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Medicinas, una buena noticia para los bolsillos

Ruth Rodríguez

Ruth Rodríguez

En el quirófano

En medio de la pandemia por covid-19, la Secretaría de Salud comienza a destrabar y dar impulso a temas estratégicos que beneficiarán a la población en general, uno de éstos tiene que ver con la eliminación de obstáculos para que los laboratorios nacionales produzcan más medicamentos genéricos de igual calidad que los de patente, para colocar en las farmacias medicinas más baratas y accesibles a los bolsillos de todos.

Es una buena para todos, pero también para la industria farmacéutica nacional, que últimamente se ha visto afectada con la compra de medicinas que lleva a cabo el gobierno en el extranjero.  Desde finales del anterior sexenio, un estudio de la Cofece alertaba que los mexicanos compramos medicinas más caras que en otros países porque las autoridades de salud no impulsaron la producción de medicamentos genéricos, y con eso sólo favorecieron la venta de productos de patente. Dicho estudio destacaba que el ingreso de un medicamento genérico al mercado mexicano podría tardar más de ocho años, cuando en otras partes del mundo los genéricos se comenzaban a vender tan pronto como vencían las patentes. 

Para cambiar esta situación y, al parecer, también para cumplir con un compromiso de campaña del Presidente con la industria farmacéutica nacional, la Cofepris y el IMPI acordaron facilitar los procesos para que las y los interesados en producir medicamentos genéricos realicen estudios, investigaciones y pruebas antes del vencimiento de una patente. Con esta medida, las farmacéuticas que tienen medicamentos con patentes ya no podrán esconder la información de sus vencimientos. El IMPI hará público el listado de patentes que expirarán en los próximos diez años, lo que permitirá a las y los interesados planificar con mayor claridad y transparencia sus estrategias de negocios y producción de nuevos genéricos. 

En otras palabras, los fabricantes de genéricos podrán iniciar con bastante anticipación la gestión de su registro sanitario y vender su producto tan pronto como venza la patente de un medicamento. Con ello, se asegura que la población podrá “acceder a más opciones, con productos de mejor calidad y a mejores precios, en beneficio de todos”. Esperemos que así sea, porque se estima que en los hogares más pobres destinan hasta más del 42% de su gasto a temas de salud, y ahora, con la eliminación del Seguro Popular y la pandemia del covid-19, se considera que este porcentaje aumentó más.

 

 ABATELENGUAS

Las diferencias entre el canciller Marcelo Ebrard y el subsecretario Hugo López-Gatell cada día son más evidentes. Cosa nada más de ver que mientras López-Gatell descartó la compra de la vacuna contra el covid-19 de Pfizer, porque México no tiene infraestructura para mantenerla congelada, el canciller precisó que, cuando se firmó el acuerdo con la farmacéutica, “ya habíamos analizado qué se requiere, no es nuevo eso”. Pfizer, le aclaró Ebrard a López-Gatell, va a poner la infraestructura de frío y va a distribuir la vacuna. Así o más diplomático.

 

 BAJO EL MICROSCOPIO

En medio de la pandemia y de los desencuentros entre el gobierno y la iniciativa privada, es de destacar el convenio de colaboración que suscribió el Presidente con los hospitales privados para que éstos pongan a disposición 150 camas para la atención de pacientes graves por covid-19. Seguro pronto tendremos más noticias de este convenio, que se realizó en Palacio Nacional con la representación de Mario González Ulloa, presidente de la Asociación Nacional de Hospitales Privados, Javier Potes González, director general de Consorcio Mexicano de Hospitales y Héctor Valle, presidente de la Fundación Mexicana por la Salud.

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