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¿En dónde estamos?

Yuriria Sierra

Yuriria Sierra

Nudo gordiano

El próximo lunes inicia el regreso a clases presenciales en el país. Comenzarán las escuelas en Campeche, todas de zonas rurales. Adrián Virgen, corresponsal de Grupo Imagen, ha documentado estos días, los previos a que los alumnos se reencuentren. Sin embargo, en sus reportes algo ha llamado mi atención, por sobre la alegría de los niños de volver a hacer tareas para olvidarse de los deberes domésticos, están también las ganas de estudiar. Decía una pequeña a la que entrevistó: las ganas de usar una computadora.

Y ahí está el punto, más de un año de pandemia, meses en que los hogares se convirtieron en todo escenario posible, escuelas que quedaron en resguardo, pero que están por recibir de nuevo a estudiantes.

Pienso en esa de Campeche, a la que extrañan sus alumnos, pero, sorpresa, es una escuela en la que un sólo maestro imparte de primero a sexto grado de primaria. Es la misma en la que sólo hay una computadora, pero no internet. ¿Qué hizo el gobierno, además de proporcionarles insumos de sanitización, para que los pequeños de la escuela primaria indígena Valentín Gómez Farías, de la comunidad Montebello, en Hecelchakán, regresen a su escuela en mejores condiciones? Es el México de siempre, el que creyó que, ahora sí, habría un gobierno que pensaría en ellos.

También está esa otra comunidad en la sierra del Istmo. Esa que, a pesar de que Oaxaca ya pasó el semáforo epidemiológico verde, decidió mantenerse en amarillo. Un sólo contagio basta para sentenciar que la pandemia aún no termina. Nadie entra, nadie sale. Ellos tienen el control, porque consideran que nada debe estar por encima de cualquier otro interés, sino es el de salvaguardar vidas, y si sus autoridades no les generan confianza, toman ellos las riendas.

Más de un año de pandemia. ¿En dónde estamos? ¿Cómo esperamos contribuir al cambio que este momento histórico exige si nos aferramos a la perspectiva de siempre?

¿Por qué aquellos alumnos en Campeche no regresan a una escuela con computadora (o en plural) con, ahora sí, acceso a internet? ¿Por qué los regresamos a la normalidad que han conocido, por qué no los ingresamos al desarrollo? ¿Por qué aquella región del Istmo, a falta de un hospital y personal médico, se aísla, en lugar de contar ya con los elementos y herramientas necesarias para hacerle frente a la pandemia?

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¿En dónde estamos? ¿A dónde queremos llegar? ¿Qué hemos aprendido en más de trece meses de emergencia sanitaria? ¿Qué tanto hemos ejercido nuestra empatía? ¿Cuánto estamos dispuestos a soltar con tal de ayudar a otros? ¿Cuántas lecciones hemos anotado y asimilado como necesarias? ¿Qué tanto nos reconocemos como mejores personas, más humanas, más dispuestas a valorar lo que importa?

¿O sólo deseamos regresar a dónde estuvimos a inicios del 2020? ¿Para eso queremos que regrese la normalidad? ¿Para demostrar que no hemos aprendido nada? ¿Para que todo siga igual?

 

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