha de desigualdad y los índices de pobreza extrema. Cada vez son menos los que tienen más. La industrialización no escucha el espíritu de la tierra y la acumulación de la riqueza en unos cuantos es insostenible, por momentos parece que la liga se va a reventar. Hoy más que nunca, creo que vale la pena apostar por modelos alternativos y que es necesario darles oxígeno en la opinión pública y en nuestra cotidianidad. Modelos que sepan convivir con el sistema actual y que lo transformen desde adentro.

Lo cierto es que hoy existen más de 2,000 organizaciones involucradas en el comercio justo y que son millones los productores beneficiados en los cinco continentes. Lo cierto es que hay varias economías solidarias que ya son una realidad. Y es que como dice el investigador Luis Reygadas, “las utopías tienen consecuencias en el presente, independientemente del valor que tengan en el futuro. Las utopías nos ayudan a caminar con dignidad”. O citando a Mario Monroy Gómez, “las economías solidarias no son la solución para todos nuestros problemas estructurales, pero sí la utopía a alcanzar que nos da la energía y fuerza con las que podemos trabajar en colectivo para tratar de superarlos”.

Bibliografía

La economía solidaria en México, Boris Marañón Pimentel, 2013.

Buen vivir y descolonialidad, crítica al desarrollo y la racionalidad instrumentales/ Boris Marañón Pimentel / Economías solidarias y educación intercultural/ Mario Bladimir Monroy Gómez, 2013.

World Fair Trade Organization.

Economías alternativas; utopías, desencantos y procesos emergentes. Luis Reygadas/María Pozzio, Amalia Gracia, Ángeles López, Teresa Maza, 2014.

Mayo 1, 2018
Mayo 1, 2018
Alonso Monroy
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Que no se te olvide lo que realmente vale la pena en esta vida. Que la inercia no te atrape, que la indiferencia no lo permita. Recuerda tus sueños todos los días y carga de ideales tu mochila. Trabaja el miedo como ejercicio y estudia muy bien el silencio. Confía. Recupera el camino las veces que sea necesario y tira buena vibra. Escucha mucha música. Arriésgate y no te arrepientas. Haz el amor.

Que nadie te diga lo que debes hacer con tu vida, que no te importe lo que piensen los demás. No busques la aceptación ni la aprobación de nadie. Sólo la tuya. No te dediques a buscar el cariño de la gente, quiérete tú y quiérete a ti. No busques afuera lo que te hace falta adentro y no te preocupes tanto por el dinero. Trata de dar más de lo que recibes y confía en el universo. Haz el amor.

Que encuentres el coraje para aguantar los golpes que te dará la vida. No dejes de levantarte de cada caída, y es que aunque el invierno es largo, siempre volverá a salir el sol. Dale varias oportunidades a la vida y visita el mar de forma seguida. Viaja hasta quedarte pobre, que de esta vida te irás con las manos vacías. Perdónate y vuelve a empezar. Haz el amor.

Que te apasione lo que haces de tu vida, que tenga un significado. Pero tampoco dejes tu vida en una oficina, el trabajo nunca será la medida de todas las cosas y el estrés sólo se espanta cuando confías. Haz lo máximo que puedas, no menos y no más. Pero también aprende a relajarte y de vez en cuando ponte a meditar. Trae tu mente al presente y sé consciente, reflexiona cuando empiece la lluvia. Prende una vela en las noches y lee hasta quedarte dormido. Haz el amor.

Que no se te olvide de dónde vienes y a dónde quieres llegar. No abandones al espíritu y no dejes de ver las estrellas. Cuélgate de las faldas de la luna y platica mucho con el abuelo fuego. Haz un altar y eleva tus intenciones. Ve tejiendo sentimientos. Sé impecable con tu palabra y no hagas suposiciones, no te tomes nada personal. Investiga sobre las leyendas de los pueblos originarios y descubre las tradiciones indígenas. Encuentra tu poder. Desde el alma y con el corazón abierto. Haz el amor.

Al final, haz de tu vida una aventura. Que te guste la historia de tus días y que algún día se cante en tu honor. Disfruta cada comida y cada conversación. Sé sincero y encontrarás compañía. Besa hasta que te duela boca, baila aunque no sepas cómo y siempre deja el corazón. Haz altos en el camino y no olvides tus sueños. Ya sabes el secreto: el amor está en todas partes, y todo lo que necesitas, es hacer el amor.

Abr 24, 2018
Abr 24, 2018
Alonso Monroy
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Tierra verde y húmeda en donde sopla fuerte el viento y el sol se asoma a lo lejos. Tierra rodeada de mar. Tierra histórica donde se cuentan leyendas de celtas, vikingos y marineros. Tierra desenfadada y rebelde que está orgullosa de serlo. Tierra independiente y tierra en libertad. Tierra de gente alegre y dicharachera que no tiene reparo en iniciar una conversación. Tierra de gente humilde, pero terca. Tierra de sarcasmos, ironías y humor negro. Tierra de creatividad. Tierra de escritores y poetas, de historias fantásticas, bibliotecas famosas y novelas eternas. Tierra de genios. Tierra de whiskeys y cervezas, de pintas y tabernas. Tierra de cánticos, tambores, flautas y cuerdas. Tierra donde la música no puede faltar.

Al final es cierto lo que dicen de Irlanda, es cierto lo que dicen de Dublín. Es una tierra donde la lluvia que baja desde el polo se convierte en una bocanada de aire fresco. Esta es una tierra de valientes, una tierra de oportunidad.

Llegamos con las lluvias del verano pasado, cuando amanece a las cuatro de la mañana y oscurece pasadas las diez. Adriana y yo llevábamos casi un año viajando y una noche en Barcelona decidimos que nuestra siguiente parada sería Dublín. No teníamos idea de lo que depararía el camino, pero los dos veíamos en Irlanda una oportunidad para parar, tomar aire y vivir por un tiempo. Veíamos en Irlanda un lugar para seguir escribiendo nuestra historia y para seguir viviendo. Un lugar para seguir explorando y seguir descubriendo. Un lugar en donde lo queríamos intentar. Sabíamos que hacía frío, que llovía mucho y que es largo el invierno, pero no nos importó. Y es que después de un largo viaje de subidas y bajadas, llegábamos a Dublín con un espíritu genuinamente positivo. Enfrentaríamos todos los retos con la mejor actitud y con la mejor energía. 

Queríamos estar contentos y había sueños por cumplir.

El primer gran reto era encontrar trabajo y los dos lo logramos en muy poco tiempo. Sin saberlo, habíamos llegado a una tierra donde la tasa de desempleo es casi del cero por ciento y en donde todos los que buscan, encuentran una posibilidad. Una ciudad donde todos los días hay vacantes y oportunidades, una tierra que vive un buen momento en el mercado. Un lugar en donde es más fácil encontrar un trabajo que encontrar un lugar para vivir. La oferta laboral en Irlanda está casi a la par que la demanda. Aquí el que quiere trabaja, aquí se puede volver a comenzar. 

