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Alonso Monroy 33680 @almonroyconesa
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¿Quién dijo que el dinero es la medida de todas las cosas? ¿Desde cuándo el sentido del viaje se esconde en una cifra que se cotiza de manera ficticia y siempre cambia su valor? ¿Por qué la vida se mediría a billetes y según quién las personas se dividen en clases? ¿En qué momento confundimos el verdadero poder?

Si seguimos esta reflexión, encontraremos que el dinero y el futbol son viejos amigos y mantienen una relación histórica llena de egos, claroscuros y misterios. Siempre fueron socios y con los años sus negocios sólo han ido crecido, disparándose en cifras inimaginables. Sus ingresos representan una jugosa mezcla que se obtiene principalmente por los derechos de televisión, los contratos publicitarios, la participación del Estado, el valor de los Clubes, las Ligas, las Selecciones Nacionales, las taquillas del estadio y todas las camisetas vendidas.

Según la revista Forbes, el Barcelona es el club más caro del mundo. La escuadra blaugrana tiene un valor por arriba de los tres billones y medio de euros, y es que en su plantilla destacan los 160 millones de euros que vale la carta del argentino Lionel Messi y los 190 millones de dólares que vale su cláusula de rescisión. Sólo en la temporada actual, el Barcelona pagó 140 millones de euros por Philippe Coutinho y en el 2017 vendió a Neymar en un valor estimado de mercado por 180 millones de euros. 

Si continuamos con el ranking de los futbolistas mejores pagados del mundo, no se puede omitir el valor del egipcio Mohamed Salah del Liverpool por 150 millones de euros, el de Neymar por 180 millones de euros y el del francés Kylian Mbappé que, con tan sólo 20 años de edad, tiene un valor en el mercado de 200 millones de euros. 

Si volteamos a México, expertos estiman que el valor del negocio alcanza los 100 billones de pesos y es uno de los tres mercados mejores pagados en todo el continente. El valor del Club América se calcula en 220 millones de dólares y su plantilla sobrepasa los 70 millones de billetes verdes y tan sólo el precio estimado del Estadio Azteca es de 107 millones de dólares. Por su parte, esta temporada la plantilla de Tigres de la UANL tiene un precio estimado en el mercado por 70 millones de euros, mientras que el Club Monterrey alcanza los 83 millones de euros. 

Y aunque con este panorama pareciera que el futbol se resume en número fríos, cifras y contratos millonarios, soy de los que piensa que el futbol es casi todo lo contrario. Es infinitamente más. Aunque existe una enorme industria a su alrededor, no podemos olvidar que al final la esencia del futbol siempre será el juego. El ritual de la pelota que convoca a dos equipos para que desplieguen toda su magia y genialidad. Porque después de la batalla en la cancha, lo que quedan son los momentos. Odiseas de piratas y sirenas que cambiaron el devenir del deporte más querido del universo.

Porque el futbol es una pasión que circula entre las venas y juega de manera caprichosa con el ánimo del aficionado. Es terapia y catarsis. Es un tren que carga y descarga agresiones, miedos y deseos. Un dogma que evoca conjuros, aprendices y maestros. Un paseo por el campo de los sueños. La ironía de los Dioses del estadio y esa sensación de levedad del alma cuando cae el gol en el terreno ajeno. La alegría y la tristeza en constante movimiento. La adrenalina y todo el sentimiento.

Al final, pienso que el futbol y el dinero se necesitan uno al otro para crecer en un punto medio. El primer gran error sería pensar que el dinero y el futbol están peleados o no pueden trabajar de la mano. Sin embargo, el modelo de negocio del futbol debe respetar la esencia del juego y de manera inteligente hacer sinergia con el área deportiva para encontrar un verdadero desarrollo sostenible y replicable. El dinero que genere puede encaminarse a buscar un crecimiento deportivo y un auténtico semillero de talentos. Un negocio que deje un legado, más allá de sus estados financieros.

Estoy convencido que las áreas deportivas y comerciales deben encontrar fronteras muy claras y transparentes. Los límites deben respetarse y entre ambos debe guardarse una autonomía. No todos los espacios, momentos y experiencias del futbol pueden estar a la venta. No se debe "paquetear" económicamente la intimidad del futbolista y la prioridad siempre será el juego, el espectáculo y sus protagonistas. Los anunciantes deben saber cuándo dejar jugar y los dueños del negocio no lo pueden poner todo en juego.

Porque el segundo error sería pensar que el futbol debe explotarse económicamente hasta agotar todos sus recursos y oportunidades. Tiene que haber un balance. Y es que aunque es cierto que el futbol como deporte no podría existir sin dinero, también es una realidad que el inmenso negocio del futbol se desinflaría si algún día los once de la tribu y todos sus seguidores dejaran de disfrutar el juego. El simple placer del juego.

Referencias:

https://www.transfermarkt.es

 

Abr 10, 2019
Abr 10, 2019
Alonso Monroy
1300759

 

Siempre contaré que la parte que más me gustó de Nueva Zelanda fue la última a la que fui, y que si por algo llegué ahí, fue por pura intuición. Nadie me platicó de ella, nadie me la recomendó y no tenía mayores referencias. Para ser sincero, lo que me llamaba la atención era sólo su nombre: Kaikoura. 

Ya luego fui descubriendo que es el lugar donde se junta la cordillera y el océano, que su arena tiene la piel negra y su mar es azul turquesa, que la bahía está rodeada de picos blancos y faldas verdes, que es un santuario de albatros, gaviotas y ballenas. Ya luego fui descubriendo que es una tierra llena de historia y de naturaleza, que es uno de esos paraísos que habitan en la tierra. Ya luego fui descubriendo muchas cosas de Kaikoura, pero lo que me llevó ahí fue tan sólo mi intuición.

Aunque muchas veces hablemos vagamente de ella, la intuición ha sido tema de conversación desde que los primeros humanos empezaron a recorrer la tierra y el intento por entenderla es tan profundo como nuestra existencia. 

Su estudio va la mano de la historia del pensamiento filosófico y en su honor se han entablado fascinantes discusiones. Filósofos, psicólogos, sociólogos y científicos se han pasado la vida tratando de comprenderla, y es que después de todo, es una poderosa fuente de conocimiento. Va mucho más lejos que una corazonada o un presentimiento. Según los sabios, es el conocimiento más allá del conocimiento, es la sabiduría del alma.

Hablar de la intuición requiere una mínima investigación que le sea correspondiente. Aquí va mi esfuerzo. 

René Descartes solía decir que la intuición es el conocimiento instantáneo, el inmediato, el más puro. Cuentan del catedrático, que entre más se sumergía en su amor por la física y las matemáticas, fue teniendo más sueños de una ciencia universal, sueños en los que el espíritu le iluminaba el camino para alcanzar la verdad. 

Así, el francés reabrió el debate metafísico al afirmar que no sólo construíamos nuestra realidad a través de los sentidos, si no que había un conocimiento que habitaba en las mentes más atentas. Para él, la intuición es un conocimiento tan claro y tan distinto que no queda duda sobre lo conocido, es un conocimiento que nace “a la luz de la razón”. 

Tiempo después y en otra geografía del pensamiento, el filósofo Immanuel Kant señaló que todo conocimiento comienza por los sentidos, luego pasa al entendimiento y termina en la razón. Fue crítico con la intuición y afirmó que no alcanza para juicio, pero en su dialéctica trascendental señaló que así como aplicamos los silogismos para llegar a juicios a priori de la experiencia, también los podemos usar para llegar a conceptos, puros de la razón, que complementan lo que perciben los sentidos. 

Aunque negó que la intuición por si sola pueda producir conocimiento, Kant señaló que sin ella la experiencia se queda corta, o dicho en sus palabras, que “toda intuición sin conceptos es ciega y todo concepto sin intuición es vacío”.

Poco más de cien años después, el psicólogo suizo Carl Jung llegó a la conclusión de que la intuición es la aprehensión del mundo basada en hechos que no tienen que ser razonados y que llega a nosotros remando desde las lagunas del inconsciente. Su brillante hallazgo fue entender que la intuición presenta un contenido entero sin que podamos explicarlo o saber su origen. 

Fue Jung el que puso el dedo en la llaga de la intuición al definirla como una función psíquica irracional que puede generar un conocimiento certero, y es que para él habían muchas cosas que sabíamos que eran ciertas, pero no sabíamos cómo demostrarlas. Eran valiosos datos de dudosa procedencia. 

En mi caso, yo no sé exactamente si la intuición proviene de los sentidos, de la experiencia, del inconsciente, o si es una mezcla de todas ellas. Lo cierto es que el día que yo llegué a Kaikoura sabía que no me había equivocado, que había triunfado mi intuición. Había encontrado el lugar que más me había gustado de Nueva Zelanda y no sabía exactamente cómo lo había hecho. No entendía por qué había llegado, pero no me quería ir. 

Por eso siempre diré que Kaikoura fue mi lugar favorito de estas tierras maoríes; un pueblo escondido en la inmensidad del Pacífico, con menos de 3,000 habitantes que viven en equilibrio con su entorno y bajo millones de estrellas. Un lugar en el que algún día yo podría vivir y al que llegué por un oficio que he ido despertando a lo largo de todo este viaje, el oficio de la intuición.

Bibliografía:

http://goo.gl/R4UfS4

http://logoforo.com/la-intuicion-%C2%BFque-es/

http://www.webdianoia.com/moderna/descartes/desc_metodo.htm

 

 
Mar 8, 2019
Mar 8, 2019
Alonso Monroy
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Quizás sea la sensación de desprendimiento, de desplazamiento, de levedad. Quizás sea la búsqueda desde la lejanía y la ausencia, desde la otra realidad. Quizás sea el gusto por hacer un alto en el camino, entendiendo que el alma también necesita un respiro y le viene bien explorar. Quizás sea el hallarse en situaciones inéditas y guajiras, que derivarán en historias que siempre dará gusto contar. O quizás, sólo sea darse el lujo de parar y reflexionar.

No sé bien cómo explicarlo, pero lo cierto es que hay algo mágico a la hora de viajar.

Para muchos, viajar es dejar atrás las certidumbres y estar abiertos al cambio; soltar todo lo establecido y comenzar a fluir con el vaivén del camino. Así, viajar significa abrir y cerrar ciclos desde otra geografía y desde otra perspectiva. En el viaje nos perdemos y nos encontramos, viajamos porque queremos conocernos a profundidad.

Viajar significa transitar otros mundos, escuchar otras lenguas y observar otras formas de vivir y de pensar. Al salir de casa, se inicia el recorrido por lo ajeno y se experimenta con lo extraño, con “el otro”. En el periplo, se viven odiseas, se superan contra tiempos y se conocen personajes de novela. Al caminar, se van ganando pequeñas batallas y sobre el trayecto se conquistarán hazañas que no se olvidarán. Viajar, es escribir tu narrativa.

