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La Cuarta Transformación avanza fuerte al 2021

Ricardo Peralta Saucedo

Ricardo Peralta Saucedo

México correcto, no corrupto

Más que un sentir triunfalista y optimista, tiene más realidad que deseo ferviente.

El ejercicio de gobierno, sin duda, desgasta, es un efecto natural que con el tiempo tiene una constante que se ha observado históricamente. Sin embargo, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador crece diario en la aceptación de la población, el muestreo que diariamente las diversas casas encuestadoras realizan vía telefónica tienen al primer mandatario en 58.9 puntos, por supuesto, ha variado desde el inicio de la administración, pero los efectos del tsunami de 2018 están más vivos que nunca en casi todas las entidades federativas.

Las encuestas para los cargos de elección popular dan una amplia ventaja al obradorismo, visibilizado institucionalmente en Morena, aún con la crisis partidaria que mantuvo al partido en un impasse de casi dos años, donde la ausencia de liderazgo hizo que gravitara en el limbo político.

El contundente triunfo de Mario Delgado a través de la percepción de los entrevistados en la encuesta telefónica lo posicionó en el mapa nacional como el añorado presidente de Morena, el partido político más importante de gran parte del mundo, y como el alfil definitorio que puede garantizar que la elección de candidatos, para empezar, lleve la misma lógica de su propia elección, una consulta abierta a simpatizantes y militantes, y con las características mínimas que hoy se requieren: meritorias carreras personales y profesionales, honestidad probada y, por supuesto, que la empatía con sus posibles electores los haga viablemente ganadores, y que no se convierta en un trueque de posiciones políticas de diversos intereses.

Las elecciones del 2021 deben reflejar que el evento democrático del 2018 es un ejercicio que se quiere repetir, donde la confianza ciudadana, con independencia del partido, sea el común denominador, la gente votará por los candidatos y en eso se debe tener cautela y cuidadoso análisis ante la madurez del electorado, la marca vale mucho, pero más los liderazgos reales; de ello depende la viabilidad del movimiento de manera transexenal, habrá elecciones en los siguientes 4 años, pero el resultado del 21 es la antesala de la idoneidad de la Cuarta Transformación en el futuro.

Las alianzas de los partidos de oposición son el mensaje de socorro de que se encuentran en terapia intensiva con diagnóstico reservado. Lo que en el imaginario se fantaseaba, es una realidad, el PRI, el PAN y el casi extinto PRD, identificados como Tumor (Todos Unidos Contra Morena, no es broma) han hecho en algunas entidades alianzas partidarias para enfrentarse al partido. Sin duda, la ideología y el proyecto de nación es lo que menos les interesa. Sólo el poder por el poder, sin moral alguna.

La ausencia de contrapesos serios de la oposición le muestran endeble, vacía, frágil y sin proyecto, sin oferta política y sin identidad con la ciudadanía.

 

Ante ello, la Cuarta Transformación avanza muy fuerte al 2021, la evidencia se refleja en el sentir ciudadano a nivel nacional, algo que he constatado personalmente.

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