También logramos lo imposible. En pleno auge económico, Dublín es una ciudad que tiene una crisis inmobiliaria y en donde es muy complicado conseguir un espacio para vivir. La mayoría de la gente comparte habitación y muchos prefieren vivir a las afueras de la ciudad. La escasez es tal, que hay quienes pagan por compartir una cama o dormir en un sofá. A nosotros la suerte irlandesa nos acompañó y después de una larga búsqueda, encontramos un departamento para nosotros dos, con mucha luz y en el mero corazón de la ciudad. Un departamento que por azares del destino se encontraba a un gran precio y que necesitaba de una pareja de guardianes. Un lugar que nos gustaba mucho y que por fin se sentía como nuestra casa. Una casa que nos hizo feliz. 

Irlanda también significó llegar a una cultura ajena y a un país en el que nunca habíamos estado, una Europa diferente. Un lugar de tradiciones distintas en donde la gente vive de otra manera. El contacto con la naturaleza es inevitable y todo el tiempo te sientes viviendo en una isla donde el cielo siempre está cambiando. Si amanece nublado, lo más seguro es que el atardecer será impresionante. Si la noche es fría y cerrada, lo más seguro es que amanecerá con mucho sol. Adriana y yo nos dimos la oportunidad de recorrer la isla y conocer todos sus puntos cardinales, sus dos cabos. Cruzamos montañas, acantilados, ríos, lagos y eternos campos verdes. Me llevo en la memoria las mejores postales y todas nuestras increíbles caminatas. Me llevo todas las granjas, todos los pueblos y todas las playas. Playas que parecen valles. Playas de agua fría, pero de gente cálida. 

Irlanda fue ese lugar en donde estuvimos contentos y que nunca vamos a olvidar. Irlanda ya es parte de nuestra historia. Una tierra que nos regresó toda la buena energía con la que llegamos y que no nos quedó nada a deber. Irlanda fue esa tierra en donde pusimos en práctica todo lo que habíamos aprendido en el camino. Esa tierra que nos demostró que vale la pena salir a pescar sueños, que las oportunidades son infinitas y que se puede vivir haciendo lo que te gusta. Irlanda fue ese lugar donde Adriana cumplió el sueño de trabajar para una causa social y yo retomé la pluma para cumplir el sueño de ser otra vez un reportero. Y, sobre todo, Dublín fue un puerto donde los dos fuimos felices y donde hubo mucho amor. Un puerto que nos dejó contento el corazón. 

Al final, para mi Irlanda significó el último destino de un largo viaje que pasó por cuatro continentes, dieciséis países y varias docenas de bahías y pueblos. Un viaje en el que buscaba hacer un alto en el camino y tratar de vivir de una manera diferente por un tiempo. Un viaje para explorar y para conocerme a profundidad. Un viaje para disfrutar el camino y cumplir mi promesa de hacerlo ligero. Un viaje para disfrutarlo y para conocer toda la fuerza de mi espíritu ante la adversidad. Un viaje que originalmente sería de tres meses y que acabó siendo de un año y medio. Ese viaje del que regresas más fuerte, más sabio y más viejo. Ese viaje que lo terminas con dicha y con un enorme sentimiento de agradecimiento. Un viaje que siempre quise hacer. 

Y así, te escribo desde mi último día en Irlanda, mi último día en Dublín. Te escribo y se me inflama el pecho, soy un manojo de emociones en este momento. Y es que así como algún día sentí el llamado de irme lejos por un tiempo, hoy siento el llamado de volver a casa, para estar con mi gente y compartir con mi tribu. Es tiempo de volver a México y aquí siempre nos quedará Dublín.

Abr 17, 2018
Abr 17, 2018
Alonso Monroy
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El acercamiento puede ser diferente. Se pueden explorar las causas, estudiar los personajes y dar voz a todas las partes. Puede haber otra forma de contar la historia y cuestionar los acontecimientos, el espacio está abierto y no sólo es problema de dos. Se puede tener la habilidad de denunciar las violaciones de los derechos humanos y disminuir el nivel de tensión en situaciones de conflicto. Ser crítico y ser activo. Sin identificarse con ningún bando, sin defender intereses, sin ser una voz que impone desde el poder, sin señalar enemigos. Una comunicación horizontal.

Desde hace tiempo corre la idea que puede haber otro tipo de periodismo; uno que no divida, que sea transparente y que informe en libertad. Uno que se quite el protagonismo y sea capaz de promover procesos de recuperación y paz. No se declara la panacea, pero es otro paradigma.

El concepto del periodismo de paz surgió en los sesenta en Noruega cuando el sociólogo y matemático Johan Galtung presentó sus estudios de paz y de conflicto, en una época dominada por la Guerra Fría y la división del mundo en dos grandes bloques. Su investigación se basó en entender el comportamiento de los medios en momentos de crisis y planteaba que gran mayoría de la prensa abordaba la información desde la confrontación, desde el nosotros y el ellos, desde la violencia. Un periodismo orientado a la guerra donde se ocultan los matices, se descontextualiza la información y no se profundizan las causas. La información se hace opaca y secreta. Es a ganar o a morir.

Galtung propuso un paradigma diferente. Un periodismo que investigara a fondo los orígenes del conflicto y difundiera los efectos invisibles de la violencia, que hablara del daño humano y los traumas colectivos. Uno que atendiera las causas y buscara reconstruir el tejido social a mediano y largo plazo. Un periodismo convencido de que la información sirve como herramienta en el proceso de reconciliación y que también puede producir cambios. Un periodismo crítico, un periodismo responsable. 

Así surgió un movimiento al que se sumarían investigadores como Jake Lynch, Robert Hackett, Yuezhi ZhaoAnnabel McGoldrick, Samuel Peleg y Noam Chomsky. Mentes brillantes que ofrecieron una alternativa, el intento de construir otra realidad. 

Sin embargo, también hay críticas que se han cruzado en el camino de este modelo. Cómo lograr que el producto sea sostenible y rentable, cómo atraer audiencias y cómo vencer el consumo de violencia y sus altos ratings. Desde dilemas éticos hasta principios prácticos y el papel del internet. Hasta dónde debe involucrarse el periodista con el cambio social y cómo lograr que el producto informativo sea relevante. Cómo no ser presa de una sola fuente. Cómo vencer el aparato mediático que produce noticias orientadas a la guerra y al recuento de los daños. Que cría cuervos y villanos, que dicta la solución sin reducir las partes del conflicto a dos. 