Pero también habrá malos momentos en el viaje, las caídas son parte del camino. Habrá días que te asaltarán las dudas y los cuestionamientos, se aparecerán fantasmas y miedos; se harán presentes los reclamos del ego. Habrá días sin comodidades, habrá días para guardarse y habrá días en los que no salga el sol. Pero eso es parte del camino, los malos ratos te ayudarán a vencer miedos y te harán más fuerte, tu viaje se cargará de una intención.

Y es que viajar es vivir tu propia aventura. Durante el recorrido, iremos soltando los pasos que van quedando atrás, pero también iremos recolectando momentos; nuestros ojos se irán llenando de recuerdos. Y es que viajar es navegar en un mar infinito de oportunidades, asombros y comienzos. Viajar te abre la mente y te despierta el espíritu. El verdadero viajero se reinventa en el camino. 

Así, para muchos el viaje es infinito. Nuestra vida es una constante travesía en la que nos saludamos y nos despedimos, en la que nos caemos y nos volvemos a levantar. Desde esta mirada, viajar es una transformación constante que se teje en espiral. Como lo dice el escritor italiano Claudio Magris, “el viaje siempre recomienza, siempre vuelve a empezar, como la existencia. Viajar tiene que ver con diferir a la muerte, porque viajamos no para llegar, sino para viajar”. 

Por eso, mientras que estemos vivos, estaremos viajando, el ser humano tiene un status permanente de viajero.

Otros dicen que el verdadero viaje de la vida, es el viaje de regreso a casa, el “viaje de regreso a Ítaca”. En este viaje, dejarás tu tierra para transitar un largo camino lleno de odiseas, pericias, romances e infortunios. En este viaje circular, lo que realmente se disfruta es el camino, un camino que se va a haciendo largo. Ese es el camino a Ítaca, cualquiera que sea nuestra Ítaca, cualquiera que sea nuestro hogar.

Bien lo dice el poeta griego Constantino Kavafis: “Cuando emprendas tu viaje a Ítaca, pide que el camino sea largo, lleno de aventuras, de experiencias y conocimiento […] Ten siempre a Ítaca en tu mente, llegar ahí es tu destino. Mas no apresures nunca el viaje, mejor que dure muchos años y atracar, viejo ya, en la isla, enriquecido de cuánto ganaste en el camino”. Porque al regresar, nuestra casa también tendrá un significado distinto, mismo que cambió al momento de viajar.

Al final, viajar es un enorme regalo; es un lujo y una dicha. Sea cual sea nuestro viaje, valdrá la pena agradecer y valorar el camino, disfrutarlo, y sobre todo, vivirlo. Porque al final, de esta vida nos iremos con las manos vacías y sólo trascenderán los momentos que fuimos recolectando mar adentro, las historias que arrojó nuestro devenir por este mundo. De mi parte, siento que toda mi vida he estado viajando, y si tuviera que elegir de nuevo, lo volvería a hacer. Siempre volvería a viajar.

Referencias:

El Infinito Viajar/ Por Claudio Magris/ 2001

Ítaca, un poema nos recuerda que el viaje es más importante que la meta/ Cultura Inquieta/2017

 
 
Feb 20, 2019
Feb 20, 2019
Alonso Monroy
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Dicen los que saben, que no hay meditación mal hecha y que todos podemos practicarla. Dicen que te ayuda a recolectar energía, que te regresa al presente, que te aclara la mente y que te hace voltear de nuevo hacia ti. Que frena las demandas del ego, que ayuda al perdón y que es el camino hacia la paz interna. Dicen que calma la ansiedad y es un buen remedio para la depresión.

Lo cierto es que conmigo funcionó y aquí lo explico con cinco argumentos:

1. Todos podemos meditar

Meditar es tan sencillo como detenerse un momento y empezar a respirar profundo, es hacer una pausa. Desde el momento que paramos y comenzamos a respirar, se restablece la oxigenación del organismo, y poco a poco, cede la tensión y se recupera el equilibrio de nuestro metabolismo. Así, no hay meditación que esté mal hecha o que no funcione, y todos podemos practicarla.

2. Meditar es estar consciente

La intención de meditar es ser conscientes de nuestra respiración, para después ser conscientes de nuestro interior. Como lo dice el escritor Eckhart Tolle, no se trata de callar tu mente o deshacer tus preocupaciones, se trata de observar tus emociones y pensamientos, en un mero ejercicio de contemplación y de presencia. Con la práctica y el tiempo, la meditación nos puede llevar a mayores niveles de consciencia, paz y relajación.

3. La meditación nos trae al presente

Muchos maestros coinciden que la realidad que percibimos es una proyección de nuestro interior y que la mayoría de nuestros conflictos pertenecen al pasado o al futuro, pocas veces estamos en el presente. Meditar te ayudará a poner la atención al momento, y desde ahí, cambiar nuestra percepción del mundo y de todo lo que nos rodea. Si dentro de nosotros hay equilibrio, calma y armonía, nuestro mundo se presentará de la misma manera.

Para el escritor Gerald Jampolsky, “no podemos cambiar el mundo exterior y a las otras personas, lo que sí podemos cambiar es la forma en que percibimos el mundo, a los demás y a nosotros mismos”, y eso sólo ocurre en el presente. 

4. Meditar es aceptar la agresión y el miedo

Nos cuesta mucho aceptar nuestros sentimientos negativos y muchas veces los evitamos o reprimimos. Según el psicoanálisis, esta agresión reprimida se regresa en nuestra contra y se manifiesta de manera inconsciente con síntomas de ansiedad, depresión, enojo o tristeza. Meditar es exactamente lo contrario. Meditar es, como lo dice el maestro Ed Shapiro, estar presente a pesar del miedo, del enojo o la tristeza. Estar, no abandonar, es un valioso antídoto contra el miedo. 

5. Meditar despierta el perdón

Siguiendo las ideas del maestro Jampolsky, “la mejor herramienta para alcanzar la paz interior es el perdón". Al ser conscientes de nuestras emociones, juicios y pensamientos, podremos perdonarnos por cualquier falla cometida, así como también podemos perdonar a cualquiera que nos haya fallado o agredido. Libres de rencores y culpas, nos sentiremos más ligeros y tranquilos. Al final, nosotros decidimos vivir en paz o en conflicto.

5. Ser consciente es el primero paso de estar despierto

La ansiedad y la depresión te hacen sentir débil, aletargado y confundido, vives con mucho ruido. Meditar te ayudará a recolectar energía, y con la práctica, irás teniendo la mente más clara, iluminada y ordenada. Poco a poco, tendrás la habilidad de escuchar tu voz interior y podrás tomar mejores decisiones. Meditar te enseñará a vivir en un estado permanente de consciencia, y ser consciente es el primer paso para estar despierto y abierto a la vida.

Referencias:

 
https://caminoligero.files.wordpress.com/2014/10/caminologo2.png

www.caminoligero.com

 

 

 

Ene 30, 2019
Ene 30, 2019
Alonso Monroy
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Sigo sin creerme el engaño que hemos construido alrededor del dinero, pero sé muy bien que cuando hace falta, lo más recomendable es trabajar y ganárselo. Salir a la calle y tirar tus mejores anzuelos. Salir a la calle y confiar en tu talento. Salir a la calle y saber esperar. Es el arte de buscarse los panes y los peces, el arte de buscarse la vida.

Y así, desde el segundo día que estuve en Barcelona, salí a patearme las calles con curriculums en mano y con los ojos bien abiertos. Caminaba desde el Gótico hasta La Sagrera, desde el Mercado de los Encantos hasta Gracia, desde Parallel hasta Puerto Viejo.

Cinco días después, sonó mi teléfono. 

La vacante era de vendedor de tours en una agencia que estaba en el corazón de la ciudad vieja, en plena Rambla. Esa tarde me entrevistaron y me preguntaron qué tanto sabía de Catalunya, qué recomendaría de Barcelona y cuántos idiomas hablaba. Con la fortuna de mi lado y un par de ases bajo la manga, esa misma tarde me contrataron y así comenzaba una nueva historia en mi vida. 

Vaya ironía, después de viajar por un largo tiempo, ahora yo ayudaría a otros viajeros. Vaya ironía, un pata de perro ayudando a otros patas de perro. Vaya ironía, un mexicano dando recomendaciones de qué hacer en Catalunya. Vaya ironía y vaya reto. 

La primera semana estuve a prueba y lo dejé todo en la cancha, corrí los noventa minutos y el tiempo complementario. No importaba el horario, yo entraba de refresco y era bateador emergente; tenía que ganarme la titularidad. Trabajaba por los días y estudiaba la historia de Catalunya por las noches. Fui investigando lo más importante de cada sitio turístico, y poco a poco, fui armando mi documento de voceros. 

Tuve que aprenderme el detalle de más de cuarenta tours que operaba la agencia todos los días y todas sus combinaciones. Y todo, para ser dicho en cuatro idiomas. Fuera como fuera, con señas, dibujos, ademanes y gestos. Y es que podías equivocarte, pero no podías morir en el intento.

Y ahí andaba un mexicano valiente hablando maravillas de Catalunya. Contando la magia arquitectónica de Antoni Gaudí y su modernismo, relatando historias de la revolución de Pablo Picasso y las maravillas de un tal Salvador Dalí. Hablando de Girona, de Sitges, de la Costa Brava, Tarragona, Figueras y los Pirineos. Leyendas de las épocas romanas y las reuniones de tantas mentes surrealistas. 

Y aunque a mi jefe lo que le importaba era que vendiéramos tours, a mi lo que me apasionaba era dar información. Me gustaba la idea de ser un consejero y ayudar a otros viajeros, hacerles saber que estaban en un gran lugar. 

En el trabajo hubo un par de personas que me ayudaron mucho a mantenerme en la lista de los once que saltan a la cancha. El primero fue Mattia, un italiano de las afueras de Milán que, aunque oficialmente no era mi jefe, era el verdadero capitán del barco. Era un amante de su trabajo y tenía un sexto sentido para vender, el tipo era muy bueno en su trabajo. Y aunque sabía que yo era novato en el arte de vender, siempre me echó la mano. 

Otro tipo que me ayudó mucho fue el Jordi, un gran tipo y un auténtico personaje. Un catalán despabilado que había viajado lo suficiente para saber cómo buscarse la vida. Uno de esos genios que quizá no destacó en el colegio pero que saben muy bien de qué va la vida. Un tipo que lo que no se sabe, lo inventa, y que lo inventa con tal vehemencia, que al final se vuelve cierto. Un hermano que siempre me ayudó y me tiró buena vibra. Otro aventurero y un buen camarada. 

Y aunque hubo momentos difíciles en el trabajo y no fue fácil ganarme mi lugar, después de la curva de aprendizaje, vaya que empecé a disfrutarlo. Hablaba con conocimiento de causa, contagiaba a los clientes, compartía fascinantes relatos, anécdotas y leyendas de la ciudad. Y todos los días, conocía a gente de todo el mundo. Es por eso que siempre contaré que aunque mi contrato laboral afirmaba que yo era un vendedor de tours en Barcelona, en mi fantástico imaginario yo era un traficante de sueños.

