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Show must go on

Yuriria Sierra

Yuriria Sierra

Nudo gordiano

Souvenir o no. En aquella foto de los gobernadores de partidos varios rodeando al hoy expresidente Enrique Peña Nieto, se cubre un nuevo rostro, porque debido proceso. Los días de bonanza para algunos. Ahí estaba César “N”, el exgobernador de Chihuahua, quien es el nuevo integrante de esa tan numerosa y penosa familia integrada por exfuncionarios que deberán enfrentar a la justicia. Prófugo por más de tres años, buscado por la Interpol, localizado en Estados Unidos y arrestado ahí, en Miami, Florida, el día en que el Presidente de México cenaba en la Casa Blanca con Donald Trump. Y Miami, también, la ciudad en la que López Obrador hizo escala en su viaje de regreso. Las postales ahí están, apenas digeríamos el potente discurso de López Obrador en uno de los jardines de la sede del gobierno de EU, en Washington, cuando el exgobernador se convirtió en noticia, cuando se acabó su ritmo de huida, cuando dejó de ser Duarte y se hizo “N”.

Y su caso, como el de otro integrante de esa familia, Emilio “N”, el exdirector de Pemex, atravesó por los mismos caminos, el de la omisión durante la pasada administración y el de la búsqueda con la 4T. Los golpes a todo lo que implique corrupción en periodos pasados, ha sido una de las banderas del gobierno de López Obrador. Dar en el blanco a piezas fundamentales del priismo que gobernó hasta finales de 2018 asegura varios meses, tal vez un par de años de show. 

Sobre César “N” pesan la mayor cantidad de órdenes de aprehensión, 21, nada más, del orden local y federal. Sus desfalcos millonarios, las compras de más de 20 inmuebles, las propiedades a su nombre encontradas en EU. Derroche como en los mejores tiempos. Y tendrá nombres que soltar, pues algunos de esos tantos millones que desvió, acusan, terminaron en campañas electorales.

De Emilio “N” estamos a la espera, horas, tal vez, de que inicie su viaje de regreso a México, del que salió asegurando que nada tenía que ver en el caso Odebrecht, pero al que volverá con la consigna de que no se mandaba solo. Colegas afirman que trae no uno, sino varios videos bajo el brazo. El exdirector de Pemex sabe que caerá, pero no quiere hacerlo solo. Desde España aceptó su extradición y desde allá prepara una defensa con nuevos abogados. 

Y aquí en México, se prepara el escenario. Pocas cosas tan redituables como la caída de quienes alguna vez estuvieron en los cuernos de la luna. Más aún cuando esto abona a la credibilidad de quienes prometen castigar la corrupción. Los escándalos ajenos, además, siempre ayudan a olvidarse de los propios. Mejor castigar las casas de César “N” que las de integrantes del actual gabinete, por decir algo. Aunque también, con ambos casos, el gobierno de México tiene la oportunidad de colocar el foco en un tema distinto al de la emergencia sanitaria. Los sabemos, en nuestro país la justicia política es oportuna, antes de expedita. Ojalá que al menos, llegue.

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