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Fuera de la agenda

Yuriria Sierra

Yuriria Sierra

Nudo gordiano

Nos habría encantado que México estuviera presente en esa reunión. Nuestros dos principales socios económicos hablando, planeando el futuro de una región que parece soltarnos la mano. Joe Biden y Justin Trudeau amables, fraternales frente al monitor que les permitió tener este encuentro en medio de la pandemia. El primero bilateral para el presidente que recién cumple su primer mes en la Casa Blanca y las palabras que se dedicaron, no podrían ir por otro rumbo: “Estados Unidos no tiene un amigo más cercano, ningún amigo más cercano que Canadá; por eso fuiste mi primera llamada como presidente, mi primer encuentro bilateral…”, afirmó Biden en su despacho. Trudeau respondió con una frase que, con seguridad, varias oficinas de gobierno en el mundo habrán querido decir: “El liderazgo de Estados Unidos se ha extrañado muchísimo durante los últimos años…”.

Ahí quedó, entre conversaciones sobre la construcción de una agenda común para reparar la relación bilateral, de la importancia del trabajo conjunto contra la pandemia y la recuperación económica; los refugiados, la migración y el cambio climático. Los firmantes del tratado comercial más importante para México reunidos, justamente, sin nosotros, porque acá, la agenda anotaba otros pendientes que lejos, muy lejos quedan de la generación de confianza en la inversión privada, esa que tendría que ser una prioridad tras los golpes generados por la emergencia sanitaria. Aquí, aquí la agenda va en otro rumbo:

“Esto (la reforma) nos dará la seguridad de que no habrá apagones, de que no va a haber aumentos en el precio de la energía eléctrica, que vamos a seguir apoyando a Sonora para que en épocas de mucho calor puedan contar con energía eléctrica a precios justos (...) Nosotros vamos a defender este asunto porque es defender la economía popular. México no es tierra de conquista, váyanse a robar a otra parte…”, espetó el Presidente en Palacio Nacional horas después de que la mayoría morenista en la Cámara de Diputados, aprobó la iniciativa de Ley de la Industria Eléctrica. Ese proyecto suyo que, como con la construcción de Dos Bocas, le apostará todo a energías que más bien tendrían que ir de salida. 

Esta propuesta es también por la que algunos puntos del T-MEC quedaron en la tablita y por los que alertaron legisladores en EU, pues ponen en riesgo el terreno de la inversión en energías renovables, ésas a las que apunta el mundo. México, lo que hace hoy, es cerrar las posibilidades de crecimiento de sectores que, finalmente, llevarán sus afectaciones a los bolsillos de todos.

Así que, mientras nuestros dos principales socios comerciales están, justamente, poniendo todas sus canicas y toda su agenda para combatir el cambio climático, aquí hacemos una ley para que la industria eléctrica siga siendo altamente contaminante. Además, acusamos de ladrones a quienes tendríamos que considerar para la generación de un sector de energía sustentable, limpio. Seguimos abrazados al discurso sobre que el pasado fue peor, de los otros datos, de que la reforma del sexenio pasado no benefició al país ni a los mexicanos, aunque toda la evidencia estime que nos están condenando a un futuro aún más contaminante y, sobre todo, costoso...

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