Dic 18, 2018
Dic 18, 2018
Alonso Monroy
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No tengas miedo, es el mejor consejo que te puedo dar. Haz eso que desde hace tiempo quieres hacer. Mantente abierto al cambio. Sal de tu zona de confort. Arriésgate. 

El miedo es un impulso humano innato. Cuando nos sentimos amenazados, los sentidos detectan el foco de peligro, la señal llega al cerebro y se activa el sistema límbico. Aumenta la presión arterial, la velocidad del metabolismo, la glucosa en la sangre y suben los niveles de adrenalina.

En ocasiones, el miedo puede llegar a pánico, que hará que se desactiven los lóbulos frontales y perdamos la noción del momento y el control parcial de nuestros actos. Sin metáforas, el miedo te paraliza.

De igual forma, desde tiempos remotos se ha utilizado el miedo para mantener el control de la sociedad y jugar con su instinto de supervivencia. Se ha controlado al pueblo con mitos, con seres sobrenaturales, con Dioses malignos, con la idea del infierno y el paraíso, y con la moral. En nombre del miedo, se han quemado libros, se ha prohibido el acceso al conocimiento, se han creado crisis territoriales, caídas económicas, guerras ideológicas, genocidios y una constante lucha por el poder

Para muchos, en nuestros tiempos el miedo sigue actuando para satisfacer necesidades y cumplir deseos. Consumir significa pertenecer, y pertenecer es un alimento de nuestro ego. Todos tenemos que tener las mejores experiencias, los mejores amigos, las mejores parejas, los mejores viajes, las mejores cosas, y las mejores fotos, así lo dicta la sociedad de la felicidad. Si no trabajamos más, no tendremos dinero para ser felices y el miedo nos controlará. Y así, luego puede llegar la ansiedad, la depresión y las fobias sociales.

A mi la vida me ha enseñado a encarar el miedo de una manera diferente, incluso a tratar de verlo como un aliado. Creo que el miedo hay que estudiarlo, entenderlo y trabajarlo, leer los mensajes que esconde.

Una reflexión que me gusta es la Dr. Gerald Jampolsky, fundador del primer Centro de Curación de Actitudes, en Tiburón, California. Para él, el ser humano sólo tiene dos emociones: miedo y amor; y no hay espacio dentro de nosotros para los dos. No hay miedo donde hay amor y una actitud positiva. Nosotros decidimos cómo vivir cada situación en nuestra vida. Sin expectativas, aprenderemos a vivir con asombro y la vida se irá presentando en un constante estado de abundancia.

Por eso enfrentar el miedo siempre será mi mejor consejo. Creo que es bueno estar abiertos al cambio, hay que probar y darnos el lujo de ensayar. Hay que intentarlo. No permitamos que la comodidad, las circunstancias, o la edad, nos detengan de hacer algo que queremos, vale la pena salir de la zona de confort. Al final, verás que pudiste lograrlo y que está sucediendo. Y si el miedo decide volver, sabrás cómo enfrentarlo. Las canas y la experiencia te habrán hecho más sabio y más viejo. Poco a poco, aprenderás a vivir en paz interior.

Referencias:

¿En qué consiste el miedo? / Redacción National Geographic/ 2010.

Sin miedo al amor/ Gerald Jampolsky/ 1978.

Más textos del autor: www.caminoligero.com 

Dic 11, 2018
Dic 11, 2018
Alonso Monroy
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Pasadas la horas, viene bien la reflexión. Aquí va mi intento y es sólo mi opinión:

El sábado vimos cómo se fue el peor presidente que ha tenido México.

Recuerdo bien que hace 6 años dije que lo único bueno de la llegada de Peña Nieto a nuestro gobierno, era que sería tan gris su gestión, que en el 2018 vendría un cambio. Algo importante.

No hay cuartillas suficientes para enumerar los agravios, los desfalcos, los sobornos aceptados y los inmensos errores que están documentados de la administración que el sábado se fue. 

Hay heridas que no se olvidarán y que se seguirán investigando. Con el paso del tiempo, la verdad se irá conociendo. 

No sé si López Obrador será un gran presidente, no sé qué tanto va a cambiar el país y no sé si no nos va a fallar. Pero sí sé que en estos años veremos algo diferente y que varias de las estructuras profundas del país se empezarán a mover.

Creo que el verdadero cambio democrático del país tomará años, pero creo que este puede ser un buen punto de partida y todos podemos participar. Aunque la transición sea imperfecta, este es un comienzo y una oportunidad. Creo que es buen momento para la unidad.

También espero que todos practiquemos la autocrítica, los que votamos por Andrés Manuel y los que no. Es sano opinar, es sano diferir, es sana la diversidad y es sano manifestarse. Es buena la oposición y el debate. Estos temas tienen que ventilarse. 

Creo que habrá muchos matices en los que habrá que profundizar y coincido que la opinión pública será el contra peso de este gobierno. Dejemos atrás los fanatismos y adjetivos,  y elevemos el nivel de la discusión. No polaricemos. 

Si algo no me parece, lo manifestaré y lo criticaré con argumentos, tal y como ya lo he hecho en contra de la Guardia Nacional. Haré mi trabajo de estar informado e involucrarme, actuar. 

En resumen, creo que este gobierno tendrá varios errores, pero también varios aciertos, y definitivamente serán tiempos interesantes para los que nos apasiona el acontecer nacional.

Son tiempos de cambio en nuestro país y me gusta ser parte de eso, insisto, lo veo como una oportunidad. Por el mayor bien de todos, que venga lo mejor para México.

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Dic 4, 2018
Dic 4, 2018
Alonso Monroy
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No tengo más estrategias que las de un soñador con un saco roto y viejo. No soy más que otro guerrero que está en búsqueda del camino que le lleve más lejos. No creo en los imposibles, no creo en los muros y me emociona la magia del universo. 

Olvido el mundo impersonal, consumista e instantáneo que vivimos. Olvido su frialdad, su corazón de piedra y su gula de ego. Mis textos buscan abrir un par de ojos y crear consciencia. Mi metáfora menguante busca un cálido puerto. Tus ojos, guapa, tus besos. 

Y así, desde hace tiempo vivo en la travesía de las palabras y el conjuro de sus versos. Camino las calles de los barrios y transito la geografía sagrada de los pueblos. Tranquilo, hermano, sereno. A veces arriba y a veces abajo. Sincero, hermano, sincero.

A veces creo que debí haber vivido en otra época, no sé si con los filósofos griegos, los hippies del Pacífico o los surfers de San Diego. Pero no olvido mis ideales y no resignaré mis versos, el desahogo de un enamorado de la vida que visita cada martes al loquero.

Lo cursi lo dejo en la práctica, ya lo sabrás. Soy sencillo y alegre, pero también puedo ser serio. Detrás del telón no hay tanta ciencia, hay magia blanca y hay un espíritu guerrero. No me rindo y no me rajo, no me detengo. Me rifo y me discuto, hasta eso salí chambero. 

Tengo prosapia liberal y mi linaje es rebelde. Soy de cepa valiente y recuerdo con orgullo a mis ancestros, a mis maestros. Recuerdo seguido al fuego, al agua, a la tierra y al viento. Recuerdo al maíz, al venado, a las plumas de la serpiente y a la primera estrella de la tarde. Recuerdo a mis tíos y a mis abuelos. 

Soy de barro y de mar, soy de andar caminos. Soy un pirata inofensivo y dicharachero, un Quijote de equipaje ligero. Soy un aprendiz de curandero, un espíritu libre y también un mensajero. Algún día me gustaría ser poeta y a veces pienso que debí haber sido cartero.

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Nov 27, 2018
Nov 27, 2018
Alonso Monroy
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Apoyamos el cambio, pero podemos diferir.

Podemos diferir y decir no a la militarización del país. Podemos diferir y pensar que un militar no debe realizar funciones de seguridad pública. Podemos diferir y pedir que los militares regresen a los cuarteles. Podemos diferir y creer que la mera presencia militar en las calles ya genera violencia. Podemos diferir y señalar tantos casos documentados de violaciones a los derechos humanos por parte de las Fuerzas Armadas. Podemos diferir y estar en contra de darle el mando operativo de la seguridad pública al Ejército. 

Sí, podemos diferir. Podemos diferir y podemos participar. Podemos involucrarnos, investigar, manifestarnos, criticar y abrir el debate. Un debate que sea tomado en cuenta por el gobierno, de eso van las democracias participativas. 

Hace unos días, la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró inconstitucional la Ley de Seguridad Interior que buscaba —palabras más, palabras menos— dar respaldo jurídico a la permanencia y actuación del Ejército en las calles de México para realizar tareas de seguridad pública. Sin embargo, este enorme logro ciudadano, se vio opacado con la presentación del Plan Nacional de Paz y Seguridad del gobierno entrante y el anuncio de su "Guardia Nacional".

El tema es crítico porque gran parte de dicha Guardia Nacional se formaría con efectivos del Ejército (la Policía Militar y la Policía Naval) y porque el mando operativo también lo tendría el Ejército. Además, se pretende reformar la Constitución para dar carácter legal a la actuación de fuerzas militares en tareas de seguridad pública. Hay mucho en juego. 

Los expertos advierten que esta Guardia Nacional, y la reforma correspondiente, refrendan la militarización del país y hacen caso omiso a la evidencia empírica en materia de seguridad nacional, así como a la reciente resolución de la Suprema Corte y a las observaciones de organizaciones reconocidas en el país y en el extranjero. El despliegue militar no soluciona las causas profundas de la violencia, enfrentar la violencia con violencia sólo ha dejado más muertos.

"La evidencia confirma que la militarización regular de las tareas policiales no construye seguridad sostenible y con derechos humanos y sí en cambio reproduce un conflicto creciente entre las fuerzas armadas y tales derechos", escribió hace poco Ernesto López Portillo, experto en el tema y actual coordinador del Programa de Seguridad Ciudadana de la IBERO.

Además —y haciendo referencia a una carta firmada por 128 organizaciones y 544 ciudadanos que se oponen a la Guardia Nacional— , reformar la Constitución para incluir esta Guardia protege la decisión ante una invalidación y deja lagunas sobre los responsables de limitar, vigilar, fiscalizar y sancionar al Ejército.

Existe otra opción y está sobre la mesa desde hace muchos años: fortalecer nuestras policías bajo un mando civil y sujeto a leyes civiles. La seguridad debe recaer en autoridades civiles y debemos vigilar de cerca su actuación y sus límites. Se debe partir desde una lógica de paz y aprender del fracaso de los últimos 12 años, la seguridad debe tener contra pesos. No importa que tome más tiempo rescatar a la policía, no importa que sea más difícil reclutar a civiles para ser policías, esa es parte de la solución de fondo.

