Logo de Excélsior                                                        

Año 2

Yuriria Sierra

Yuriria Sierra

Nudo gordiano

Es el segundo año, pero fue su octavo informe, porque, a Andrés Manuel López Obrador, su agenda no la para ni una pandemia, ya lo vimos. Él avanza a la velocidad de un Tren Maya, aunque ya no haya expectativa y sus comparecencias diarias ante los medios hayan perdido novedad. Mucha exposición, poco qué presumir, nula autocrítica. Ayer, en Palacio Nacional, no fue distinto. En sus casi 50 minutos de informe, el Presidente no sugirió ningún mensaje político, incluso se refirió muy poco a sus opositores. Fue, en realidad, un discurso autocomplaciente, que siguió la narrativa de las conferencias matutinas, en donde es él quien marca la línea narrativa, donde no se rinden cuentas, sino que describen postales de un país que, fuera del Salón Tesorería, no alcanzamos a ver.

 

Tanto que se ha hecho en 24 meses, enumeró su lista de logros. Sus 97 de 100 objetivos alcanzados. Tanto que hemos avanzado. Así, justo así inició: “Hemos avanzado en nuestro objetivo de transformar a México”. Luego habló sobre su combate a la corrupción y subrayó el más del billón de pesos que su gobierno ha ahorrado gracias a su política de austeridad. También afirmó que el precio de la gasolina no se ha incrementado y recordó su combate al huachicol. Sobre la pandemia, reiteró que su gobierno siguió estrategias “no convencionales” que han permitido librar la adversidad. Estimó que, para marzo próximo, el empleo se habrá recuperado a los niveles previos a la emergencia sanitaria. Aseguró que los delitos han disminuido con respecto al último año del sexenio anterior. Hubo aplausos, fueron para las Fuerzas Armadas, quienes ahora ayudan en tareas de seguridad y trabajan en labores sociales. El Presidente agradeció a los titulares de la Secretaría de la Defensa Nacional y la Secretaría de Marina. Incluso hizo un guiño irónico y señaló que tiene “otros datos” y que éstos le dicen que la mayoría de los mexicanos quieren que siga gobernando.

No podíamos esperar nada distinto. Un mensaje lejano de la parafernalia priista de la que dice estar orgulloso de haber eliminado; López Obrador se sirvió de otro momento donde sólo él fue el protagonista. Ya ni el país ni sus condiciones o pendientes. Ayer nos contó la historia de un país que avanza a la prosperidad, a pesar de las adversidades que enfrenta el mundo.

 

A la pandemia le habrá de reprochar que, por su culpa, tuvo que dar un informe frente a pocos invitados y en el patio del Palacio Nacional, y no en un Zócalo abarrotado como él y su base habrían querido. Cerca de 80 personas lo acompañaron, la mayoría, como la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, o el ministro presidente de la SCJN, Arturo Zaldívar, llegaron con cubrebocas y lo portaron en todo momento. Otros, a ejemplo de López Obrador, fueron captados por fotógrafos sin este insumo básico para la contención del coronavirus. A Julio Scherer lo tomaron incluso saludando de beso y a Irma Eréndira Sandoval, platicando sin mascarilla y sin sana distancia. Total, la pandemia no nos ha rebasado, dijo ayer por la tarde el Presidente.

Comparte en Redes Sociales