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Morir sin dolor

Ruth Rodríguez

Ruth Rodríguez

En el quirófano

Morir en México cada día se ha vuelto más doloroso. Las enfermedades que cada vez aquejan más a los mexicanos han hecho que el camino a la muerte esté plagado de sufrimiento. Y los expertos nos dicen que esto no tiene por qué ser así. Porque para eso hay cuidados paliativos, cuyo objetivo central es dar calidad de vida a los enfermos hasta el último minuto de su existencia.

En México, como en otras naciones de Latinoamérica, se vive una tragedia, y es que más de la mitad de los enfermos, alrededor de 400 mil, que requieren de cuidados paliativos mueren cada año en nuestro país, clamando, desde sus camas de hospitales o sus casas, que les quiten el dolor.

Para Gabriela Píriz, responsable del Plan Nacional de Cuidados Paliativos de Uruguay, país que va a la vanguardia de este tema en AL y que trabaja con México, hay un enorme desconocimiento de los médicos respecto a cómo manejar correctamente el dolor para que los pacientes que se encuentran en fase aguda no sufran; de ahí su miedo a recetar analgésicos y opioides como la morfina.

“Hay una opifobia tanto del paciente como del médico, uno de consumirlos y el otro de recetarlos. Hay pacientes que se niegan a que les pongan morfina porque piensan que se van a volver adictos, y hay médicos que no la prescriben porque no saben manejarla o por las restricciones que en el mismo hospital colocan en torno a este fármaco”, reconoce Bernardo Villa Cornejo, jefe del Departamento de Cuidados Paliativos de la Secretaría de Salud.

De acuerdo con Felicia Knaul, investigadora de la Universidad de Miami, Estados Unidos, quien participó en la elaboración del informe de la Comisión Lancet para el Acceso a los Cuidados Paliativos y el Alivio del Dolor, para poder pagar el costo mensual de los analgésicos y opioides, una familia en México requiere disponer del salario mínimo correspondiente a 10.4 días de trabajo.

Lo grave es que, a pesar que desde 2014 las instituciones de salud tienen la obligación de brindar cuidados paliativos, su capacidad de respuesta es de sólo 0.1% con 119 servicios de cuidados paliativos a nivel nacional.

Contrario a lo que podría pensarse, las personas con cáncer no son las que mueren con mayor dolor, pues el primer lugar lo ocupan quienes sufren del sistema circulatorio (insuficiencias cardiacas) y diabetes. Pero también las enfermedades cerebro-vasculares, la demencia, el VIH-Sida; la insuficiencia renal, lesiones y la enfermedad pulmonar.

En el marco del Primer Encuentro de Alto Nivel Cuidados Paliativos: Fortaleciendo el Sistema Sociosanitario, que se llevó a cabo en Lima, Perú, y contó con la presencia de diversos ministros de Salud de Latinoamérica y representantes de organizaciones no gubernamentales y fundaciones como la Grünenthal, Tania Pastrana, presidenta de la Asociación Latinoamericana de Cuidados Paliativos, dijo que el dolor que no es tratado es una tortura para un paciente que termina por exigir la eutanasia.
     Y tiene mucha razón, porque la realidad es que la gente se está muriendo con mucho dolor.

ABATELENGUAS

La buena. Este jueves cumple 75 años la Secretaría de Salud y el festejo será encabezado por el presidente Enrique Peña Nieto. Como parte de la celebración, aprovecharán para mudarse a un nuevo edificio ubicado en avenida Marina Nacional, donde se sumarán más de diez Direcciones Generales que se vieron afectadas por el sismo del 19 de septiembre del año pasado.

La mala es que no les va a durar mucho el gusto porque en el nuevo gobierno la Secretaría será descentralizada y enviada a Guerrero.

BAJO EL MICROSCOPIO

Nos cuentan que Florentino Castro, director general del ISSSTE, se lleva tan bien con su sucesor, Luis Antonio Ramírez, que hasta el equipo de transición cuenta con una oficina fija dentro del Instituto, donde, en diversas mesas de trabajo, analizan temas como el fortalecimiento del primer nivel, infraestructura hospitalaria y del Fovissste.

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