"La vía correcta es la seguridad ciudadana, paradigma que concilia la seguridad y los derechos humanos mediante políticas públicas e instituciones conducidas bajo un liderazgo civil sujeto a rendición de cuentas", agrega Ernesto López Portillo. 

De mi parte, estoy totalmente en contra de la militarización del país y por ende de la Guardia Nacional. Creo que se debe abrir el debate público sobre esta decisión y creo que nos tenemos que tomar el tiempo necesario para llegar al mejor plan. Pero sobre todo, creo que es fundamental que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador tome en cuenta nuestra voz y acepte las observaciones de expertos, de organizaciones nacionales e internacionales y de la sociedad civil.

Sí, podemos diferir. Podemos diferir y todas las voces deben ser tomadas en cuenta, esa es la democracia participativa.

Referencias bibliográficas:

La Guarda Nacional no es la vía: Programa de Seguridad Ciudadana por Ernesto López Portillo/ 2018

Organizaciones rechazan Guardia Nacional: “es una falsa salida a la crisis de inseguridad”, dicen por Redacción Aristegui Noticias/ 2018

Nov 20, 2018
Nov 21, 2018
Alonso Monroy
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Miedo, control y poder. El muro ya se está construyendo. Abandono de un padre, sobreprotección de una madre y una mala educación. El muro está creciendo. Violencia, represión, guerras y las mentiras del gobierno. El muro ya es grande. Separación, culpa y pérdida de deseos. El muro está casi listo. Crisis, soledad y demencia. El muro se terminó.

Pero los muros están hechos para derribarse y la libertad va por delante, esa es la metáfora de Pink Floyd.

En 1979 la ópera rock de Pink Floyd creó una de sus mejores obras y uno de los álbumes más memorables en la historia del rock: “The Wall”. La grabación del disco tomó casi un año y es el resultado de la genialidad narrativa de Roger Waters y la brillante composición musical de David Gilmour.

El muro en sí, es una metáfora de Waters para referirse a los traumas que marcaron su vida: la muerte de su padre en la Segunda Guerra Mundial, la sobreprotección de su madre, una educación dura y estricta en Inglaterra, el abuso de los maestros, la lucha contra el sistema político y social, los engaños económicos, la pérdida de un gran amigo, el rompimiento de su matrimonio, los excesos y la separación.

Cada episodio es un ladrillo más en el muro, simbolizando el aislamiento del ser humano ante la crisis existencial. Al final del guión, el muro se derriba dando paso a un nuevo comienzo.

Muchos dicen que la obra de Pink Floyd está marcada por la crisis social de la Europa de la posguerra y la división que dejó la Guerra Fría. La referencia del muro es un inevitable guiño al significado que tiene el muro de Berlín (que se levantó el 13 de agosto de 1961 y cayó el 9 de noviembre de 1989) y hace referencia a los intereses económicos y políticos que se disputaban los países poderosos sin reparo de la tragedia.

De hecho, en 1990 Roger Waters decidió hacer un concierto en Berlín para celebrar la caída del muro. El concierto se realizó entre Potsdamer Platz y la Puerta de Brandeburgo, un espacio en el corazón de Berlín que era conocido como “tierra de nadie” en tiempos del muro. Cuentan que asistieron más de 250 mil personas y 100 mil más llenaron los alrededores. En el concierto colaboraron Van Morrison, The Scorpions, Sinéad O’Connor, Cyndi Lauper, Joni Mitchel y Bryan Adams, entre otros. Durante el espectáculo se construyó un enorme muro blanco de 170 metros de largo y 25 metros de altura, mismo que se derribó al final del show.

Hoy yo vivo en Berlín y el tema del muro está muy presente en mi vida. Los ochentas y noventas no se me hacen tan lejanos y me impresiona pensar que no hace mucho esta ciudad estaba completamente dividida. Familias separadas, biografías rotas y cuántas vidas perdidas por una decisión geopolítica.

Después de recorrer los restos del muro, las letras de Pink Floyd suenan con más fuerza y toman un nuevo significado. Soy consciente de los ladrillos que han creado mi muro y la libertad cada vez tiene más valor. Porque nosotros construimos el muro, pero nosotros también lo derribamos. Por eso creo que la vida tiene nuevos comienzos y en esa geografía transita la metáfora de Pink Floyd.

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Nov 15, 2018
Nov 15, 2018
Alonso Monroy
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Desde hace años me acompaña la dicha de recorrer el mundo. Sin buscarlo, el arte callejero se ha vuelto un buen compañero y uno de mis mayores gustos.

He visto murales en Los Ángeles, Auckland, Christchurch, Kaikoura, Sydney, Brisbane, Nimbin, Kuala Lumpur, Kerala, Puducherry, Darjeeling, Varanasi, Nueva Delhi, Palermo, Madrid, Barcelona, Dublín, Glasgow, Copenhague, Bacalar, La Habana, Río de Janeiro y Berlín. He visto muchas piezas y mis ojos se han llenado de ideas, dibujos y expresiones que habitan en las calles, en el barrio y en la ciudad. 

Está en todas partes, la magia es encontrarlo.

Hay quien dice que las primeras expresiones del street art, o arte callejero, surgió en los barrios de Nueva York desde los 20's. Pronto el movimiento comenzó tomar fuerza y a viajar a varias ciudades del mundo. Las vías de tren, las bardas y el mundo subterráneo, eran el principal lienzo de los artistas urbanos. Así, para la década de los 60’s el movimiento llegó a Londres, Bristol, Manchester, Birmingham, París, Berlín y Praga, por mencionar algunas ciudades. Los años ochenta y noventa se llenaron de arte, de pintura y de manifestaciones contra el status quo y el abuso de poder. 

Algunos separan el street art del graffiti, y otros dicen que uno no podría existir sin el otro. También, algunos señalan que la diferencia entre ambos es que el street art está hecho por gente curtida en el oficio y el graffiti se centra en dibujar textos y nombres como marca registrada. Lo cierto, es que el graffiti existió primero (desde tiempos antiguos) y que ambos se inspiran en aprovechar el contexto urbano para mandar un mensaje, que generalmente suele tocar fibras sociales ante el sistema establecido. Es un mensaje popular, es el arte de todos. 

Si tenemos que mencionar las principales influencias del arte callejero contemporáneo, es fundamental recordar a artistas como Bansky, Vhils, BLU, Bleck Le Rat, Eduardo Kobra, Keith Haring, David Choe y Os Gemeos en Brasil.

En el caso de Bansky, gran parte de su magia y su popularidad recae en su identidad desconocida. El inglés se ha mantenido alejado de los reflectores y mantiene su identidad en secreto. Sus intervenciones son sorpresivas e inesperadas, es un genio que trabaja desde las sombras del silencio y el anonimato.

También, vale la pena señalar que el street art no es exclusivamente el arte de pintar un mural, muchas veces el arte aprovecha e interviene el espacio urbano para crear cualquier tipo de expresión artística y popular. Hay arte callejero en la escultura, las artes plásticas, el teatro, la danza y el diseño de espacios. 

Al final, y a título personal, el street art significa tener la oportunidad de plasmar una idea artística para que tome vida entre el tiempo y el espacio. Siempre será uno de los medios de expresión más cercanos a la gente, porque surge y vive entre la gente.

La mayoría de las veces, será desde una posición rebelde ante las estructuras de poder político, social y económico. Otras, reflejará la imaginación y la creatividad de tantos peregrinos que recorren las calles del mundo como yo. 

Quizás por eso me atrae tanto el street art, porque algún día me gustaría aprender a pintar y poder dejar mis ideas en algún lienzo de alguna ciudad. Algún día así será. 

Fuentes:

History of Street Art in UK por Bojan Marik/ Widewalls/ 2014

The 50 Most Influential Street Artists of All Time por RJ Rushmore y Caroline Caldwell/ Complex/2013

 
Nov 7, 2018
Nov 7, 2018
Alonso Monroy
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Todos necesitamos un respiro. Todos nos necesitamos desahogar. Todos estamos en búsqueda de cierta calma y cierta paz. Todos queremos libertad. 

Yo colecciono mares, cielos y parques donde me pueda escapar. Un refugio, una guarida, un lugar para ser y para estar. Un lugar para descansar los pies.

Por eso desde mis primeros días en Berlín me dediqué a buscar ese sitio y hallé el Görlitzer; un parque callejero, algo descuidado y un tanto rebelde. Mi lugar favorito. 

En Berlín abundan los parques. Cuentan que después de la Segunda Guerra Mundial, la ciudadanía comenzó a recuperar espacios devastados en un intento por olvidar lo sucedido. Decenas de bases militares, estaciones, puntos de control, túneles y búnkers, hoy son espacios públicos, y en su mayoría parques.

Así, el Görlitzer solía ser una estación de tren que convivía en su costado con un enorme depósito de carbón, un punto clave de suministro y almacenaje a la orilla del río Landwehr, un canal que corre pegado al que fuera el muro de Berlín. Dicen que durante los años en los que Berlín estuvo dividido, lo que hoy es el centro del parque era un enorme túnel donde cruzaban los trenes del lado capitalista al socialista y viceversa. El control sobraba en este lugar.

Quizás por eso cuando se derribó el muro, este fue uno de los primeros puntos que se levantó como un símbolo del reclamo ciudadano por recuperar su independencia, su espacio y su libertad. El enorme túnel fue removido para dar paso a una especie de cráter que está cubierto con una alfombra de pasto natural. Un enorme jardín, rodeado de árboles, patines y bicicletas. Un pulmón en medio de un fascinante barrio.

Hoy el Görlitzer es un oasis austero donde me he encontrado con gente de todo el mundo. Como muchos parques metropolitanos, aquí no hay nacionalidades, pasados o fronteras, cada quien es dueño de ese espacio, en su tiempo, en conciencia y en libertad. Aquí cada quien actúa bajo su libre albedrío y se trata de no juzgar. Resaltan unos cuervos fantásticos que se pasean como guardianes y llama la atención la cantidad de frisbees que vuelan en el lugar.

Ya se van cayendo todas las hojas del parque y los días de sol van quedando atrás. Comienza lo que parece será un largo invierno y me da mucha curiosidad saber cómo se verá el parque con el hielo que deja la nieve por las mañanas. Estoy seguro que seguiré viniendo y que lo seguiré disfrutando, porque todos necesitamos un alto en el camino, porque todos necesitamos detener el paso, porque todos queremos de vez en cuando esa paz. Esos aires de libertad.

Oct 30, 2018
Oct 30, 2018
Alonso Monroy
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Hace poco me detuve a leer un fascinante pasaje del mar y su universo. Se trata del baile de la jaiba, un sensual ritual de este crustáceo que busca recuperar el equilibrio perdido de la madre tierra.

Y es que el baile no es sólo un juego pispireto y travieso de la jaiba. El golpeteo de las pinzas con las rocas del mar, causa una explosión de feromonas que se dispersa entre ondas, como un poderoso mensaje de sexualidad para la jaiba hembra, que kilómetros a distancia, recibirá la señal.

