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Félix Salgado Macedonio sí será gobernador de Guerrero

Ricardo Peralta Saucedo

Ricardo Peralta Saucedo

México correcto, no corrupto

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos refiere en los artículos 9 y 35, fracción II, que el derecho humano a ser votado no puede ser suspendido. Salvo en los términos previstos en la Convención Americana sobre Derechos Humanos y sólo en caso de que el ciudadano esté privado de su libertad con motivo de una causa penal. Toda determinación de jerarquía jurídica inferior se considerará ilegal.

La legitimidad popular, aun sin poder hacer campaña desde hace casi 10 días, se ve reflejada en las preferencias electorales de Félix Salgado Macedonio, hasta el día de hoy con un incremento que se acumula día con día con un 53.1% sobre un lejano segundo lugar del PRI, con menos de 16% (en estruendosa caída libre) de aceptación entre la población guerrerense. Un caso excepcional donde la inequidad de la justa electoral le favoreció a quien legalmente no puede competir, pero de facto va ganando la elección.

La afectación a la gobernabilidad que traería la elección de un gobierno que no alcanza ni los 25 puntos de aprobación de la ciudadanía agravaría institucionalmente el ejercicio del poder, la corrupción e inseguridad, ante la falta de liderazgo popular, serían exponenciales, la protesta social sería la constante ante la falta de equilibrios que externa un gobierno débil que no tiene el respaldo de los gobernados.

El TEPJF notificó ayer al INE la revocación de la arbitraria y absolutista resolución de cancelar la candidatura de Félix Salgado Macedonio y de Raúl Morón Orozco.

Tendrá un término de 48 horas para resolver; ahora el INE se encuentra en la mira de uno de los jueces más estrictos: el pueblo de México. La sentencia que hoy emite la opinión pública es que el INE se extralimitó, sancionó sin tomar en consideración la proporcionalidad, confunden su misión de árbitro con la de un ente legislador y jurisdiccional, eso trae rancias remembranzas de prepotencia y corrupción política.

La entrega extemporánea de los informes de gastos de precampaña no constituye una omisión, ya que los ha tenido el INE en su poder, aun así impusieron la sanción más extrema: eliminar la posibilidad de competencia electoral en un proceso en curso. Un acto evidentemente político más que institucional.

La lucha social de Félix Salgado Macedonio no se limita a este proceso, que es una prueba de fuego; su trayectoria política se remonta a más de 40 años, una hazaña para la época fue cuando evidenció el fraude electoral cometido en contra de Cuauhtémoc Cárdenas en 1988, arrojó en plena sesión de la Cámara de Diputados dos costales con restos de boletas electorales incineradas, de las miles que seguramente se “operó” desde el Estado mexicano para evitar que la democracia avanzara en el país.

El respeto y reconocimiento de los guerrerenses para Félix son los frutos de décadas de honestidad, arrojo y carácter en el ejercicio de la política local y nacional, los ataques mediáticos evocan lo más virulento del canibalismo politiquero de la más ruin categoría, una campaña orquestada con alto presupuesto e intención de dañar. Pero El Toro, como se le refiere con cariño en el estado de Guerrero, tiene un blindaje moral impenetrable, el pueblo lo respalda. ¡Hay Toro!

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