Yo la primera vez que escuché el término fue hace un año en Barcelona y desde entonces me llamó toda la atención. Me parece que en tiempos de cólera es importante hablar de estos temas. En tiempos de muros y fronteras, vale la pena revisar alternativas y cuestionar el sistema. Estudiar los efectos invisibles y los perfiles psicológicos de todas las partes. Creo que vale la pena estudiar e informar sobre las crisis humanitarias. Hablar de la historia que hay detrás de los migrantes, de los desaparecidos, de los refugiados, de los marginados, de los feminicidios. En tiempos de odio y miedo, estoy convencido que la información y el conocimiento pueden cambiar la realidad. 

Hoy más que nunca, creo que vale la pena seguir escribiendo. Porque la paz no es el desenlace, es el camino. Porque vale la pena el desafío, porque vale la pena investigar. 

Referencias:

“El periodismo de paz como paradigma de comunicación para el cambio social: características, dimensiones y obstáculos” por Eva Espinar Ruiz y María Isabel Hernández

Más textos de Alonso Monroy: www.caminoligero.com

Abr 10, 2018
Abr 10, 2018
Alonso Monroy
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Cuelga de mi pecho una pluma que se ha vuelto la brújula de mi camino en los últimos días. Cuelga de mi pecho un saco de estrellas y quimeras que me recuerdan lo que realmente vale la pena. Cuelga de mi pecho el coraje suficiente para encarar todas las caídas de esta aventura en el tiempo. Cuelga de mi pecho un manojo de sueños y deseos. Cuelgan de mi pecho el mar, las olas y los desiertos. Cuelgan también las ganas de vivir cada ironía y cada momento. Al final, cuelga de mi pecho una pluma con la que escribo el viaje de mi vida. Cuelga un amuleto.

Hace no mucho una mujer me preguntó por qué traía un collar de hilo con un dije de metal en forma de pluma. Su mirada fija me puso a prueba y por más que saqué un costal lleno de historias alrededor de las plumas, ninguna la convenció. Todo ese día me quedé pensando por qué traía una pluma colgando en el pecho y por qué llevaba años diciendo que la pluma era la médula de mi destino. Sabía que siempre me había acompañado el misterio de la pluma, pero no sabía cómo explicarlo.

Para mí, una pluma es una metáfora. Significa la levedad del alma y su aleatorio camino por los mares del azar. Es el vuelo y es el viento. Es el vaivén y el ritmo natural. Es energía. Es la narrativa de mi vida que no se explica muy bien por dónde va, pero sabe que se está moviendo. Y es que me es difícil estar quieto. Así, la pluma se convierte en una especie de reportero que con los ojos bien abiertos reflexiona todo lo que está viendo. Soy un tipo que cree en las señales y las corazonadas. En el instinto. Alguien que siempre quiso ser aprendiz de mensajero.

Pero la pluma es mucho más. Cuenta la leyenda wixárika que desde el principio de los tiempos las plumas han sido símbolo de protección, de maestría y conocimiento. Sólo los viejos sabios de los pueblos originarios podían portarlas y las usaban para cuidar, entre muchas cosas, el espíritu. Para los indígenas de Mesoamérica, la madre tierra es la gran fuente de energía y los verdaderos guardianes cuidan de ella. Surgimos de la naturaleza y nos debemos a ella. Las plumas nos recuerdan que venimos de las estrellas. Del maíz y de la tierra. 

Al final, lo que más me llama de las plumas es que sirven para escribir, para contar historias. Desde niño me impresionó el baile de las palabras y cómo se puede jugar con ellas. Sólo los fonemas me hacían volar. Con el paso de los años, me fui dando cuenta que vivo de anécdotas, relatos y misterios. A veces vivo en mundos fantásticos y a veces también me invento cuentos. Otras, encuentro en la pluma la melancolía y la realidad, me voy dando cuenta de todo el amor que tiene la soledad. Y es que después de todo, dejar algo escrito significa dejar algo de mí. Significa trascender. 

Por eso las plumas son tan especiales y por eso creo que soy una pluma. Una pluma que no tiene un camino escrito porque diario lo va escribiendo. Una pluma que no sabe la aventura que vivirá mañana, porque vive del momento. Una pluma que está llena de magia y que con el tiempo quiere convertirse en curandero. Una pluma que también vive de nostalgias y recuerdos. Y es que si volviera a ver a esa mujer que me preguntó qué significa la pluma que cuelga de mi pecho, sólo le pediría que me tomara de la mano y sintiera lo mismo que yo siento.

Abr 2, 2018
Abr 2, 2018
Alonso Monroy
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Cuenta la sabiduría ancestral hindú que la atención del aprendiz sólo pertenece al presente y que por eso hay que tener el corazón y los ojos bien abiertos. Sólo en el presente podemos modificar nuestra realidad, sólo en el presente podemos escribir nuestra narrativa, sólo en el presente podemos actuar. Es el tiempo en el que las fibras del cuerpo se conectan con los hilos de nuestra mente. Nuestras ideas, nuestras emociones y nuestro cuerpo se alinean y ese momento no se volverá a repetir. El presente es el único tiempo verdadero. Por eso insisten los maestros en tener la mente en el presente y disfrutar el camino que se va recorriendo. Por eso insisten en dejar de rumiar y proyectar el sendero venidero. Sólo en el presente podemos cambiar.

El poema épico hindú del Mahabharata es una de las primeras referencias escritas que documentan el principio de la conciencia plena en el momento presente. Desde hace más de tres mil años, en la India corre el hábito de buscar entrenar el cuerpo y la mente para ampliar nuestra capacidad de conciencia y nuestra capacidad de asombro.

Según los versos del Mahabharata, cuando vivimos en el presente somos capaces de renovar nuestra versión y soltar la versión que se recuerda del pasado o la que se predice del futuro. La vida verdadera es la que está en el presente porque sólo ahí podemos reinventarnos. Una mente clara es una mente en calma en la que se refleja nuestra vida tal cual va sucediendo. Por eso el hindú cree tanto en la meditación. Por eso repiten los mantras. Por eso elevan sus intenciones.

La filosofía hindú que se retrata en el libro del Mahabharata advierte que la auténtica libertad sólo existe cuando aceptamos el presente y lo inesperado, cuando de manera deliberada dejamos de crear expectativas y nos adaptamos a la vida como va surgiendo. Algo así como vivir la vida sin apegos, más allá del apego que merece este momento. La verdadera paz es dejar de preocuparse por un futuro que no ha existido y por un pasado que no podemos cambiar. 

Las escrituras sánscritas señalan que el verdadero amuleto de la conciencia recae en la acción, en la capacidad de transformar nuestra realidad. Cuando actuamos, nuestra mente está enfocada en lo que estamos haciendo, más allá de lo que no sucedió o de lo que sucederá. La acción pertenece al presente y lo desconocido siempre será desconocido. Nuestra experiencia sólo es una referencia, pero nuestras acciones son las que van marcando la brújula del camino. Porque para la filosofía hindú lo más importante es el camino, ahí se encuentra la verdadera transformación.