El rastro de dicha carta es seguido por la jaiba hembra hasta llegar a un lugar seguro que previamente ha elegido el macho. Un lugar libre de toda amenaza humana e industrial. Un lugar lo suficientemente cálido y acogedor. Su nido de amor.

Lo anterior, fue un desarrollo evolutivo obligado en las jaibas en su valiente lucha por sobrevivir. Y es que antes de la edificación masiva de las playas y las consecuencias davastadoras de su industrialización, la jaiba siempre tenía al alcance un lugar seguro para hacer el amor.

Oct 23, 2018
Oct 23, 2018
Alonso Monroy
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Salimos rumbo a Mahahual, pero la vida quiso llevarnos a Tulum. Salimos buscando un hotel, pero la vida quiso que durmiéramos en una cabaña. Una cabaña con techo de guano, paredes de madera y una ventana hecha con polvo de estrellas. Una cabaña que era camarada del mar, de los pelícanos y de la selva. Una cabaña que durante tres días, fue la posada de mi familia, de mis alegrías y mis mareas. La cabaña de Hemingway, vaya remedio casero para el corazón. 

De esos días en Mahahual, Tulum y Bocapaila, me llevo muchos momentos que caminarán a mi lado en mi paso por esta tierra. Me llevo la imagen de mi madre contemplando con pie firme el mar, un año y medio después de una dura operación de columna de la que se recuperó de manera valiente. Doy gracias al cielo por eso. 

De ella, me acompaña su energía positiva, su mente brillante y su actitud congruente. No olvidaré verla meditar, leer y flotar ligera sobre la acuarela turquesa del mar. No olvidaré ninguna de sus sonrisas.

También me llevaré la noche que me quedé platicando en la playa con mi hermano Santiago. Emocionado y alegre, me dio una cátedra del sistema solar, del origen del cosmos y de la alineación de la tierra con el sol, la luna y las estrellas. Me enseñó de pléyades, constelaciones y planetas. 

Con lujo de detalle, me contó el valor de las teorías del origen del universo de Stephen Hawking, me explicó el por qué de los hoyos negros y cómo la curvatura del espacio y del tiempo se manifiesta en un efecto marea. Porque al final, sólo somos espacio, energía y materia. 

Siempre admiraré todo el conocimiento que Santi tiene; su inteligencia, su retentiva y su maravillosa imaginación.

De mi padre, me llevo la última mañana en la que me despertó muy temprano para ir a nadar al mar. Llovía fuerte y el agua estaba templada, casi caliente. Volaban pelícanos, pájaros y gaviotas; el mar tocaba el cielo y la vista era espectacular. 

Ahí, platicamos un buen rato y nos contamos nuestros planes, nuestras penas y nuestros proyectos. Nos escuchamos y nos dimos buenos consejos. Al final de la conversación, y con la voz entre cortada, me dijo: “Hijo, que Dios te bendiga en tu viaje”. Cuando caminábamos de regreso a la cabaña, la lluvia paró y se dejaron ver los primeros rayos de sol.

Y de mi querido hermano Pablo, me llevo toda su entrega y toda su valentía. Aunque no pudo acompañarnos en el viaje, siempre está presente en la conversación. A él le he aprendido mucho, y siempre diré que es mi ídolo, uno de mis referentes y un tipo de lo mejor. 

Al final, y mientras tomábamos camino para volver a Mérida, mi espíritu estaba contento. Qué dichoso soy. Y es que los días en la cabaña de Hemingway estuvieron llenos de nostalgia, magia y recuerdos. Buenos pasajes que curan el corazón. 

Y así, y mientras sonaban canciones de Sabina, Serrat, Ana Belén y hasta Bob Dylan, yo agradecía que volvía con una familia que está lejos de ser perfecta pero que es muy unida. Un equipo que no se suelta en las subidas y en las caídas y que comparte un cariño infinito que me acompañará en ésta, y en mis siguientes vidas.

Oct 17, 2018
Oct 17, 2018
Alonso Monroy
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Y nos rompemos tantas veces la cabeza, cuando el verdadero poder está justo ahí, dentro de ti. Entre las costillas y las arterias; en la sangre tibia que circula por tus venas. No es tan complicado, depende de ti.

Y nos rompemos tantas veces la cabeza, cuando se trata de hacer lo que más te gusta, enamorarte del momento, estar ahora y estar aquí. Y es que al final, nosotros elegimos andar entre suposiciones y miedos, o tener el coraje y la alegría suficiente para seguir.

Y nos rompemos tantas veces la cabeza, cuando a esta vida vinimos sólo de paseo por un rato, el tren se irá muy rápido y nosotros elegimos sufrir el camino o tratar de hacerlo ligero, pasajero y feliz.

Y nos rompemos tantas veces la cabeza, cuando se trata de confiar en el universo, en la sabiduría de las montañas, los mares y los desiertos. Ya lo demás, se dejará venir.

Y nos rompemos tantas veces la cabeza, cuando las respuestas ya las dieron nuestros ancestros: despertar el espíritu y hacer conciencia. Conectar con la energía de la tierra y escuchar la voz que siempre ha estado dentro de ti. 

Y nos rompemos tantas veces la cabeza, cuando nosotros proyectamos la vida que queremos, el miedo es un fantasma que no existe, el amor está en todas partes, y el dinero es una mentira que me niego seguir.

Y es que nos rompemos tantas veces la cabeza, cuando a esta aventura vinimos sólo a vivir. A eso hermano, a vivir...

Oct 10, 2018
Oct 10, 2018
Alonso Monroy
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Eran las 5:55 de la tarde del 2 de octubre y palpitaba el corazón de la Ciudad de México. Miles de personas se habían juntado en la Plaza de las Tres Culturas para manifestarse contra el poder y el gobierno. Había estudiantes, padres de familia, mujeres y niños. Había un motivo y una intención. Había un sentimiento. Mientras los líderes del movimiento hablaban desde el tercer piso del edificio Chihuahua, la plaza se fue rodeando por tanques del ejército y los soldados fueron bloqueando las salidas y los accesos. A las 6:10 se vieron volar dos bengalas en el cielo y el ruido de un helicóptero arrebató la calma y el silencio. Era la señal para abrir fuego. Gritos, llanto y desesperación. Muertos sobre muertos.

Fueron muchas las causas del movimiento estudiantil de 1968 en México, y a 50 años de lo sucedido, vale la pena la reflexión. 

En esa década, los jóvenes se manifestaban por las calles del mundo contra el absurdo autoritarismo, las guerras y la tiranía del poder. En México, soplaban ideologías y convicciones que confrontaban al sistema, al status quo y a las viejas formas de control y represión. Cada vez eran más los que cuestionaban la corrupción, el uso de la fuerza, la falta de oportunidades, el actuar político y el manejo de la información. En este contexto, los Juegos Olímpicos del 68 jugaron un papel fundamental en el crecimiento de la tensión que terminó en tragedia.

La designación de México como sede de los Juegos Olímpicos llegó en 1963. En esos años, el mundo estaba dividido en dos bloques ideológicos y la atención estaba puesta en la Guerra Fría. Con ese escenario, el Comité Olímpico Internacional dejó a un lado la candidatura de Detroit, Buenos Aires y Lyon y se decidió por la Ciudad de México. Era la primera vez que unos Olímpicos llegaban a Latinoamérica y a un país de habla hispana. Por lo mismo, el gobierno inició una campaña proyectando un "nuevo México". Había que maravillar al mundo demostrando que teníamos un país en desarrollo y crecimiento, nadie podía poner en riesgo la imagen de México. 

Durante el 67 y el 68, el gobierno se encargó de presumirle al mundo los preparativos para los Juegos: la construcción de los estadios, las villas olímpicas y toda la infraestructura pública. Para el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz, estos serían los juegos de la "vanguardia y la modernidad", los que nos llevarían al primer mundo. Pero la realidad era completamente otra. La desigualdad social y la falta de oportunidades azotaban al país. Fue así que poco a poco se fueron creando asambleas entre los estudiantes de varias universidades, principalmente de la UNAM y el IPN. El movimiento duró 146 días y representa la expresión de una generación contra el fascismo que se escondía en México.

En la cronología de los hechos, se dice que el movimiento se detonó el 22 de julio del 1968 durante una pelea entre estudiantes de una vocacional del Politécnico y la prepa Isaac Ochoterena, a causa de un partido de futbol americano. Al día siguiente, los estudiantes volvieron a chocar pero ahora fueron reprimidos por más de 200 granaderos en la colonia Juárez, muy cerca del Centro. Durante agosto hubo varias marchas que demandaban cambios al cuerpo policiaco y la extinción de los delitos de "disolución social" y "ataques a las vías públicas". Pero el 1° de septiembre Díaz Ordaz le dio un giro a los hechos; en su informe de Gobierno, denunció que los acontecimientos recientes eran un boicot contra los Juegos.

Como respuesta, el 13 de septiembre más de 300 mil personas marcharon en silencio hasta el Zócalo capitalino en una histórica muestra pacífica: la marcha del silencio. Desde la revolución mexicana no se había visto tal respuesta por una causa social en el país. Sin embargo, el 18 de septiembre la fuerza pública ocupó Ciudad Universitaria y cinco días después tomó por la fuerza el Casco de Santo Tomás del Politécnico. Dos actos donde se dice que hubo varios excesos.

Así llegaría la marcha del 2 de octubre de 1968. Desde temprano, varias manifestaciones salieron de distintos puntos con el fin de terminar en Tlatelolco. Fue ahí donde varios hombres de guante blanco comenzaron a disparar desde el edificio Chihuahua: el Batallón Olimpia. Con los disparos, los soldados y policías abrieron fuego contra la gente y así se desató una de las noches más tristes y sangrientas en México. Algunos dicen que el tiroteo duró poco más de una hora, aunque los que estuvieron ahí relatan que toda la noche se escucharon balas pérdidas y lamentos. Muchos lograron esconderse en los edificios. Miles fueron detenidos y miles fallecieron.

Cuentan los vecinos que esa misma noche se limpiaron todos los rastros del siniestro. Los cuerpos se apilaron y se fueron en autobuses. Algunos se quemaron y otros se arrojaron al mar. Al día siguiente, varios medios tacharon a los manifestantes de "terroristas" y de haber iniciado un "pequeño" desencuentro. A 10 días del arranque de los Juegos Olímpicos, se empezó a ocultar toda la información: "en México no había pasado nada".

Ese mismo día, el Comité Olímpico Internacional anunció que los Juegos se celebrarían con normalidad y que la agenda no se movería. Por su parte, el secretario de Relaciones Exteriores de México confirmaba la estabilidad del país ante las Naciones Unidas al mismo tiempo que decenas de madres buscaban a sus hijos en las cárcel de Lecumberri y el Campo Militar No. 1. Así, el 12 de octubre se inauguraron los Juegos “de la paz” en el nuevo Estadio Olímpico. En medio de un fuerte operativo de seguridad, se prendió el pebetero y volaron varias palomas blancas. La sonrisa de Díaz Ordaz escondía la masacre entre los valores de los deportistas y los Juegos.

