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El muro de Berlín y el comienzo mexicano

Ricardo Peralta Saucedo

Ricardo Peralta Saucedo

México correcto, no corrupto

Después de 28 años, fue derrumbado el muro de Berlín, con él se demolió, también, la Guerra Fría. El 9 de noviembre de 1989, Alemania volvió a ser una misma nación, las familias se reunieron, los 155 kilómetros de pared de hormigón de cuatro metros de altura cayeron ante la manifestación social alemana y mundial. Alemania había sido distribuida entre cuatro países: la parte oriental para los soviéticos y la federal para EU, Francia e Inglaterra.

La imponente e histórica puerta de Brandeburgo quedó a la mitad de las dos Alemanias. Nadie tuvo acceso durante casi tres décadas. Las fronteras occidental y oriental de Austría y Hungría, respectivamente, se abrieron paulatinamente. Los alemanes bajo la tutela soviética, que cruzaron, comenzaron a solicitar asilo político, se endurecieron las medidas y también las protestas del lado occidental, surgieron millones de voces que exigieron liberar las fronteras.

Comenzaba la añorada refundación de un solo país, la esperanza de una nación dividida por la guerra. Los alemanes occidentales comenzaron a avasallar la muralla de la infamia. Con picos y martillos fue destruida. Los guardias orientales permitieron la salida de los alemanes orientales quienes fueron recibidos con fiesta y algarabía popular.

Esta liberación inspiró a otros pueblos que se encontraban bajo la tutela soviética en el mundo, a seguir la misma historia. Así, ha ocurrido también con la historia de las independencias y las revoluciones, el grito de libertad, contra el abuso del mal gobierno, ha sido un efecto mundial que se ha contagiado en todas las latitudes del orbe.

Hace ocho días, México comenzó un fenómeno que está inspirando al mundo, nuestro país tiene un rostro distinto en la geopolítica, el efecto logrado por nuestro virtual Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador y el Movimiento Regeneración Nacional, escribe en nuestra historia la madurez y el vínculo entre gobernados y gobernantes. Muchos por primera vez en su vida, ganaron algo, eligieron al Presidente por el que votaron.

La auténtica alternancia del régimen gobernante electo comenzará legalmente el próximo 1 de diciembre, pero hoy a ocho días de la elección, las exigencias de los que no votaron por el elegido de las mayorías, no se han hecho esperar.

Muchos, en décadas, nunca exigieron nada a los gobiernos extraídos de los partidos derrotados abrumadoramente, a pesar de las condiciones en las que se encuentra el país desde hace por lo menos 50 años.

Eso tiene muchas explicaciones, pero la más notable que considero generalizada, es la falta de madurez para aceptar los fracasos, cosa que el hoy Presidente, no sólo ha conocido, se ha levantado una y otra vez, y continuó hasta lograrlo. Ha sido una larga lucha. Eso es persistencia, inteligencia y pasión por México.

Pero no se llegó a la meta, se posicionó en la ruta de inicio. Todo apenas comienza, con una gran raíz que legitima la lucha, el enorme respaldo social, ahora también los dueños del gran capital mexicano se mostraron condescendientes y colaboradores, cada día, los que incluso denostaron, cambiaron de opinión y se unieron a la gran ola, el tsunami, dicen algunos.

La obsesión por la lucha contra la corrupción y la impunidad nos debe hermanar en lo que he descrito como la gran gesta anticorrupción. Todos tenemos que convertirnos en promotores de la cultura de la denuncia, señalar a los que han dañado a nuestra patria, a los que se han enriquecido ilícitamente por sus conductas delictivas.

La acción colaborativa, destruir los muros que nos dividen como mexicanos, explorar todas las rutas que nos hacen libres y pacíficos son las que la historia nos ha enseñado a repetir, extirpar para siempre la desigualdad y el absurdo clasismo como forma de discriminación.

Aprovechemos la oportunidad histórica para construir, hay nuevas rutas, horizontes que no se han explorado; hoy hace ocho días, la mayoría de los mexicanos conservamos una gran sonrisa, contagiemos del México libre a todos los demás. Todo comenzó.

Dedico con amor a mi recién nacido hijo Rodrigo, este texto.

                Profesor de la Facultad de Derecho de la UNAM

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