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Plan de seguridad: no es ideal, pero puede funcionar

Viridiana Ríos

Viridiana Ríos

Esta semana nos enteramos de que la policía tendrá un carácter militar. Con el Ejército estando en el ojo del huracán por torturar y violar derechos humanos, el plan suena a que la idea de “paz y amnistía” de López Obrador se fue a la basura.

Comprendo que muchas personas estén en contra de la medida. ¡Cómo no estarlo con los resultados que hemos tenido hasta ahora!

Sin embargo, no comparto el absoluto rechazo al plan de seguridad de López Obrador. Por el contrario, me parece que una buena implementación de la propuesta puede llevar a reducir la violencia de forma contundente.

Digo esto porque no creo que exista “evidencia contundente” (como algunos han mencionado) de que la militarización haya sido la causa de los incrementos en violencia de 2007 a la fecha. La razón por la cual la violencia se incrementó de 2007 a 2011 fue por “la estrategia” que siguió el gobierno federal, no porque se implementó con las Fuerzas Armadas. Es decir, si la misma estrategia se hubiera implementado con policías locales profesionalizados, el resultado habría sido el mismo.

El problema por el que la violencia se detonó en 2007 fue porque Felipe Calderón pensó que atrapando o matando a los líderes de los cárteles de la droga, los criminales quedarían debilitados y disminuiría su intención de controlar la política local. Recuérdese que la razón por la cual Calderón decidió comenzar su lucha contra el narco con la Operación Conjunta Michoacán fue porque el entonces gobernador del estado, Lázaro Cárdenas Batel, le comentó que el crimen organizado ya estaba controlando muchos municipios de la entidad.

Calderón estuvo equivocado. No contó con que, al decapitar a un cártel, los criminales se reorganizarían rápidamente en facciones más pequeñas, que se confrontarían entre sí para ganar el control del territorio. De hecho, la primera fuerte ola de violencia en México se inició luego de que la Sedena capturara a Alfredo Beltrán Leyva, porque ello desestabilizó el Cártel del Pacífico. Es decir, la violencia no se incrementó por la presencia de los militares, se incrementó por lo que se les pidió que hicieran (decapitar grupos criminales sin ton ni son).

Tan es así que existen ejemplos de despliegues militares que han logrado reducir la violencia. Un ejemplo fue Michoacán (2006). Otro más fue el operativo militar Lince Norte (2011), que fue, de hecho, el inicio de importantes reducciones en la violencia, porque se pidió a los militares que cambiaran de estrategia y que, en vez de atacar a todos los criminales más buscados, se enfocaran en debilitar a los Zetas. De hecho, parte de la disminución en violencia de 2011 a 2014 fue precisamente por este cambio.

Expertos en el tema, como Fernando Escalante y Eduardo Guerrero, lo explican claramente cuando dicen que fueron “los arrestos y los abatimientos criminales” los que crearon el repunte de la violencia, porque deterioraron la forma en la que tradicionalmente se organizaban los mercados ilegales e informales. Reitero: la violencia se incrementó no por el uso de los militares per se, sino por las instrucciones que se les dieron. Me atrevería a decir que esta interpretación también sería adecuada sobre los estudios académicos realizados por (en orden alfabético) Gabriela Calderón, Melissa Dell, Alberto Díaz-Cayeros, Benjamín Lessing, Sandra Ley, Javier Osorno, Brian Phillips, Guillermo Trejo, Gustavo Robles, Beatriz Magaloni y su servidora.

A todo lo anterior, agrego una realidad cruda, pero cierta: los policías, tal cual se encuentran ahora, ni quieren ni pueden enfrentarse al crimen organizado. Pedirles que lo hagan es pedirles un acto de heroísmo kamikaze.

Todo esto me lleva a concluir que, si bien el plan de López Obrador no parece ir en la dirección que todos hubiéramos esperado (más policías, menos militares), lo más crítico no es quiénes serán los mandos operativos de la Guardia Nacional, sino qué estrategia utilizarán para reducir el crimen.

Ante ello quedan más preguntas que respuestas.

 

Doctora en Gobierno por la Universidad de Harvard

Twitter: @Viri_Rios

 

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