Así, la tragedia de Tlatelolco fue un parte aguas en la vida de México. Fue el único movimiento estudiantil del mundo que acabó en matanza. Días que quedarán en la historia y que siguen siendo un punto de partida y de encuentro. Un acto cruel y despiadado que jamás podrá ser justificado. Una herida que deja varios mensajes, aprendizajes e historias de vida. Porque aunque pasen los años, el 2 de octubre se mantiene en la memoria colectiva. El 2 de octubre se traduce en principios y trabajo. El 2 de octubre sigue vivo. El 2 de octubre no se olvida.

Oct 2, 2018
Oct 2, 2018
Alonso Monroy
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No sé lidiar con la muerte, no sé qué se hace con ella. Me gustaría faltarle al respeto y que nos devolviera un poco de todo lo que se lleva. No sé lidiar con la muerte, no sé qué hacer con el vacío que deja; el que quita el aire, el que quiebra. Me gustaría negociar con ella, firmar un contrato, pactar una tregua.

No sé lidiar con la muerte, no sé si se burla o si enseña. No sé por qué nos mantiene a prueba. Me gustaría saber quién le partió el corazón, cómo perdió la razón y cuándo se volvió una ingrata imprudencia. No sé si entenderla es lograr otro nivel de conciencia; olvidar la materia, elevar el espíritu y convivir con ella. 

No sé lidiar con la muerte, no sé contestar esa llamada, no sé leer ese mensaje y no sé qué decir. Nunca fui bueno con los duelos y las separaciones, la soledad y la culpa se apoderan. Y es que después de la noche más triste, qué es lo que queda, qué es lo que sigue, qué nos espera. 

No sé lidiar con la muerte, y sólo de pensarlo, vuelve el nudo en la garganta que desde ayer me quema.

 

 

 

 

Sep 18, 2018
Sep 20, 2018
Alonso Monroy
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Te escribo desde una ciudad que está vestida de historia. Te escribo desde una ciudad que está pintada con obras de arte. Te escribo desde uno de los ombligos del mundo. Te escribo desde una pequeña cocina que mira el final de un inmenso verano, te escribo desde una ciudad que respira libertad. Te escribo desde Berlín, una ciudad a la que vine a probar suerte, a la que vine a emprender.

Berlín es un magnífico libro de historia, muchas cosas han pasado aquí. Fue parte de la región que habitaron los pueblos germanos seiscientos años antes de Cristo. Fue invadida por el Imperio Romano de Carlomagno en el año 800 y en 1453 aquí protestó contra la iglesia un tal Martín Lutero.

Aquí se vivió una cruel Primera Guerra Mundial y desde aquí se levantó la dictadura nazi. Aquí se suicidaron Adolf Hitler y su esposa, Eva Braun, al perder la batalla de Berlín ante el Ejército Rojo en 1945. Aquí se construyó un muro que separó a la ciudad por 28 años y aquí mismo se derribó ese muro. Sobra historia en este lugar.

Berlín también es una ciudad que está llena de arte. Las paradojas sociales y políticas que ha vivido la ciudad siempre han inspirado grandes manifestaciones artísticas. Una de estas manifestaciones es el movimiento de arte callejero o street art, mismo que ha encontrado en Berlín un enorme lienzo.

En los años ochenta, la cara oeste del muro de Berlín fue el espacio perfecto para expresar los reclamos y los deseos de una sociedad dividida. De manera irónica, el muro se convirtió en un punto de encuentro para varias generaciones de muralistas callejeros y, con la caída del muro, la ciudad se convirtió en la referencia obligada para cualquier artista urbano. No tiene palabras la cantidad de obras de arte que te encuentras caminando por cualquier barrio de la ciudad, Berlín es la meca del street art.

Pero sobre todas las cosas, Berlín es una ciudad en la que se respira libertad, se grita libertad y se vive en libertad. Desde l990, la ciudad estalló en un reclamo legítimo por el derecho de ser libres e independientes, por tener libertad de expresión, libertad de prensa, libertad sexual, libertad política, libertad humana. Se siente en el aire, está en todas partes, está sobre entendida. Es el derecho más preciado y celosamente cuidado de cualquier habitante de esta ciudad, es un fenómeno exquisito.

Para terminar este relato de mis primeros días en Berlín, sólo me falta decir que yo vine aquí por una corazonada, vine a probar suerte, y vine a emprender. Me subí a la ola y ya veré a dónde me lleva. Por lo pronto, seguiré escribiendo y seguiré sumando a la causa del emprendimiento social del que soy parte, la miel cosechada en dos comunidades mayas yucatecas circulará por Berlín y también probará fortuna. Y así seguiré emprendiendo, y así seguiré caminando, y así seguiré viviendo.

Referencias:

Berlin street art history, where graffiti found home, by Guillaume Trotin on: 24/02/2016

Sep 11, 2018
Sep 12, 2018
Alonso Monroy
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Por azares de la vida, este verano acabé trabajando de marchante.

Es ya mi noveno oficio, el más reciente, el más noble y quizás el más divertido. Ofrece, engancha y espera; es el arte de la palabra, es el arte del trueque, es el arte de la venta. Es el arte de ganarse la vida todos los días en largas jornadas, sorteando la lluvia y el sol.

Y ahí andaba yo, montando mi puesto en el mercado, colgando mis famosas camisas y esperando que la fortuna me acompañara. Y ahí andaba yo, emprendiendo otra odisea, por una causa en la que creo y por comunidades que merecen estar mejor. Esta es la historia de mi última aventura. 

Desde hace tiempo pertenezco a un colectivo que ha ido tejiendo una red de emprendimientos sociales y ambientales para apoyar a comunidades mayas en Yucatán. A mediados de este año, el colectivo recibió un donativo en especie por parte de una empresa de textiles que confió en nosotros y para finales de abril recibimos cientos de piezas de ropa.

En equipo, decidimos que darle la ropa a las dos comunidades con las que trabajamos sería un apoyo efímero, insuficiente y poco estratégico. Era una especie de "asistencialismo" que poco solucionaría y que se daría sin previa consulta a la comunidad. 

En cambio, y con la autorización de la empresa donante, decidimos comercializar la ropa a un precio accesible, que nos permitiera tener ganancias suficientes para impulsar proyectos productivos con los hombres y mujeres de las dos comunidades. En específico, impulsar la apicultura y la cosecha de la miel como sustento de vida. 

Y así comenzó la travesía. No es fácil el oficio de marchante, requiere de mucho trabajo, mucho esfuerzo físico y mucha paciencia. Lo primero y más tedioso es hacer un inventario. Conocer a fondo tu producto y saber cuántas piezas tienes y en dónde están. Conocer tus fortalezas, tus cantidades y tus debilidades. 

Luego tendrás que ganarte un lugar en la rotación de comerciantes que cada día van vendiendo su mercancía en los mercados sobre ruedas de la ciudad. Tendrás que llegar varias horas antes para alcanzar un lugar.

Por último, y una vez montado tu puesto, vendrá el momento de esperar y ejercitar la paciencia. Habrá días buenos en los que se venda mucho, pero habrá tardes largas y solitarias en las que, con la misma mercancía y los mismos precios, no se venderá nada. Ahí es cuando no hay que olvidar la causa. Ahí es cuando hay que acordarse que al final, el resultado valdrá la pena.

Como marchante también aprendí muchas cosas. Aprendí que hay mucha gente que se deja la vida trabajando en jornadas dobles, todos los días, para sacar el gasto de la semana. Aprendí que la situación económica de mi país está muy dañada, pero que el pueblo mexicano es sabio, que no se rinde y se busca caminos. Aprendí de muchas historias de vida y escuché muchos casos de éxito.

También aprendí del entusiasmo y la camaradería que se va formando entre los compañeros vendedores. Aunque hay egos, celos y rencillas, también me tocó ver muchas muestras de genuino apoyo y solidaridad. Y es que como se dice entre los pasillos de un mercado: “el sol brilla para todos”.

Al final de mi estancia en Mérida, y después de casi tres meses de trabajo, logramos el objetivo de comenzar a mover la ropa y empezar a obtener fondos para construir una nueva envasadora de miel para las comunidades de Tesoco Nuevo y Santa María Pixoy, al Noreste de Yucatán. Al final, y sin darme cuenta, construí mi primer emprendimiento social, haciéndolo sostenible, ejecutable y funcional. Un emprendimiento que se convirtió en un trabajo muy divertido y que me permitió pasar mucho tiempo con mi querido hermano Santiago. Un emprendimiento que cumplió su causa.

Pero quizás lo más importante de haber sido marchante fue que tuve un gran hallazgo personal: descubrí mi siguiente camino profesional. El camino del emprendedor social, el camino del productor de empresas sociales y ambientales cuya causa sea resolver una carencia, una necesidad o una problemática de la comunidad, de manera sostenible y por medio de una economía solidaria. El camino de crear alianzas que colaboren con el bienestar de las comunidades marginadas y terminar con la desigualdad.

Quién lo diría, la experiencia de haber sido marchante de ropa con causa en Mérida, ahora me abre las puertas para vender miel yucateca en los mercados artesanales de Alemania y así seguir emprendiendo, y así seguir sumando a la causa.

Para conocer más y apoyar este proyecto, visita: @RopaConCausa

Sep 4, 2018
Sep 4, 2018
Alonso Monroy
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                                    "Separarse de la especie no es soberbia, es amor”.

                                                                                                            Gustavo Cerati.

 

Cuando la llama se apaga, se dice que el poeta se ha vuelto profeta en las fábulas de la imaginación. Es como si el alma encontrara la calma y estuviera lista para iniciar el gran viaje; el de música ligera, con una terapia de amor intensiva y algunos juegos de seducción. Y es que la materia se eleva a leyenda y brilla con más fuerza justo cuando pasa el temblor. Se despide el genio, pero se quedan sus acordes, sus acuerdos y su voz. Porque la energía sigue girando alrededor del sol.

Este 4 de septiembre se cumplirán cuatro años de la partida de uno de los personajes más emblemáticos de la historia del rock y la música latinoamericana: Gustavo Cerati. Después de 4 años en coma a causa de un ataque cerebrovascular sufrido en Venezuela, el músico argentino finalmente pidió tregua el 4 de septiembre del 2014, dejó de respirar y descansó. En un sueño profundo, uno de los grandes de la historia de la música en español se despedía y comenzaba el viaje de regreso a casa, el que quizás está a un millón de años luz.

Vulnerable y arriesgado, Gustavo Cerati era un tipo con mucha inteligencia emocional. Su primera pasión fue dibujar y escribir cuentos con personajes tan raros como fascinantes. Poco a poco, el niño porteño demostraba una capacidad sensorial poco ordinaria y muy especial. Cuenta la anécdota, que Gustavo tenía una gran fascinación por las palabras y su pronunciación. Tanto, que a los ocho años hizo su propio diccionario, que no tenía significados ni explicaciones, simplemente era un compilado de palabras y fonemas, producto de sus hallazgos y ocurrencias.

