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Venezuela

Yuriria Sierra

Yuriria Sierra

Nudo gordiano

“Acaba de informar el secretario de Relaciones que en la propuesta de Noruega se propone que México sea sede para llevar a cabo estas negociaciones y nosotros aceptamos porque lo que buscamos es que haya diálogo y acuerdos entre las partes (...) Son pláticas entre el gobierno de Venezuela y la oposición. Ojalá se logre un acuerdo. Entonces sí, van a llevarse a cabo esas pláticas y nosotros ayudamos para que nuestro país sea la sede de estas conversaciones…”, adelantó hace una semana el presidente  Andrés Manuel López Obrador.

Tras varios días de sigilo, todo indica que mañana darán inicio estas reuniones, parte de la fase final de acuerdos entre esas dos Venezuelas que han vivido enfrentadas desde hace tantos años. 

Si algo ha intentado México en materia de política exterior, ha sido ser un facilitador de diálogos. La última vez, tendió la mano al hoy expresidente de Bolivia, Evo Morales. Contracorriente, lo trajo a nuestro país en calidad de asilado político: “México respondió como lo ha hecho en otros momentos de la historia. Nadie lo duda ni lo cuestiona. La respuesta contundente que llegó de Cancillería, habrá sido elemento que permitió la salida de Evo de su país, sin un nivel de violencia mayor (...) Con el asilo en marcha, México tendrá que definir también hasta cuándo tendrá efecto. Los antecedentes de asilados en nuestro territorio, que aún así fueron objeto de persecución, no garantizan plena seguridad…”, escribimos en este espacio en aquel entonces, cuando Evo ya estaba en territorio nacional. Hoy, Bolivia vive bajo sus propios términos y tras una elección que calmó las aguas.

 

México intentó meses antes hacer lo mismo con Venezuela. Eran principios de 2019 y en aquel país las movilizaciones no se detenían.

Las protestas comandadas para ese entonces por Juan Guaidó, ante el encarcelamiento de Leopoldo López, sumaban adeptos y apoyo internacional. Todo apuntaba a una crisis política y social que pudo haber costado cientos de vidas, más de las que ya han costado las condiciones puestas en marcha y heredadas desde el mando de Hugo Chávez. Sin embargo, a pesar del entusiasmo de una parte y de la necedad de la otra, nada pasó. México buscó ser mediador en el conflicto, pero no hubo ninguna posibilidad hasta hoy.

“Les confirmo que la Cancillería noruega nos ha comunicado que las partes que participarán en el diálogo sobre Venezuela han entrado a fase final de sus pláticas exploratorias a fin  de iniciar negociaciones en nuestro país…”, escribió Marcelo Ebrard en Twitter al mediodía de este miércoles. En un adelanto dado en la emisión de radio  de Ciro Gómez Leyva, opositores confirmaron que ese diálogo inicia mañana en la Ciudad de México y durará cuatro días. 

Momento decisivo: esta mesa parecía imposible, pero que puede encontrar en nuestro país un buen final para el dilema venezolano. Lo merecen ya millones de ciudadanos:  los que viven en aquel territorio y los que sueñan con volver.

Ojalá México se convierta en ese facilitador.

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