Lo que me llamó la atención de este pasaje hindú es que en los últimos años la ciencia occidental ha tenido descubrimientos que apuntan hacia el mismo principio. Una investigación de la escuela de psicología de Harvard realizada en 2006 reveló que el 46.7% de nuestro tiempo despierto pensamos en otras cosas diferentes a las que en el momento estamos haciendo, y esto con el tiempo, va causando frustración. La investigación demostró que la muestra estudiada puso su atención en el pasado o en el futuro de una manera que no era productiva. Perdían mucho tiempo pensando en cosas en las que no tenían poder de acción y eso les generaba angustia. 

El estudio concluyó que vivir en el futuro puede generar un sentimiento miserable y de ausencia, la mayoría de la muestra siempre declaraba que estaba esperando a que pasara algo para poder estar completamente bien. Y mientras eso ocurría, la vida pasaba.

Después de repasar las dos visiones en la redacción de mi cabeza, ahora entiendo que al final todo es una práctica y que mucho va de volver a entrenar. Bien dice el Mahabharata que el aprendiz debe mantener una atención plena para encontrar el verdadero balance, que el silencio de la mente deja en acecho los sentidos para interpretar a plenitud la existencia.

Según la leyenda del peregrino para llegar a tal estado de abundancia hay que conectarnos con lo que está sucediendo y así entrenar nuestros impulso y nuestros pensamientos. La sabiduría del Mahabharata apuesta por la importancia de hacer tierra mientras se hace camino, y es que al vivir en armonía con el presente se puede encontrar el equilibrio. Contemplando y sin juzgar. Porque sólo podemos actuar en el presente, sólo el presente es real.

Referencias:

Living in the moment makes people happier, por The Guardian

We aren’t built to live in the present, by Martin E.P Seligman and John Tierney, The New York Times

Hindu teaching to being on the present moment, by Mathew Buttler

Mar 27, 2018
Mar 27, 2018
Alonso Monroy
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Inglaterra, 1969. Era el fin de los Beatles y sin duda uno de los tragos más amargos en la historia de la música. La presión del negocio estaba asfixiando a la banda y dejándola sin arte y sin aliento. Firmas de papeles, decisiones de derechos, las presiones del contrato, los beneficios vendidos, los compromisos comerciales, el tiempo perdido y el desgaste de una banda con un largo camino recorrido eran parte del contexto. George, Paul, John y Ringo estaban agotados y ya pesaban los recuerdos. Era el fin de un largo invierno y el fin de una era. Comenzaba un nuevo ciclo, comenzaba la primavera, se venían tiempos de cambio y justo ahí surgió la canción. Here comes the sun, porque no hay invierno que dure cien años y porque siempre regresará el sol.

Cuenta la historia que George Harrison escribió Here comes the sun un día que decidió no presentarse a una reunión legal en la Apple Corps Organization para escaparse a la casa de campo de su eterno amigo, Eric Clapton, en las praderas de Surrey, en Inglaterra. Según Clapton, parte de la magia de Harrison era que siempre buscaba tener una guitarra cerca y en esa mañana soleada no fue la excepción. Sentados bajo un árbol, de frente al valle y observando el sol, Harrison empezó a tocar. Era el inicio de la primavera de 1969 en Inglaterra y George Harrison comenzó a cantar las primeras líneas de Here comes the sun. Con asombro, Eric Clapton era testigo del surgimiento de un clásico del rock and roll.

“'Here comes the sun' fue escrita en un momento en el que Apple se estaba volviendo como la escuela, donde teníamos que ir y ser hombres de negocios. Firma esto, firma aquello. En fin, parecía que el invierno sería eterno en Inglaterra, y para cuando llega la primavera, realmente crees que la mereces”, declaró algún día el mismo HarrisonPor eso la canción representaba el alivio de George tras una difícil temporada, representaba el deseo de seguir caminando, de soltar el pasado y de abrir un nuevo ciclo. El deseo de sentir que todo estará bien y que todas las cosas pasarán. Y es que el rompimiento de los Beatles era un secreto a voces y Harrison ya se imaginaba un camino en solitario. Un año y un par de álbums después, la separación de la banda se hizo oficial.

Musicalmente, Here comes the sun representa la experimentación continua de George Harrison y su continua búsqueda de nuevos sonidos, de nuevos instrumentos y de resultados diferentes. En la canción se percibe la influencia de todos los viajes que hizo George a la India y la amistad que sostuvo por décadas con Ravi Shankar, un maestro bengalí de música clásica que dominaba el arte del sitar y la meditación. De igual forma, la canción está escrita en siete tiempos y medio, un viejo truco de la música tradicional hindú que nunca había sido usado en Occidente. También, la canción experimenta con un raro sintetizador análogo, conocido como el sintetizador Moog, y fue grabada en siete sesiones y 13 tracks que incluyen tres guitarras, una armónica y una sinfónica de cuerdas y vientos. No es mentira que la canción transmite la verdadera esencia de un amanecer.

Un dato curioso de la canción es que fue escrita a finales de marzo y principios de abril de 1969. Ese mismo año, la estación meteorológica de Greenwich registró que enero y febrero fueron los meses más fríos de toda la década y que la llegada de los días de sol se retrasó mucho más de lo normal. No sólo era una metáfora el invierno largo que había vivido George Harrison en Londres con los Beatles, estadísticamente fue uno de los inviernos más largos de Europa Occidental, y contra pronóstico, el mes de abril registró 189 horas de sol, una cifra inédita que no fue superada hasta 1984. Irónicamente, esa primavera de 1969 fue una de las más soleadas en la historia de la isla inglesa. 

Después de haber vivido en Irlanda casi un año y haber pasado un invierno de seis meses ahora entiendo diferente la canción. Entiendo lo que es pasar tanto tiempo sin sentir el calor y atesorando las escasas horas de sol. Realmente la gente espera la primavera con un deseo que se vuelve casi idealizado y es que por momentos parece que el invierno nunca terminará. Por eso la llegada del sol tiene tanto significado en estas tierras verdes, húmedas y frías; es el inicio de una nueva cosecha y una nueva temporada, es el comienzo de una nueva vuelta al sol. Y asícomo George Harrison sentía que era el fin de una etapa, así me voy sintiendo yo. Es momento de dejar Irlanda, es momento de dejar el invierno y es momento de decir adiós. Quizás por eso me dio por escribir sobre George Harrison y la historia de Here comes the sun.

Referencias:

Here comes the sun, The Beatle Bible

Living in the material world, por Martin Scorsese

Here comes the sun, escrita por George Harrison

Mar 20, 2018
Mar 20, 2018
Alonso Monroy
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Una de las historias más contadas en la historia del arte es la del Pigmalión; aquél mitológico rey de la isla de Creta que algún día se enamoró de una de sus estatuas de marfil, de la ninfa Galatea. Según la leyenda, el deseo del Pigmalión se volvió tan fuerte que la diosa Afrodita decidió ayudarle y en un sueño le dio vida a la piedra, le dio vida al arte y le dio vida a Galatea. El dilema fue inspiración de genios como William Shakespeare, Goethe y Bernard Shaw, y Galatea se volvió la ninfa de pintores, escultores y poetas. Incluso la historia del Pigmalión inspiró a la ciencia.