Pero el verdadero amor de Cerati llegó en el bachillerato cuando descubrió la música de The Police, Queen, David Bowie, Deep Purple, Pink Floyd y The Cure. La mezcla de sonidos de la isla inglesa lo dejó maravillado y a partir de ese momento no soltó la guitarra eléctrica. Cuando tenía veintidós, conoció al bajista “Zeta” Bosio y juntos decidieron armar una banda de punk rock, con un sonido tropicalizado y un tanto divertido. Sumaron al baterista Charly Alberti y después de varios proyectos, ensayos y errores, llegaron a un sonido diferente que orgullosos nombrarían: “Soda Stereo”.

Soda lanzó su primer álbum en 1984 y desde el inicio causó un gran impacto en la escena underground de la capital argentina. Su música representaba una mezcla diferente de melodías alegres con una lírica estudiada, misteriosa y descarada. Historias reales y abstractas de amor y desamor. El punto medio entre el rock que llegaba de Inglaterra y los sonidos calientes y hasta bailables de estas tierras. Para muchos, un giro en la historia del rock en español. Así llegarían los discos de “Nada Personal”, “Signos”, “Doble vida”, “Canción Animal”, “Dynamo”, “Sueño Stereo” y “Comfort y música para volar “.

Su look, estilo y la constante exploración de nuevos ritmos, hicieron de Cerati y Soda Stereo una revolución que cruzó fronteras. Fue la primera banda de rock en español en tocar en Estados Unidos, fueron los primeros en utilizar elementos sinfónicos y electrónicos en español, sin dejar corrientes como el disco, el jazz y el funk. De sus siete discos editados, ninguno suena igual que el otro y pareciera que van de menor a mayor.

Pero después de 15 años de historia, en 1997 Soda Stereo anunció su separación y Gustavo Cerati comenzó un nuevo camino como solista. Aunque las dudas de los críticos amenazaban con que este nuevo proyecto no sería tan exitoso, Cerati se consolidó durante los siguientes diez años con 5 producciones, entre las que destacan “Amor Amarillo”, “Bocanada”, “11 episodios Sinfónicos” y “Fuerza Animal”. Demostró toda su capacidad como un compositor maduro, lúcido, visionario y genuino. Siempre buscando una textura sonora indefinida. El genio seguía transformándose. Cambio y evolución.

Y ante el asombro de América, en el 2007 Gustavo, “Zeta”, y Charly dieron a conocer que Soda Stereo se volvería a reunir en una gira continental que irónicamente tomaría el nombre de “Me verás volver”. El tour comenzó en el Estadio Monumental del River Plate y casi un año después culminó ahí mismo. En total, Soda visitó más de 13 países y tuvo 22 fechas, convocando a más de 1 millón de fanáticos. La fuerza y la vibra que se desataron en cada presentación fue inaudita y para muchos espectacular. Paradójicamente, el 15 de mayo de ese mismo año sería la última vez que estarían juntos sobre un escenario, y es que en el 2010, Gustavo sufriría el accidente cerebral que lo mantuvo en coma por cuatro años.

Soy de los que opina que la muerte de Gustavo Cerati marca un hito en la historia del rock en castellano, un antes y un después. Porque con su trayectoria demostró que la música no se mide en una escala de notas o partituras, que hay mucho en la imaginación. Un navegante que le entusiasmaba la idea de no tener claro a dónde iba y que no se lo tomaba tan en serio. Un músico que con el tiempo fue conociendo más el molde, para irlo rompiendo mejor. Un genio que le puso el acento al sentimiento en todo su lienzo y su sinfonía. Uno de mis grandes ídolos y una historia que no me cansaré de contar. 

Chau, Gustavo, buen viaje y descansa en paz.

 

 

 

 

Ago 29, 2018
Ago 29, 2018
Alonso Monroy
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¿Quién te dijo que los ideales pasaron de moda? ¿Quién te dijo que el dinero es la medida de todas las cosas? ¿Quién te dijo que la riqueza se mide en billetes? ¿Quién te dijo que las personas se dividen en clases? ¿En qué momento confundimos el verdadero poder?

¿Quién te dijo que está prohibido equivocarse? ¿Quién te dijo que el camino no puede desviarse? ¿Quién te dijo que no existen los fracasos? ¿Quién te dijo que no se vale caer? ¿Quién te dijo que los valientes no lloran? ¿Quién te dijo que la vida es a ganar o perder?

¿Quién te dijo que es de débiles enamorarse? ¿Quién te dijo que el perdón está prohibido? ¿Quién te dijo que desconfiaras de la vida? ¿Quién te contagió el virus del miedo? ¿Quién te dijo que no vale la pena volver?

¿Quién te dijo que nunca te levantarías? ¿Quién te dijo que estás demasiado viejo para intentarlo? ¿Quién te dijo que no eras bueno para eso? ¿Quién te dijo que las oportunidades sólo pasan una vez en la vida? ¿En qué momento se volvió anticuado creer?

Flaco, aquí entre nos, ¿quién te dijo que sólo se vive una vez?

 

 

 

 

 

 

Ago 21, 2018
Ago 21, 2018
Alonso Monroy
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Yo no existo sin ti y tú no existes sin mi. Por lo tanto, tú y yo existimos a partir de relacionarnos, existimos a partir del “nosotros”. 

Según varias interpretaciones, los pueblos mayas concibieron el universo como una gran unidad en donde todo está relacionado; los individuos, la comunidad, las plantas, los animales, los vientos, los espíritus y los ancestros están unidos y nada existe sin la relación con el otro. Todo está vivo por algo y todo está conectado. Por eso cualquier acción de uno afecta al otro y por eso se dice que tú eres mi otro yo. Si te respeto a ti, me estoy respetando a mi, y si te agredo, me estoy agrediendo. 

Para Fidencio Briceño Chel, doctor en lingüística antropológica por la UNAM, en esta visión dual en la que yo no existo sin ti, se usa el “yo” en primer lugar para acentuar el compromiso personal de ser parte de algo, ser parte del todo. Y es que no existimos como entes apartes, existimos a partir de nuestra pertenencia y relación con la comunidad y con todo lo que nos rodea. Así, tú y yo nos relacionamos formando un “nosotros” que se relaciona con nuestros pares (los seres humanos) pero también con “los otros”, como son las plantas, los animales y las presencias sobrenaturales que pueblan el mundo. 

Es por eso que en la filosofía maya se respeta a las piedras, al camino, a las selvas, a los montes, a las cuevas, a los cenotes y a los ríos. 

“Por ello el maya, desde la infancia aprende a llevarse bien con todo lo que le rodea, pues a través de su relación con esos otros es que se construye su persona, su respeto, su prestigio, su familia, su comunidad, su pueblo y su mundo”, destaca Briceño Chel en un fascinante artículo.

Bajo este concepto de colectividad, desde hace varias décadas se escucha una frase que busca expresar este sentimiento de unidad y colectividad del pensamiento maya: In lak'ech, Hala ken que, en una traducción literal, significa “yo soy tú, como tú eres yo” o “yo soy otro tú, como tú eres otro yo”.

Algunos dicen que la frase fue introducida por el antropólogo mexicano Domingo Martínez Paredes en los años setenta y que poco a poco se fue transmitiendo entre varios apasionados por la cultura maya, apasionados que buscaban rescatar las raíces de esta cosmovisión milenaria. Por su importante significado, la frase fue conociéndose más y muchos comenzaron a utilizarla de buena fe en sus ceremonias. 

Sin embargo, en los últimos años varios comentarios han puesto en duda el origen y la etimología de la frase al señalar que no es una construcción lingüística habitual entre los maya parlantes y que en realidad el maya no la usaba y no se saludaba así. La polémica creció luego de que varias corrientes new age adoptaron la frase en sus pensamientos y la hicieron popular, atrayendo a nuevos seguidores que se identificaban con el inmenso valor del concepto de unidad.

Según la opinión de Briceño Chel, la frase In lak'ech, hala ken expresa el concepto de unidad del pensamiento maya, pero es una frase creada por gente que no habla maya, que no es maya y que no tiene la cultura maya como propia. La frase sí representa la idea de relación y colectividad de la filosofía maya, pero según el especialista, no es una frase que se use cotidianamente entre los maya parlantes y es una traducción muy literal.

Podríamos decir que dicha frase es una aproximación del hombre occidental, interesado, legítimamente, por el concepto de unidad del pensamiento maya.

Yo escuché la frase por primera vez hace casi 20 años y desde entonces me cautivó el mensaje tan poderoso que se esconde detrás. Hoy, y después de investigar más sobre ella, me doy cuenta de que más allá de si la frase es cierta o no, lo importante es toda la sabiduría ancestral que libera. Entender que yo no existo sin ti, así como la noche no existe sin el día, nos hace mirar cómo todo está conectado y cómo somos parte de un todo. Al asimilar en nuestra vida cotidiana este concepto tan abstracto, entenderemos que nada en este universo está separado y que cualquier acción tiene una consecuencia. Por eso nosotros creamos nuestro universo y por eso todo merece ser tratado con respeto.

Fuentes bibliográficas:

Gramática cultural, o de cómo la cultura está presente en el pensamiento maya/ Dr. Fidencio Briceño Chel/ La Jornada del Campo.

Hablando de Cangrejos y Estrellas de mar: Conocimientos Ancestrales y Prácticas Colaborativas, por Rocio Chaveste y Maria Luisa Molina.

Ago 14, 2018
Ago 14, 2018
Alonso Monroy
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La noche es un ojo oscuro y brillante que nos obliga a mirar y a pensar qué hacemos aquí, hacia dónde vamos”, Josefina Moyrón. 

Cuando los monumentos arquitectónicos se convierten en instrumentos para medir con precisión el universo en el tiempo del año trópico, los datos obtenidos por medio de la observación del cielo dejan rastros de un mensaje muy poderoso. El monumento se vuelve una fuente de información que explica la relación que existe entre el vaivén de los astros y la filosofía de los pueblos originarios. Vaya maravilla, los templos sagrados también eran telescopios que descifraban la existencia de la vida en la tierra a partir de la danza del universo. 

Durante décadas, los investigadores han encontrado puntos en común entre la astronomía y otras ciencias sociales, con el fin de interpretar el fascinante legado de los pueblos originarios. Este estudio es conocido como arqueoastronomía y comprende un diálogo científico entre la astronomía y algunas ciencias humanas como la arqueología, la antropología, la etnografía, la lingüística, la epigrafía y la historia del arte, entre otras. Al cruzar datos astronómicos con rasgos culturales, la información se enriquece y se obtienen nuevos hallazgos. 

Así, un ejemplo de arqueoastronomía puede ser el estudio de un monumento arqueológico que fue pensado, diseñado y construido en alineación con el movimiento de los astros. Las construcciones eran observatorios funcionales que jugaban un papel clave en las decisiones de la comunidad. Todo tenía una orientación y una razón de ser. Nada estaba a la deriva. 

