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No patear el pesebre

Ricardo Peralta Saucedo

Ricardo Peralta Saucedo

México correcto, no corrupto

El pesebre se ha ocupado tanto para alimentar a los animales domésticos como para recibir a Jesucristo, quien es venerado por una gran parte de la población global cada fin de año.

Asimismo, el pesebre forma parte de una metáfora en la que se reconoce lealtad, agradecimiento y pleitesía a quien, de una u otra forma, ha inspirado respeto y agradecimiento. Por ello, el término —que pocas veces se pronuncia— debe, por lo menos, mentalizarse para evitar caer en esa imprudencia.

Hoy, 16 de septiembre, es un buen día para refrendar y reconocer la importancia de nuestras instituciones y la grandeza de este país. México es nuestro gran pesebre, cada vez que se le ofende denostándole, violentando su Constitución, desviando presupuestos públicos, reprimiendo o realizando todo tipo de artilugios para mentirle al pueblo mexicano es patear el pesebre; por ejemplo, desprestigiar a nuestras instituciones con acciones propias de un burdo creativo, como realizar ejecuciones extrajudiciales para recrear coyunturas.

Tenemos mucho por hacer en esta gran tierra, las imágenes de los héroes que nos antecedieron y la gran historia que nos precede nos hace recordar el valor de nuestra existencia; a pesar de que los ataques de los adversarios sean vaporosos y supraterrenos.

La desgracia que ha tenido México de tener malos gobernantes pasó a la historia. Hoy, nuestras pupilas están fijas hacia el porvenir. Los jóvenes con gran alegría, inteligencia y, por supuesto, con gran amor, saben de este gran pesebre, no quieren un futuro malo, anhelan un país diferente. Todos estamos comprometidos con nuestra nación. Los gritos desesperados de los opositores son de liliputienses que anhelan seguir beneficiando a su minoría.

La celebración de la Independencia de México como primera transformación es el camino de aquellos que escribieron un testamento inocuo. Fue un manual para la construcción de un país. Fue una sacudida liberadora donde se disputó el interés principal y de grupo. Hoy seguimos luchando contra los que quieren los efectos de la regresión.

Tomemos aire, respiremos profundamente, que apenas empieza a hervir la sangre de este gran movimiento devorador de los malos afanes que nublan la inspiración de los apasionados por México.

Todos vivimos momentos difíciles, existe una oposición que evita el avance, sin detenerse a reflexionar que se conquista más acordando y en el diálogo que rompiendo y bloqueando.

México debe inspirar sueños e infundir liderazgos ejemplares; historias de bienaventuranza, de alta conciencia que derrumben cualquier muro divisorio.

No se patea al alma mater, no se patea a la familia, no se patean las instituciones, no se patea a las mujeres y hombres valientes, no se patea el pesebre, porque es morder la mano de quien te da de comer, con el simbolismo y lenguaje metafórico que esto significa.

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