En 1968 los psicólogos Robert Rosenthal y Leonore Jacobson seleccionaron a un grupo de profesores en Estados Unidos a los que se les informó que sus alumnos habían sido evaluados con un test de capacidad intelectual y, al mismo tiempo, se les hicieron saber los resultados. Al final del año, los alumnos que habían sido los mejores calificados fueron los que tuvieron el mejor rendimiento en el curso. Lo valioso del estudio es que en realidad los niños nunca fueron sometidos a ningún test y que aquellos con supuesta mejor calificación en realidad habían sido seleccionados al azar. 

Así demostraron que la creencia de un sujeto sobre otro impacta el comportamiento de ambos y esto hace que la creencia se vuelva verdadera. A este fenómeno se le llamó el efecto Pigmalión en la sociología moderna; el poder de las creencias de los demás en nuestra conducta y el poder de nuestra conducta en las creencias de alguien más.

A su vez, el efecto Pigmalión encuentra su esencia en el principio de la profecía auto cumplida que fue introducido por el sociólogo Robert Merton en los años cuarenta y el cual advierte que nuestras creencias tienen el poder de generar una conducta que hará que la creencia se cumpla. Según esta corriente, no sólo reaccionamos a las situaciones, también reaccionamos a la manera en la que percibimos esas situaciones y al significado que nosotros les damos. Es una predicción que una vez hecha, es en si misma la causa de su existencia. Y así, la profecía se cumple y la creencia se hace verdadera. Por eso dicen que nosotros vamos atrayendo lo que creemos y que las expectativas que generamos, las vamos cumpliendo. No es algo místico, es algo natural.

Quizás lo más interesante del efecto Pigmalión y del principio de la profecía auto cumplida es entender el poder de nuestras creencias, el poder de nuestro comportamiento y sobre todo el poder de nuestra conciencia. Nuestras creencias se vuelven realidad porque actuamos convencidos de que son ciertas. Al ser conscientes de esto, podemos estar muy atentos de las creencias que vamos construyendo y la realidad que vamos proyectando. Encontrar el equilibrio de nuestra realidad, significará en gran medida encontrar el equilibrio de lo que esperamos y lo que creemos. Entender el origen de nuestras creencias nos hará entender el camino recorrido y el que se puede recorrer. Por eso dicen que ser consciente te puede dar el don de cambiar, y que cuando confiamos en algo, las posibilidades de actuar se vuelven infinitas.

Referencias:

Self-Fulfilling Prophecies, The Oxford Handbook of Analytical Sociology, por Peter Bearman.

Using Self-Fulfilling Prophecies to Your Advantage, by Caroline Kaufmann.

Superarse con el efecto Pigmalión, por Alex Rovira.

Mar 13, 2018
Mar 13, 2018
Alonso Monroy
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La diversidad, la imperfección y el reconocimiento de nuestro lado más pardo. La libertad de ser y de manifestarse. La búsqueda de nuestros demonios y nuestros deseos. El compartir suelo con los rechazados, el verse reflejado en el espejo de la frustración, del enojo y del miedo para comprender el significado del otro. El hallarse entre los marginados, los exiliados, los excluidos y los foráneos. El saberse fracasado, el aceptarse diferente. El entender que, al final, nadie es normal y así asumir nuestros defectos más mundanos. El sentir empatía por lo ajeno, el estar abierto a lo extraño y el ser consciente de nuestra muerte. De eso va la fábula del monstruo, de la belleza de lo diferente.

La fábula es una composición literaria de carácter breve que se cuenta en prosa o en verso y en la que sus personajes suelen ser animales u objetos que manifiestan conductas, dilemas y vicios de los humanos. Su naturaleza es fantástica pero utiliza la crítica social para confrontar realidades, para explorar emociones y para salir en búsqueda de la verdad.

Al final, la fábula se vuelve un recurso ficticio cuyo enigma siempre va acompañado de una solución o una moraleja. Ese es el poder de las fábulas, reflejar la conducta de un ser imaginario para abordar el comportamiento intolerante de una sociedad. La fantasía como camino hacia la verdad y la fábula como sátira social, como antídoto y como remedio literario.

Existen referencias de fábulas desde tiempos de Mesopotamia, Grecia y Egipto, tiempos antes de Cristo. Cuentan que en tierras de Babilonia aparecieron tablas de arcilla hechas hace más de tres mil años que relatan historias de zorros astutos y elefantes presuntuosos. Quizás el primer escritor reconocido que exploró este género literario fue el poeta griego Hesíodo, que en su obra El trabajo y los días hizo referencia a la búsqueda de la justicia. A él le seguirían una larga lista de pensadores, filósofos, escritores, poetas y humanistas. Son famosas las fábulas de Esopo, de Sócrates, de Horacio, de Flavio Aviano, de Leonardo Da Vinci y del escritor francés Jean de la Fontaine, cuyos textos son referencia obligada en la historia de la literatura universal. 

De la misma forma, la humanización del monstruo es un recurso que se ha vuelto inspiración de muchas obras literarias, teatrales y cinematográficas. Es famosa la novela gótica Frankenstein o el moderno Prometeo, escrita por la ensayista británica Mary Shelley en 1818, misma que fue adaptada al cine en 1931 por el director James Whale y producida por los Universal Studios. También destaca la obra literaria del escritor irlandés Bram Stoker, quien le dio vida a la leyenda húngaro-rumana de Drácula, una historia que muchos años después sería llevada al cine de manera majestuosa por el director Francis Ford Coppola. O los clásicos del cine de horror como The Elephant Man, de David Lynch, o The Creature From The Black Lagoon, escrito por Harry Essex y Arthur Ross y dirigido por Jack Arnold, el cual narra el amor de un hombre anfibio y su esposa humana. 

Quizás la última referencia de la fábula que hace mención al lado más humano del monstruo es la metáfora escrita por el guionista y director mexicano Guillermo del Toro con su fantástica historia de La Forma del Agua. Con su genialidad, su creatividad y su manera única de contar historias, Del Toro vuelve abordar la vulnerabilidad del monstruo en un entorno con matices reales, históricos y cotidianos. La imperfección, el reconocimiento del otro, la igualdad, la discriminación y el concepto de la bestia son retratados de manera única por el cineasta tapatío y su historia da paso a reflexiones políticamente incorrectas, por no llamarlas progresistas; evoca flaquezas, miedos y debilidades que son pertinentes de nuestra era. 

