El comal le dijo a la olla

 “El imbécil de Jair Bolsonaro en Brasil. ¡Imbécil! Payaso. Ayer dijo una estupidez típica de alguien de derecha desprestigiado, no querido por su pueblo. Que se la pasa metiéndose con Venezuela (...) dijo que las vacunas contra el coronavirus, al ponérsela provocaba sida..”, lo expresó Nicolás Maduro hace unos días sobre sí, el presidente brasileño, luego de que éste se lanzó una vez más, y de qué forma, contra la vacunación contra covid-19. 

“El presidente Jair Bolsonaro y yo nos hemos hecho grandes amigos en los últimos años. Él lucha duro y ama a la gente de Brasil, al igual que yo lo hago por la gente de Estados Unidos…”, expresó nada menos que Donald Trump, en defensa a lo afirmado por el mandatario venezolano.

“Como a él le tocó desde el principio estar informando, a nuestros adversarios les molestó muchísimo. Querían o pensaban que iban a poder ningunear al encargado de informar sobre la pandemia y no pudieron. ¿Se acuerdan cuántos especialistas había sobre epidemias, conductores, analistas políticos y todo? (...) Entonces, como Hugo López-Gatell supo informar con claridad y esto lo decidimos con el doctor Jorge Alcocer, incluso desde el principio, yo hasta lo recomendé en una reunión del grupo de los 20, del G20, de que los políticos le dejáramos a los expertos el manejo de la pandemia, que no éramos todólogos, sabelotodo, y que los especialistas se hicieran cargo, y salimos adelante (...) Entonces, me preguntas que si estoy satisfecho. Claro que sí...”, aseguró el presidente Andrés Manuel López Obrador, al que sólo en dos ocasiones lo hemos visto portar cubrebocas, sobre el funcionario que con casi 300 mil fallecimientos oficiales y más de veinte meses de pandemia, no ha reconocido un solo error en la estrategia implementada para enfrentar la emergencia sanitaria.

Ellos nunca se equivocan, pero, incluso se atreven a ver como suyo el logro de una vacunación que no habría sido posible sin la intervención de la Secretaría de Relaciones Exteriores. 

• El comal le dijo a la olla. Qué tiempos para protegerse entre ellos, pero también para simular dar lecciones. Qué curioso que esto ocurra entre el mismo perfil de personajes; más audaz que sucede en quien se ha sabido camuflar, según el partido en el poder. Lo escuchamos hace unos días: “Sí me pica un poquito, como están jugando con mi biografía —respondió al panista Juan Carlos Maturino—, voy a hacer un poco grosero porque me siento un poco como legislador y yo he sido más legislador que ustedes. Miren, la caída del sistema fue un amasiato entre el PAN y Salinas de Gortari… ¡Claro! ¡Así fue, un amasiato entre Salinas de Gortari y el PAN!”... ajá, es Manuel Bartlett siendo ¿irónico? Uno de los funcionarios favoritos de esta administración, en un intento por borrar un pasado de la historia que lo perseguirá toda la vida. Ya sólo falta a Noroña criticando a un país como Israel, que avanzó, como pocos, en la vacunación… o a Nueva Zelanda, que operó como nadie su estrategia contra la pandemia.

Esto es también muestra de la urgencia por la renovación de nuestros cuadros y del peligro de no lograrlo, ¿en manos de ellos estamos?