El ascenso meteórico de Henry Martin

CIUDAD DE MÉXICO, 3 de septiembre.- Hace poco más de dos años, Henry Martín Mex (Mérida, 1992) desarrollaba una vida que calificaba como la de una persona “normal”, en la que cada día se alistaba por las mañanas para asistir a sus clases de la carrera de ingeniería civil dentro de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), en la que se encontraba ya en su quinto semestre.

En aquel entonces, a pesar de que destacaba en un club semiprofesional que se llama Soccer Club, sus planes personales estaban lejos del balompié profesional. Pensaba en seguir el camino que marcó su padre Daniel Martín Medina –ingeniero de profesión- y por el cual ya habían transitado sus hermanos Dany, Freddy y Cindy; la de convertirse en un profesionista. Era un buen alumno que nunca bajó del ocho en sus calificaciones.

Pero resultó que también era demasiado bueno en su labor de delantero para pasar desapercibido por Daniel Rosello, visor de origen uruguayo que hasta el día de hoy trabaja con los Venados de Mérida. Rápido de piernas y mente, fuerte físicamente, ganó cuanto título de goleo se le cruzó desde categorías menores hasta ligar un tricampeonato con el Soccer Club. Por eso fue invitado a probar suerte con el club del Ascenso MX.

El problema de Henry fue que debió partirse para cumplir con las responsabilidades adquiridas. Debía seguir con sus estudios, jugar con el club que dirigía su padre y entrenar con los Venados, siempre con magros resultados. Incluso pensó en renunciar a su aventura.

“Yo sí tenía esas ganas y pensaba; ’total, ¿qué puede pasar si le intento?’. Pero sentía que no tenía el nivel para jugar en el Ascenso, me enfrentaba todos los jueves al Mérida y no podía ni tocar la pelota, me la quitaban muy rápido y le di las gracias a Daniel Rosello”, recordó Martín a Terreno de juego TV en junio del año pasado.

Para su infortunio, el desgaste provocado por el entrenamiento con el equipo piloto del Mérida al que pertenecía le hizo desgastarse físicamente y perder clases. Entonces su familia, a la que no había avisado, debió intervenir.

“Cuando tenía que hacer tarea llegaba la noche, se estaba esforzando mucho y lo veía muy cansado, entonces nos sentamos a hablar y le dije que algo estaba pasando. Me enteré y había que darle el apoyo, le hice ver los pros y los contras y le dije que si se iba a dedicar a ello tenía que ser al ciento por ciento”, comentó vía telefónica su padre.

Otra oportunidad

Después de parar, a Henry lo vuelve a buscar Daniel Rosello, pero esta vez el ariete le dice que si lo quiere será para estar fijo en el primer equipo. El club aceptó. Hizo la pretemporada de cara al Apertura 2013, se adaptó bien, encontró un sitio en el once del estratega Ricardo Valiño y de ahí explotó una carrera que hoy atrae la atención. Ya forma parte de la Selección Nacional.

En dos semestres con los Venados, entre Liga y Copa MX, marcó diez tantos que despertaron el interés de César Farías y los Xolos de Tijuana. Pasó a ese club y también en un año, entre Liga, Copa y Sub 20 sumó otra decena de goles -el más reciente el sábado pasado frente a Monarcas que significó el 2-1 a favor de su club-, que le sirvieron para despertar el interés del Tuca.

“Llega el domingo a las ocho de la mañana a Mérida y a las diez, suena su teléfono, contesta, se para, su expresión cambia y de repente cuelga y nos dice: ‘les tengo una buena y una mala noticia’; entonces nos dijo que debía irse, pero a cambio, en la buena, nos dijo que había sido llamado para jugar en el Tri. Obviamente mi esposa se puso a llorar y yo me quedé sorprendido”, detalla Daniel Martín.

Y esta vez, agrega el mentor, se repetirá esa historia de éxito. “Estoy convencido de que la mentalidad de Henry está para eso y más y los mejores momentos están por venir. Es una persona muy inteligente que sabe aprovechar las oportunidades, lo ha demostrado”, agrega.

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