CIUDAD DE MÉXICO.
Dicen que cuando otros apenas van por la leche, Jeep ya viene de regreso con la crema lista y la ejecución de versiones como la Gladiator Mojave es una clara muestra de ello.
La marca de vehículos todoterreno más popular del mundo parece no tener paz en su alma, pues mientras que en algunos segmentos se encuentra multiplicando su oferta con ediciones especiales y versiones más enfocadas en un mejor desempeño, en otros se reinventa por completo e incorpora productos totalmente nuevos, para llevar a la firma a donde nunca antes había estado.
Con la versión Mojave de la pick up más personalizable del mundo, llega un vehículo que se especializa, como su nombre lo indica, en el desierto.
Y es que cuando se eligió este nombre para diferenciar a esta Gladiator del resto, se pensó no en la versión 10.14 del sistema operativo de Apple, sino en el famoso desierto norteamericano ubicado entre California, Utah, Nevada y Arizona, nombrado así por el pueblo indígena Mojave.
De tal suerte que esta categoría ha dotado a esta pick up de cualidades únicas, específicamente desarrolladas para mejorar su desempeño a altas velocidades sobre arena y territorios desérticos.
Cuando la vimos por primera vez, en el Autoshow de Chicago del año pasado, no imaginamos que fuera una versión que modificara tanto su comportamiento, pues estéticamente era muy similar al Gladiator en su versión Rubicon.
Sin embargo, la categoría Desert Rated ha echado mano de una serie de innovaciones tecnológicas, como una nueva suspensión, que integra topes delanteros de absorción hidráulicos para adaptarse de mejor forma a las condiciones arenosas sin comprometer la estabilidad de la pick up, ejes más sólidos y la más reciente actualización del sistema 4x4 Command-Trac, para hacerlo el Jeep más evolucionado cuando de correr en la arena se trata, garantizando resistencia a los rebotes en trayectos a alta velocidad en off-road.
Y fue precisamente ahí, en el caudal de un río seco, donde pusimos a prueba sus capacidades. No podíamos creer que los refuerzos que los ingenieros que Jeep colocaron en el chasis fueran tan útiles para mantener bajo control a este mastodonte, el cual, sin importar lo suelta que encontramos la superficie del camino, siempre fue capaz de llevarnos en la trayectoria deseada.
La Mojave, por fuera, incorpora sutiles toques que no la delatan como la líder de la manada, sin embargo, algunos detalles estéticos nos permitirán diferenciarla de cualquier otra, por ejemplo, el baño de pintura gris que recibió la carrocería (especial para esta versión) mezclada con pequeños toques en color naranja, como en los ganchos de arrastre.
Sobre el cofre han colocado una toma de aire central, aunque lo más interesante está debajo de la carrocería.
Para garantizar la fuerza necesaria para salir adelante de cualquier maniobra dentro y fuera del asfalto, esta Gladiator está impulsada por el ya conocido motor V6 de 3.6 litros Pentastar, que es capaz de desarrollar 285 caballos de fuerza y empujar con 260 libras-pie de torque, gracias a la gestión de una transmisión automática de ocho velocidades.
En ninguna maniobra y bajo ninguna circunstancia el motor se siente falto de poder e incluso es capaz de arrastrar 2.7 toneladas y cargar hasta 550 kilogramos.
Al interior, el confort corre a cargo de enormes asientos forrados en piel, que garantizan una buena sujeción y se complementan con un avanzado sistema de audio Alpine de 9 bocinas, que se acompaña por un sistema de infoentretenimiento cuya pantalla táctil es de 8.4 pulgadas y proyecta la cuarta generación del sistema Uconnect.
Aunque la Gladiator es una pick up que ya habíamos manejado en distintos caminos, la versión Mojave nos volvió a demostrar, de camino a Valle de Bravo, que tanto por dentro como por fuera del asfalto es un vehículo cómodo y bien preparado para enfrentar cualquier escenario.
En la historia, esta pick up quedará registrada como la primera que se comercializó bajo la nomenclatura Desert Rated, que desarrolló una marcha y estabilidad específicas, con una suspensión calibrada para terreno arenosos que no compromete el confort, aun en las maniobras más adversas; la tracción en estas condiciones, el incremento en la distancia al piso, en la longitud de los ejes, y los neumáticos de 33 pulgadas, para una mejor maniobrabilidad y refuerzos para soportar el calor extremo, la gruesa arena, grava suelta y el polvo que suelen acompañar a los inclementes entornos desérticos.
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