Una vez más, Del Toro explora el lado oscuro de los cuentos de hadas con un enfoque distinto que no busca la transformación de la bestia, si no su entendimiento. Por eso él mismo reconoce que su historia es la fábula de un ser con escamas pero bien podría tratarse de una cuestión de racismo, de discriminación o de igualdad de género. Guillermo Del Toro es el primero en decir que durante su camino le ha sido fiel a sus monstruos y que las historias de amor pueden ser contadas de manera consciente. Porque como él mismo dice “el amor no significa transformar y cambiar a las personas, significa entenderlas”. Esa es la famosa fábula del monstruo que Del Toro retrata mágicamente; una historia de amor donde las bestias seguirán siendo bestias y el amor es entender lo diferente. 

Referencias:

Mar 6, 2018
Mar 6, 2018
Alonso Monroy
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Los hostales son lugares a los que llegan personas de todas partes del mundo con contextos e historias de vida muy diferentes. En un hostal conviven viajeros que vienen a recorrer lo ajeno, extranjeros que llegan para empezar de nuevo, jóvenes que vienen de fiesta y también personas que por azares de la vida se quedaron sin casa o sin empleo. En un hostal pasan la noche diferentes universos y suceden decenas de historias todos los días. Su magia es la diversidad y su esencia es la de ser refugio. Los hostales suelen ser lugares emblemáticos para los caminantes del mundo y yo ya puedo decir que trabajé en uno de ellos, que algún día fui su guardián.

La cultura del hostal se basa en la idea de compartir habitación por un precio accesible a cambio de reducir los costos de operación, los lujos, los gastos y los espacios. Cuenta la anécdota que el primer hostal lo abrió un maestro en Alemania en 1912, con el afán de dar morada a todos aquellos jóvenes que decidían recorrer el país y salir a explorar. Su idea fue poner varias literas en los tres cuartos de su casa, ofrecer un baño compartido y una modesta cocina para el desayuno. Años más tarde, su proyecto se convirtió en un movimiento que se extendería por toda Europa Occidental, Australia, Nueva Zelanda, Canadá y los Estados Unidos. La idea del maestro Richard Schirrmann ofrecía una oportunidad de bajo costo para viajeros de todo el mundo. El concepto es compartir techo y el resultado es la mezcla de universos. 

De mi parte, desde hace tiempo se manifestó mi espíritu aventurero y la vida me ha dado la dicha de poder viajar hacia lo desconocido. Mi última travesía lleva un año y medio y he pasado la noche en decenas de hostales que se han vuelto parte de mi historia y mi camino; he estado en hostales con hamacas, hostales en la montaña, hostales muy austeros y en otros que son referencias de escritores, poetas y viajeros.

No hacer ruido en el cuarto, no tocar lo que no es tuyo, lavar todo lo que uses en la cocina y ser breve en el baño, son algunos de los códigos básicos de un hostal. Aprovechar el desapego que significa ese breve encuentro de espacio y tiempo que nunca se repetirá te quitará la pena de iniciar pláticas y conocer distintos personajes, filosofías y realidades. Yo disfruto ser huésped de un hostal y en ellos he hecho muchos amigos. 

Por eso el día que llegué a Dublín y comencé otra vez a buscarme la vida, pedí el deseo de trabajar en un hostal; quería ver si era cierto todo lo que creía y no quería quedarme con la duda. Hoy te puedo decir que ya llevo siete meses trabajando en uno y que ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. Comencé como portero en el turno de la noche y ahora soy recepcionista en el turno del día y es uno de los hostales históricos de la ciudad. Te puedo decir que me gusta mucho lo que hago y que he aprendido a ser guía, guardián y consejero.

También te puedo decir que hay grandes huéspedes y otros no tanto; que no es nada fácil limpiar una cocina. Ya habrá momentos para relatar todas las historias que he vivido en estos meses, pero por ahora te puedo decir que trabajar en un hostal es algo que me ha permitido mantenerme para seguir escribiendo y seguir viajando. Escribiendo sobre un hostal que no fue sólo un lugar de paso. Escribiendo para seguir soñando. 

Referencias:

Brief history of hostelling, por Hi Hostels

Feb 27, 2018
Feb 27, 2018
Alonso Monroy
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El día no se entiende sin la noche, la vida no existe sin la muerte y la oscuridad no se explica sin la luz. El lado oscuro de la naturaleza humana ha sido campo de estudio desde los primeros tiempos y es parte inevitable de nuestra esencia; decenas de filósofos, psicólogos, músicos y pintores han abordado el tema y el debate ha tenido fascinantes desenlaces. En esta ocasión mi texto hace referencia a dos piezas que se volvieron obras de arte y que en su narrativa trataron de explicar el dilema. Dos lecturas distintas del tema: el lado oscuro de la fuerza de Star Wars y el lado oscuro de la luna de Pink Floyd.

 
En la primavera de 1973, la banda británica Pink Floyd cambió el curso de la historia de la música al publicar su octavo álbum, The Dark Side of the Moon. El disco de vinilo contaba el recorrido de la experiencia humana y exploraba sentimientos como la avaricia, la fuerza, la presión social, el estrés, la ansiedad, la falta de tiempo, el dinero, el envejecimiento, la muerte y la enfermedad mental. Cada cara del álbum es una pieza continua que representa una crítica a la sociedad contemporánea. Para Pink Floyd, el viaje al lado oscuro de la luna significaba el resultado de la domesticación social de nuestros impulsos y nuestras pasiones más mundanas; la lucha por tratar de controlar el comportamiento humano y las ironías que derivan en conflicto, agresión, etnocentrismo o demencia. El lado oscuro al que se refiere la banda es el de una sociedad sin empatía y en decadencia.
 
La obra maestra de Pink Floyd es una metáfora sobre los sentimientos negativos que habitan en el lado oscuro de nuestra existencia. Su filosofía advierte que si la oscuridad no es reconocida puede desembocar en mecanismos de defensa individuales y sociales. Por eso la guerra, la injusticia, el mal uso del poder, la desigualdad y la carencia. Para Pink Floyd, todos tenemos cierto nivel de locura y todos lidiaremos alguna vez con nuestro enojo, nuestra ira, nuestra rabia y nuestra cara más violenta. Así, el lado oscuro de la luna es parte de nuestra naturaleza, o como diría Roger Waters: "es defender la idea de nuestras diferencias". Reconocer nuestra locura, es reconocer nuestra esencia.
 
Por otra parte y en otras latitudes, en 1980 se lanzó Star Wars: The Empire Strikes Back, que sería la segunda película de una fascinante saga que revolucionaría la ciencia ficción cinematográfica. En el guión escrito por George Lucas se narra la historia de un joven que se entrena en las artes del caballero jedi para convertirse en un hombre de poder y traer de nuevo el equilibrio de la fuerza. Para el jedi, la fuerza es una energía que habita en todo lo que nos rodea y en nosotros mismos, es una energía que tiene un lado oscuro y uno brillante. En palabras de Yoda, "el miedo es el camino que te lleva al lado oscuro de la fuerza; el miedo se vuelve enojo, el enojo se vuelve odio y el odio es sufrimiento". El jedi es aquél que reconoce esas emociones negativas, el que las entiende, el que las domina y el que fluye con ellas.
 
