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La emergencia sí existe

Yuriria Sierra

Yuriria Sierra

Nudo gordiano

 

 

Son imágenes creadas por un algoritmo: plazas del mundo, lugares icónicos de las urbes más famosas del planeta; lo mismo lugares históricos que centros de diversión; son sitios del cotidiano de millones de personas. Cada uno, el que elijamos, padeciendo catástrofes climáticas: incendios, inundaciones o mala, pésima, casi mortal calidad del aire. Postales que apenas permiten reconocer las locaciones. Repito, imágenes creadas por un algoritmo, pero que sirven de alerta: hoy no son reales, pero lo serán… podrían serlo y, cuando sea así, ¿qué futuro nos espera?

Con la intención de crear alarma necesaria, que no se ha escuchado con suficiente fuerza, es que investigadores del Quebec AI Institute crearon la plataforma thisclimatedoesnotexist.com: urge que visualicemos con más precisión cuáles serán las consecuencias de la emergencia climática. 

 

  • Y es que este tema va más allá de las cumbres y reuniones de líderes globales, en donde, en teoría, los resultados de estos encuentros deben volverse política pública, para empezar. Pero acerquémonos más a los efectos, los que padecemos todos, no importa dónde vivamos. Lo reportó mi compañera Laura Toribio en estas páginas:

“A diario durante 2020, 2 mil 352 mexicanos fueron afectados por fenómenos climáticos, 98 cada hora. Ese año también fueron dañadas 255 mil 954 viviendas, 606 escuelas y 32 hospitales, según  datos del Centro Nacional de Prevención de Desastres (...) La Organización Meteorológica Mundial, señala que cada día de los últimos 50 años, los desastres meteorológicos han ocasionado la muerte de 115 personas y pérdidas por 202 millones de dólares, es decir, dos millones 64 mil 929 fallecimientos y 3.6 trillones de dólares en las cinco décadas (...) Durante el mismo periodo, el número de catástrofes se quintuplicó…”.

Lo hemos escrito aquí: la ola de calor es cada año más fuerte, el frío pega con más fuerza. Y todas las temperaturas que caben entre esos dos extremos son cada vez más atípicas, con esto todo, absolutamente todo lo que podamos imaginar registrará afectaciones, no sólo en lo económico (que son daños nada menores), también en las
vidas que se pierden por temperaturas extremas, inundaciones, deslizamientos de tierra, tormentas, por actividad volcánica o por incendios forestales, ¿ha notado que cada año el fuego arrasa con hectáreas enteras con mayor frecuencia? 

Éste es uno de los temas de los que tendríamos que estar hablando todos, no importa la ideología política ni condición social; no sólo es tarea de los gobiernos, quienes tendrían que dedicar todos sus esfuerzos para contener los efectos de la emergencia climática, ya no digamos en la apuesta por energías limpias, sino también nos toca a todos pensar en la reconfiguración cultural, porque también en la forma en que interactuamos con nuestro entorno, hemos contribuido a que el planeta entero nos dé señales de las condiciones a las que lo hemos llevado. Sí, existe, la emergencia climática sí existe. De nosotros depende que aquellas imágenes creadas por un algoritmo no se convierten en postales de realidad. 

 

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