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El pleito en Palacio por las vacunas

Ruth Rodríguez

Ruth Rodríguez

En el quirófano

La aplicación de las vacunas contra el covid-19 se ha convertido en una madeja que cada día se enreda y se hace más bolas tras las puertas de Palacio Nacional, por la cantidad de hilos, intereses y actores que se tejen a su alrededor.

Pero vamos desenredando algunas de las hebras. Empecemos por el pleito del que todos hablan al interior del gabinete, pero del que sólo los interesados lo niegan. En el equipo del Presidente son bien sabidas las diferencias que existen entre el equipo del subsecretario Hugo López-Gatell, del que forma parte el secretario de Salud, Jorge Alcocer (sí, así como lo oye, y no al revés) y del grupo del secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, y que cada día se agudizan más.

El origen de los desencuentros fue que del lado de Salud se opusieron, desde un principio, por la velocidad y discrecionalidad con que llevó a cabo las negociaciones el canciller con todas las farmacéuticas. Primero, por las dudas de López-Gatell y Alcocer respecto a la eficacia que pudieran tener las vacunas. Y, segundo, por los intereses y compromisos económicos que pudiera generar Marcelo con estas empresas.

Porque López-Gatell podrá pecar de soberbio y de otros tantos defectos, pero quienes lo conocen lo ubican como alguien honesto y libre de lazos con las farmacéuticas. Mientras que en este sector empresarial ahora le dan trato de presidenciable al canciller.

Al final, el derecho de picaporte del canciller pesó más en Palacio Nacional. Y el Presidente le hizo caso a Marcelo. Por tanto, Salud se vio obligada, a través de la Cofepris, a aprobar las vacunas. De tal forma que Marcelo Ebrard se llevó los aplausos en Palacio, mientras López-Gatell y Alcocer se quedaron con el riesgo, a futuro, de las responsabilidades administrativas si algo falla.

Es en este contexto que no podemos dejar pasar, como otra madeja en este enredo, las denuncias en contra de la subsecretaria de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la SRE, Martha Delgado, por presuntamente favorecer a funcionarios públicos y amigos en la aplicación de la vacuna CanSino Biologics, en los ensayos de la Fase III de la misma.

Se trata de un caso que, de comprobarse, marcaría un caso grave de colusión y recepción de favores de parte de una farmacéutica que ganó contratos multimillonarios por la venta de la vacuna. Un tema clave y en el que ha insistido mucho la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval. Y que, sin duda, será otra prueba para ella.

Otra madeja suelta, en este enredo, es la renuncia de la encargada de todo el sistema de vacunación en el país, Miriam Esther Veras Godoy. Será el sereno, pero su salida se da en el contexto de las decisiones que adoptó el presidente Andrés Manuel López Obrador para que las vacunas se apliquen como si fueran la entrega de programas sociales y no a través del Programa de Vacunación Universal.

En otras palabras, Veras sale justo cuando la aplicación queda fuera de los Centros de Salud y Hospitales y queda a cargo de los llamados “siervos de la nación”. La realidad es que el Presidente se montó en la pandemia para no soltar el control político del país, y pasamos de controlar los programas sociales y la distribución de apoyos económicos a controlar la distribución y control de las vacunas.

Y el enredo sigue.

 

ABATELENGUAS

Hablando del tema. Versiones van, versiones vienen con respecto a cuándo comenzarán a vacunar a los adultos mayores que reciben su pensión del gobierno. Es decir, bajo un esquema clientelar. Y todo pinta para que tengamos la foto y las imágenes de las primeras vacunas a adultos mayores. Pero sólo de un grupo reducido. Y después a esperar meses a que lleguen todos los embarques y empiece la vacunación real.

 

BAJO EL MICROSCOPIO

La saturación y el peregrinar en los hospitales; el colapso del 911 y de Locatel, que no atinan a orientar a la población sobre los lugares con espacio para los enfermos de covid-19, y la angustiante búsqueda de tanques de oxígeno, que están muy escasos, que cuestan horas de fila, de riesgos de contagio y sumas importantes de dinero para cada familia, nos pintan un escenario que puede marcar enero y febrero de 2021 como los meses más letales de toda la pandemia. A seguir cuidándonos, que las vacunas van a tardar en llegar.

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