La pieza cinematográfica habla de la importancia de tener una vista clara, totalmente consciente y atenta. Esta cualidad nos hará reconocer nuestras debilidades y deseos, entendiendo cómo las emociones se complementan. Según la filosofía de Star Wars y del jedi "la emoción encuentra la calma, la ignorancia se vuelve conocimiento y las pasiones traen serenidad. Así no existe la muerte, sino existe la fuerza”. En esta óptica, nada es absoluto, el lado brillante de la fuerza no existiría sin el lado oscuro y viceversa. O dicho en otras palabras, todo tiene dos fuerzas opuestas que están en constante cambio y que juntas forman un todo. Cada lado tiene un poco del otro y el arte del maestro es devolver siempre el equilibrio. Muchos dicen que George Lucas se inspiró en filosofías milenarias como el budismo y el taoísmo, en el concepto del yin yang
 
En mi caso, tanto la historia de Star Wars como el álbum de Pink Floyd han sido fuertes influencias en mi camino. Con los años, las canas y la experiencia, estoy convencido de que todos tenemos un lado oscuro y que reconocerlo nos hará vivir más libres y más ligeros. Creo que hacer las paces con nuestras fobias, nuestras preocupaciones, nuestros impulsos y nuestros deseos, nos hace más congruentes y auténticos. Convivir con nuestro lado oscuro es un buen remedio para reducir nuestra angustia existencial y entender nuestro actuar. Decidirlo. Los sabios afirman que en el lado oscuro del ser humano habita una gran creatividad, una energía vital que nos define y nos complementa. Y eso lo sabían bien Pink Floyd y George Lucas, de la oscuridad puede surgir la luz y de la luz surgen los colores.
 
Referencias:
 
The Dark Side of the Moon LP, by Pink Floyd, 1973. 
Star Wars and Philosophy, the Paradox of the force, by Edwardo Pérez.
The True Nature of the Dark Force, by Emily Asher-Perrin.
The Meaning of Dark Side of the Moon, redacción Tor.com
Was the force inspired by Taoist Philosofphy?, Comic Book Movie.
Feb 20, 2018
Feb 20, 2018
Alonso Monroy
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Pido permiso para hablar de los pueblos originarios de México.

Cuenta la sabiduría ancestral que el verdadero guerrero es aquél que está consciente de su dualidad entre espíritu y materia. Es el que siempre está en estado de acecho; cuidando su energía, cosechándola, recolectando más. Son mujeres y hombres de conocimiento. Aprendices que siempre lo serán en el camino del guerrero, porque saben que el conocimiento es el verdadero poder. De hecho, cuentan los sabios que el guerrero disfruta su existencia y la historia de sus días porque es consciente de su breve paso por esta Tierra. Así aprende a desprenderse de sus necesidades, y con ellas, de gran parte de su ansiedad. Al no necesitar, cuanto recibe es ganancia y la vida se presenta en un estado constante de abundancia. Por eso dicen que el mito del guerrero se vuelve sendero. El mito de ser quien soñaste ser.

La última vez que estuve en Yucatán me reencontré con un libro que me había prestado mi papá y que paciente me había estado esperando: Las enseñanzas de don Carlos. Se trata de la historia del investigador mexicano Víctor Sánchez, el cual se dedicó a estudiar de cerca la obra de Carlos Castaneda; aquél hombre misterioso que aprendió las prácticas del camino del guerrero y difundió la sabiduría precolombina en el mundo occidental. Los textos de Sánchez narran la sabiduría que habría adquirido Castaneda directamente de un hombre de poder, don Juan Matus, y tratan de interpretar las enseñanzas del nagual, buscando llevarlas a la práctica. 

El guerrero que relata Castaneda poco o nada tiene que ver con las guerras tal y como las conocemos en Occidente, porque "no tienen nada que ver con la violencia, la competencia, ni la destrucción de nada y de nadie, y mucho menos de los otros". En la visión donjuanista "la lucha del guerrero es contra sus propias debilidades y limitaciones; contra las fuerzas que se oponen al engrandecimiento de su conocimiento y su poder". El guerrero lucha por la libertad de elegir cómo ser y cómo vivir. Y es guerrero porque siempre busca hacer lo mejor de si mismo en cada momento, busca la impecabilidad.

Según don Juan, don Carlos y don Víctor, el guerrero es el que siempre trata de recuperar y cargar su energía; el que la busca, la trabaja y la almacena. El que no la desperdicia. Es guerrero porque sabe que el universo está hecho de campos de energía en los que es posible encontrar un punto de encaje para alinear diferentes anillos y conocer otra realidad. Sin embargo, los saberes ancestrales no viven del pensamiento, viven de la práctica, la disciplina y el actuar. Tal como lo señala el propio Castaneda: "un hombre o una mujer de conocimiento vive de actuar, no de pensar en actuar, ni de pensar qué pensará cuando termine de actuar”. 

El origen de este conocimiento tiene sus raíces entre los pueblos originarios de Mesoamérica, lo comparten la cultura olmeca, la wixárika, la tolteca y la maya. Y aunque abundan las diferencias entre los tiempos, las ceremonias y los rituales en cada región, hay muchas influencias que apuntan a una cultura madre. 

En mi caso, todo este conocimiento me llegó por parte de mi padre. Él me explicó por primera vez el concepto del guerrero y la toltequidad. Él me recomendó que leyera los Cuatro Acuerdos. Él es el que me transmite la pasión por los pueblos verdaderos, por la sabiduría que está viva, por la humildad del guerrero y por querer aprender más. Con su ejemplo, y sus cuatro ceibas, mi papá me demuestra que se puede administrar la energía para hacer largos los días y darle varios sentidos a nuestra vida. Así que cada vez que puedo y desde donde esté, trato de recordar la leyenda del guerrero y me vienen a la cabeza las enseñanzas de don Pablo, mi padre y mi maestro. Yo soy el aprendiz.

Referencias:

Basado en el libro Las enseñanzas de don Carlos, por Víctor Sánchez.

Feb 13, 2018
Feb 13, 2018
Alonso Monroy
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Dicen que las estrellas están hechas de la materia prima que creó la vida en nuestro planeta. Dicen que dentro de ellas, hay elementos químicos que mientras aumentan su temperatura, empiezan a reaccionar y crear nuevos elementos. Que el hidrógeno se vuelve helio, que el helio se vuelve carbono y que después se desprenden el oxígeno y el nitrógeno. Dicen que entre más calor hay en la estrella, aparecen elementos más pesados como el hierro, el magnesio, el azufre, el fósforo y el cobalto. Al final, la condensación hace que la estrella estalle y el polvo estelar vuele por el universo. Este proceso es infinito y así se formaron las galaxias, los planetas y la vida en la tierra como la conocemos. Por eso dicen que estamos hechos de polvo de estrellas y que parte del cosmos habita en nosotros.

