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El regalo de Navidad de Buenrostro

Ruth Rodríguez

Ruth Rodríguez

En el quirófano

Es curioso, pero a Raquel Buenrostro, ahora titular del Servicio de Administración Tributaria (SAT), se le va a extrañar en el sector salud. Y es curioso porque nunca un funcionario de Hacienda había tenido tal peso en las decisiones de los temas de salud como ella.

Su poder en el sector salud fue tal que quienes la conocen bromeaban con el hecho de que la Secretaría de Salud ya se había mudado a Hacienda, pues parte clave de los temas de esta área en este primer año de gobierno se decidió en las oficinas de la exoficial mayor.

Aunque no todos los temas con buen tino, ya que hubo un periodo de aprendizaje un tanto rudo.

En un principio, sus decisiones generaron mucha polémica porque a ella se le atribuyeron los recortes de personal de salud, en áreas clave de atención a la población de menores recursos, así como en la reducción de las becas de médicos residentes.

Además de las reducciones del presupuesto que llevaron a la suspensión temporal de las pruebas neonatales y al congelamiento de recursos para los Institutos Nacionales y Hospitales de Alta Especialización.

Temas a los que se les dio marcha atrás luego de las protestas de los afectados.

Después de esa primera fase vino un periodo de cosecha muy positivo. Se atrevió a hacer lo que nunca antes: enfrentar a la poderosa industria farmacéutica y a los todavía más poderosos grupos intermediarios de la distribución de medicinas.

Desde su oficina les puso nuevas reglas del juego. Quienes la conocen, dicen que cada vez que le decían que algo no se podía hacer o que había intereses de estos grupos que no se podían tocar, se metía personalmente a revisar las opciones legales. Y se podía porque se podía.

Quizá por eso le pusieron la Margaret Thatcher del gabinete, lo que le causaba risa. Lo que sí es un hecho es que pocas mujeres tienen tanto poder, tanto derecho de picaporte en Palacio Nacional y son tan escuchadas por el Presidente como esta mujer de vestimenta y trato muy sencillo.

Tanto en el gobierno como fuera de él, su salida de Hacienda ha generado sentimientos y opiniones encontradas.

Por ejemplo, en la industria farmacéutica no saben si reír, festejar o llorar, porque ya habían comenzado a tender lazos con la funcionaria que, al principio, estaba renuente a sentarse a platicar con ellos.

Pero, sobre todo, porque si alguien los va a fiscalizar más que nadie en el pago de sus contribuciones va a ser ella.

Como sea, su arribo al SAT lo ven como su regalo anticipado de Navidad.

Esperemos que sea un regalo para todos y que persiga a los altos evasores y no apriete a los que siempre aportamos nuestros recursos para el bien del país.

Ojalá tenga éxito, ahora sí que por el bien de todos.

 

ABATELENGUAS

Beatriz Gutiérrez Müller visitó el lunes la Casa Cuna de Coyoacán del DIF Nacional, en temporada navideña, como es tradición desde hace varios sexenios para todas las esposas de los presidentes en turno.

La diferencia es que éste fue, en la práctica, su primer y último evento relevante al frente del DIF durante el 2019.

La diferencia es que cuando llegó al evento no sabían cómo presentarla. La presentaron como esposa del Presidente.

La diferencia es que ella llegó prácticamente sola. El aparatoso despliegue de seguridad quedó en el pasado. Lo mismo que el séquito de señoras de alta alcurnia tomándose fotos con los niños del DIF.

La diferencia es que quienes la oyeron dicen que a ella “sí le gira la ardilla”.

Nada de discursos elaborados y mal leídos.

La diferencia, esperemos, sea también que le ponga más atención al DIF y lo saque del letargo en que se encuentra por el bien de los niños que atienden.

 

BAJO EL MICROSCOPIO

Feliz Navidad a todos, muy en especial a los médicos, enfermeras y personal de salud que les tocará estar en guardias cuidando a sus pacientes en los hospitales. Qué más les puedo desear que salud para todos y un muy buen año 2020.

 

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