En Mesoamérica, los pueblos mayas fueron grandes observadores del firmamento y construyeron sus templos y ciudades tomando en cuenta los ciclos de Kin (el sol), de Uh’ (la luna) y de Noh Ek (Venus); sabían que ahí se encontraban muchas de las respuestas de su vida práctica, diaria y espiritual. Usando sus templos como instrumentos de medición y llevando registro de la cuenta del tiempo, descubrieron que los ciclos celestes se repetían y que las manifestaciones naturales tenían una temporalidad. Y todo lo fueron dejando por escrito.

De esta manera, el conocimiento estelar se transmitía entre linajes de sabiduría y representaba gran parte del desarrollo social, científico, agrícola, espiritual, político y religioso de la época. Cada nueva generación estudiaba los registros anteriores y sacaba nuevas conclusiones que eran transmitidos a la comunidad.

Así, los astrónomos advertían al pueblo de sequías, huracanes, cambios de estaciones, temporadas de lluvias, temporadas de siembra y también de grandes cambios sociales. Las famosas profecías mayas no surgieron de su imaginario, todo era en función del conocimiento del pasado y el entendimiento de los ciclos de los astros. Eran cronistas de su tiempo y su realidad, y contaban el tiempo por una poderosa razón: querían vivir mejor, querían vivir en armonía con su entorno.

Yo tuve el honor de iniciarme en este conocimiento a través de Felipe Chan Chiarqueoastrónomo empírico maya y custodio de la zona arqueológica de Dzibilchaltún. Él lleva más de 20 años realizando observaciones astronómicas a simple vista, utilizando el edifico de las 7 Muñecas y las estructuras arquitectónicas que lo conforman de una manera muy similar a como lo hacían los antiguos mayas. Conversando con él, entendimos por qué los mayas usaban los templos sagrados para estudiar los solsticios, los equinoccios, los fenómenos lunares y sobre todo el paso del sol en su camino diario.

En esa clase, también nos enseñó un instrumento que él diseñó, y que según sus estudios e interpretaciones, era la manera como los astrónomos mayas observaban el cielo hace miles de años. La estructura semi circular (que se asemeja una enorme concha) se cubre con una tela de velo de ángel que permite el paso de la luz en la oscuridad y que te permite puntear las estrellas con una tinta que va dejando el rastro de tus observaciones.

Al desdoblar el telar, y después de varias observaciones en diferentes fechas, se dibuja la danza del universo y se reproduce en la tierra el manto estelar. Algo sencillamente espectacular.

Fuentes bibliográficas:

  • La observación celeste en el pensamiento prehispánico/ Arqueología Mexicana/ Jesús Galindo Trejo.
  • Lenguaje Geométrico Arquitectónico del Espacio y Cómputo del Tiempo Mesoamericano/ Victor Hugo Ruíz Ortíz.
  • Arqueoastronomía Maya, Observadores del Universo/ Filme dirigido por Milagros Varguez, producido por Gabriel Berríos, y escrito y narrado por Josefina Moyrón.
Ago 8, 2018
Ago 8, 2018
Alonso Monroy
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Eres un árbol cósmico que puso sus raíces en el inframundo y que en lo alto tocas la eternidad. Eres un árbol de vida que representa la creación del mundo. Eres un símbolo de geometría para la civilización maya y una puerta sagrada entre el cielo, la tierra y el inframundo. Eres parte del todo y eres divinidad. Tus hojas le señalan el camino al sol y apuntas a los cuatro rumbos; cortas a la esfera celeste en dos puntos. Y por último, dibujas el camino del sol por la escalinata celeste y marcas la pirámide invertida que pasará el sol en el camino de la noche. Eres Ya’axché, la ceiba sagrada, el árbol en donde siempre volverá a nacer el sol.

Según algunas interpretaciones, en la cosmovisión maya el hombre es el eje del universo y tiene en sus manos la existencia y el manejo de todo lo que lo rodea. A su vez, el sol es el elemento supremo que nace y muere todos los días y que en su trayectoria marca la geometría del mundo. Para muchos investigadores, como la brillante mexicana Mercedes De La Garza, los mayas representan al mundo con tres grandes símbolos: el cielo, dividido en 13 niveles y en forma de una pirámide escalonada; la tierra, concebida como una plancha cuadrangular; y el inframundo, dividido en 9 estratos que están representados como una pirámide invertida.

Dicha plancha terrestre y cuadrangular toca en sus cuatro vértices a los cuatro rumbos, que son puntos inter cardinales que marcan el paso del sol. Y en cada uno de estos cuatro rumbos, se eleva una ceiba sagrada que sostiene la pirámide celeste y la plancha terrenal. Estas cuatro ceibas están acompañadas por un guardián, o Bacabe, que cuida de la existencia y el devenir del hombre y la mujer. Y justo en el centro de esta gran plancha terrestre, se yergue la ceiba verde, gran ceiba madre, que es el axis mundi del universo.

Esta gran ceiba —o Ya’axché— es la conexión que tiene el ser humano con el cielo, la tierra y el inframundo; sus ramas tocan los 13 cielos y de sus raíces cuelgan los 9 estratos del inframundo. La ceiba conecta el mundo material y espiritual, y en geometría, representa el eje que corta la tierra en dos, dibujando dos líneas perpendiculares que se cruzan en el centro y que forman cuatro ángulos de 90 grados. Esa cruz imaginaria, es la cruz que está presente en tantos símbolos mayas. 

Así, los 13 cielos forman una pirámide celeste y los 9 estratos del inframundo forman una pirámide invertida. Cada escalón de ambas pirámides simbolizan las 24 horas del día, desde que sale el sol a las 5 de la mañana (primer escalón de la pirámide), el paso del sol por el zenit a las 12 del día, la puesta de sol a las 7 de la tarde, el paso del sol por el inframundo a la media noche, y el nuevo nacimiento del sol a las 5 de la mañana. Así, el tiempo es cíclico y la ceiba sagrada dibuja la escalinata celeste y el camino de la noche y la oscuridad. 

Por último, la ceiba verde también simboliza el ombligo del mundo o el punto que conecta al vientre de la madre tierra con todo lo que existe en el exterior. Y justo en ese encuentro, se ubica el hombre y la mujer, capaces de abrir la puerta entre los tres mundos (cielo, tierra e inframundo) y teniendo a la gran ceiba sagrada como conducto y guía.

Es por eso que la ceiba maya es una ceiba divina. Es un árbol que en su anatomía simboliza tres grandes campos del conocimiento maya: el camino del sol como parte del conocimiento astronómico, la geometría de la tierra como parte del conocimiento matemático, y el contacto del hombre con el cielo y el inframundo, como parte de la dualidad del hombre y el conocimiento espiritual. Gran madre ceiba, ceiba verde y ceiba divina; eres Ya’axché, la ceiba sagrada y el árbol en donde siempre volverá a nacer el sol.

Fuente:

Cosmovisión de los Mayas Antiguos, por Mercedes De La Garza

Ago 1, 2018
Ago 1, 2018
Alonso Monroy
1254550

Cuando el espacio y el tiempo riman con los ciclos de los astros y las estaciones de la tierra, se dice que se dibuja entre nosotros una geografía sagrada que nos permite relacionarnos con el universo para explorar el significado de nuestra existencia. 

Una de las mentes brillantes que revolucionaron la forma de interpretar la cosmogonía de los pueblos originarios fue la del filósofo e historiador rumano Mircea Eliade, quien entre sus múltiples estudios, explicó el significado del espacio y el tiempo sagrado en la vida humana; lo que él definió como la geografía sagrada.

Para él, las civilizaciones madre que poblaron los dos hemisferios del planeta se dieron cuenta de la cualidad que tiene el ser humano para abrir espacios sagrados en la cotidianidad y así lograr conjugar el mundo material y espiritual en una temporalidad divina. O dicho con otras palabras, cualquiera de nosotros puede transitar de lo profano a lo sagrado en un tiempo y espacio determinado usando el poder de la imaginación activa para elevar la consciencia. Todos podemos recorrer la geografía sagrada.

Así, la geografía sagrada tiene la finalidad de reproducir en la tierra las configuraciones del mundo celeste y crear nudos de convergencia entre dos planos de existencia. Es la puerta a un mundo sensible pero invisible donde podemos conectarnos con la energía del universo y la naturaleza. Es la temporalidad en la que podemos descubrir nuestro espíritu y nuestra dualidad. Es la capacidad que tenemos de proyectar el cielo en la tierra y de tocar la dimensión divina desde este mundo material.

Para entender el concepto de geografía sagrada es importante reconocer que existen tres regiones en la vida humana: la esfera cósmica o espiritual, la esfera terrenal o material, y la esfera intermedia o humana en la que se empalman las dos anteriores. También, es clave destacar que la mayoría de los pueblos originarios hallaron “centros” como puntos de intersección entre los tres mundos. Dichos “centros” pueden ser templos, santuarios, pirámides, monumentos, ciudades, ceremonias, el mismo cuerpo humano, y cualquier espacio que nosotros decidamos volver sagrado.

Para el rumano Eliade, la experiencia sagrada modifica la percepción del espacio y del tiempo, y la sacralización del lugar en la que se instauran los templos o donde se llevan a cabo ceremonias permite convertir dicho espacio en un espacio sagrado. Además, la repetición periódica de los ritos convierte el tiempo lineal en un tiempo cíclico, en el que los calendarios nos recuerdan los hechos míticos y las celebraciones importantes de cada tribu de la tierra. El ritual se vuelve sagrado al evocar la memoria colectiva y traer al presente el significado de dicha efeméride o festividad.

Los aniversarios, los años nuevos, la luna llena, el inicio de la primavera, los solsticios, los entierros y cualquier ceremonia son temporalidades en las que se puede navegar en la geografía sagrada y tocar la otra realidad. Así, el habitante de Palenque, Cuzco o Atenas, al abrir un espacio sagrado, se convertía en un peregrino que caminaba entre las parcelas de lo terrenal y los mares del infinito. Y siguiendo este mismo principio, todos nos podemos convertir en danzantes del universo.

Todo este relato, tan mágico y tan abstracto, surgió a raíz de la jubilación de mi padre. Después de 33 años trabajando en el mismo lugar, mi padre decidió retirarse y comenzar un nuevo ciclo. Al dar a conocer la noticia, todos sus compañeros de trabajo le organizaron diferentes homenajes y reconocimientos, y en uno de ellos, mi padre decidió traer a la memoria los orígenes de su carrera y el comienzo de su brillante ciclo laboral. Entre aplausos y muestras de afecto, todos los presentes honramos la trayectoria de mi padre, y fue tanta la energía acumulada en el lugar, que estoy convencido que se abrió un espacio sagrado alrededor de mi papá. Abrimos juntos una geografía sagrada.

Fuentes:

Jul 25, 2018
Jul 25, 2018
Alonso Monroy

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