Esta fascinante metáfora fue escrita por el astrónomo Carl Sagan en los años ochenta con base en años de observación, investigación y conclusiones científicas. Su claridad mostró una nueva perspectiva del paradigma del origen de los tiempos. Para él, había evidencias suficientes para señalar que los mismos átomos que forman las estrellas habían creado nuestro sistema solar y que, con las condiciones adecuadas, generaron la vida orgánica en los dos hemisferios. Según él estábamos íntimamente relacionados con los ciclos de vida de las estrellas y cuando éstas alcanzaban su punto más longevo, explotaban como la supernova a miles de años luz. Sin esa primera gran explosión, no se entendería la vida en la Tierra.

Carl Sagan no fue el primer astrónomo en mencionar tal relación cósmica de los organismos y las estrellas. En 1929 el catedrático de Harvard, Harlow Shapley, declaró que los seres orgánicos que nos hicimos llamar humanos estamos hechos de materia estelar, esto dicho en épocas donde la gente aún no sabía ni por qué brillaban las estrellas. De igual manera, y posterior a Sagan, una importante investigación de la Universidad de Nuevo México logró encontrar los elementos principales que generan vida en la Tierra en más de 150 mil estrellas de la Via Láctea. Con este descubrimiento del año 2000, las enseñanzas difundidas por Sagan se comprobaron, tomaron más fuerza y se obtuvieron nuevas evidencias astronómicas.

Este fue sólo uno de los tantos hallazgos que buscó difundir Carl Sagan en su camino por la Tierra; su campo de estudio y conocimiento abarcan muchísimos temas. Pero sin duda, éste era uno especial para él. Significa entender el universo y nuestra existencia de una manera muy diferente, una que sea más incluyente con todo lo que nos rodea. Significa crear conciencia de nuestro lugar en la evolución y nuestro paso por la Tierra. Significa poder reconocernos en en el otro y en nuestro entorno. Por eso él decía que nos gusta contemplar las estrellas, porque algún día volveremos al cosmos.

Referencias:

Cosmos, por Carl Sagan

NY Times - Stars, Gold, Dung Beetles and Us por Dennis Overbye

The Internationat Business Times por Nupur Jha

Pijama Surf: La ciencia confirma que el 97 % de nuestro cuerpo está constituido de polvo de estrellas por Javier Barros del Villar

Feb 6, 2018
Feb 6, 2018
Alonso Monroy
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Para muchos todavía es un misterio. Por qué el comportamiento mezquino de la sociedad. Por qué creemos que tenemos que tener más de lo que ya tenemos. Por qué no descansamos hasta tenerlo. Por qué entre más tenemos, necesitamos más. Por qué incluso no importa el dinero que nos costó tenerlo, si no todo el tiempo que pasamos tratando de conseguir ese dinero para después comprar. Por qué entonces nunca será suficiente lo que tenemos. Qué pasaría si fuéramos más críticos con lo que tenemos. Qué pasaría si un día decidiéramos vivir con menos. Qué tal si menos, significa más.

Hay investigaciones sociales que señalan que tener más no necesariamente te hace más feliz. Según la Paradoja de Easterlin (1974) los individuos con mayores ingresos dicen ser más felices que aquellos con menor poder adquisitivo, sin embargo, cuando los datos se comparan en conjunto, las naciones más ricas no son relativamente más felices sobre aquellas que cubren sus necesidades básicas. Para Robert Easterlin, la felicidad alcanza un tope económico y después no son tan significativas las diferencias en el estado anímico de la muestra. O dicho con sus palabras: “la felicidad no está asociada con un bienestar económico, sino con un bienestar social”.

La teoría de Easterlin tomó más fuerza con el estudio del HPI o Happy Planet Index (2016) con el que se investiga periódicamente los niveles de bienestar en diferentes países cruzando la información con el nivel de consumo de recursos, la esperanza de vida y la equidad económica. Las conclusiones señalan que países que tienen los índices más altos de felicidad no son los países con más ingresos per capita. Contrario a lo que se pensaría, países de Occidente que son referente de éxito, se clasifican por debajo de países de Latinoamérica o de Asia y el Pacífico, en donde la gente se declara más tranquila y feliz, y en donde es menor la huella de carbono.

Del lado opuesto, el sociólogo holandés Ruut Veenhoven (2006) señaló que no existía tal paradoja y que la felicidad aumentaba si crecía la ganancia. Según sus estudios, los países con más dinero eran más felices. A este argumento se sumaron las investigaciones del joven economista Justin Wolfers (2015) que señalan que el bienestar crece si el ingreso crece y que un mayor producto interno bruto genera un mejor estado de ánimo, aunque también destaca que se necesita más dinero para hacer feliz a un país con un alto poder adquisitivo y que la relación entre felicidad e ingreso no se incrementa en el mediano y largo plazo, no hay una relación lineal.

Lo cierto es que el gasto entre las personas ha crecido en los últimos 50 años y no así los índices de felicidad. Lo cierto es que la gente antes era igual o más feliz que ahora, que tiene y consume más. Lo cierto es que por definición, el crecimiento económico no encuentra límites con la naturaleza y promueve la desigualdad.

Sin embargo, también soy consciente que vivimos en un mundo capitalista donde las leyes de la oferta y la demanda ponen las reglas del juego y el consumo es una pieza fundamental. Se podrá vivir con poco, pero también existe un mínimo para cubrir las necesidades básicas. Y es que en este sistema, cuando no tienes dinero es imposible acceder al bienestar. Abraham Maslow lo explica mejor con su pirámide de necesidades, no se puede llegar a un bienestar emocional y creativo si no se cubren primero las necesidades básicas que nos dan seguridad. Considero que la pobreza y la carencia son problemas muy serios con profundas raíces, mismas que no deben confundirse con este planteamiento.

De mi parte, la idea de vivir con menos me intrigaba desde hace mucho tiempo y se volvió la brújula de mi viaje en el último año y medio. No hace mucho, me hallé sin todas las cosas que durante años fui acumulando, incluso sin aquellas que me costó mucho esfuerzo y años de trabajo conseguir. Se fueron los objetos que llevaba guardando y cargando por años. Se fueron casi todas las posesiones. Así, creo que mi vida tomó otro significado y mis cimas se volvieron diferentes. Creo que el reto se volvió encontrar mi propia pirámide de necesidades e identificar qué es lo que realmente me importa; lo que realmente necesito y lo que realmente me hace sentir bien. Creo que lo difícil no es buscar afuera, si no buscar adentro. Y quizás esté equivocado, pero hoy creo que vivir con menos puede ser más.

Referencias:

The Happy Planet Index

Does money buy happiness por Justin Wolfers

Consumption and Happiness: How do they relate? Por Karen Farías Proschle

Ene 30, 2018
Ene 30, 2018
Alonso Monroy

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