La visita de Xi Jinping a Moscú

Ricardo Ortiz Esquivel Globalística
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Días antes de que Xi Jinping realizara su viaje a la capital rusa, se empezaron a difundir imágenes del centro de Moscú y los preparativos ante la llegada del líder mandatario chino a suelo ruso. Lo que más me llamó la atención, y tal vez nuca se había realizado en Rusia, fue la colocación de espectaculares a las afueras del aeropuerto donde aterriza el visitante extranjero/la delegación extranjera o en el trayecto hacia Moscú en distintos idiomas dando la bienvenida al mandatario o a la delegación que visita al presidente de Rusia.

Dicho y hecho, el mandatario chino llegó al Aeropuerto Internacional de Vnukovo, donde a las afueras del aeropuerto y en la carretera que lleva del suroeste al centro de Moscú había varios espectaculares en chino y ruso dándole la bienvenida a Xi Jinping.

Se esperaba que fuera una visita contundente en las relaciones bilaterales, especialmente al ser reelegido Xi por tercera ocasión como jefe de Estado de la República Popular de China, al realizar su encuentro número 40 con el presidente ruso, Vladimir Putin, y al ser la primera visita al exterior desde que fue reelecto el pasado 10 de marzo por el Poder Legislativo chino en Pekín.

La visita de Estado de tres días a Moscú daba varios matices, nos decía muchas cosas y servía para dar distintos puntos de vista sobre qué pasaría dentro de las puertas del Kremlin mientras Xi y Putin conversaban sobre las relaciones de sus países. Muchos, incluyéndome, esperábamos más a una China protegiendo a Rusia sobre la invasión a Ucrania, que siendo neutral como lo dice ser. Digo, si vemos el plan de 12 puntos que propone China para alcanzar la paz en Ucrania, pareciera que va más enfocada a que Rusia continúe dentro de Ucrania.

Desde principio a fin, el sentir o lo que reflejaba la visita era más de dar un espaldarazo, que buscar ser neutral. Y si usted se da cuenta, casi nada se fijó en el asunto de la invasión rusa. Los chinos iban por otra cosa. Tal vez sólo para dar un mensaje al mundo de lo que China es capaz de hacer junto con Rusia y tratar de buscar con una retórica populista al estilo de Xi sobre que ambos países están decididos a desafiar a Estados Unidos.

Se trató de concretar la cooperación económica firmando carpetas y asegurando los preparativos del gasoducto Fuerza de Siberia 2, donde en ocasiones también pareció que China habló muy bonito, pero, al final, hubo muchos detalles que se quedaron en el “ya veremos”.

Rusia necesita más a China que China a Rusia.

Xi Jinping tenía claro que de manera presencial debía respaldar a Putin económicamente, militarmente y políticamente ante el ente público internacional. Tanto así, que respaldó la posible reelección presidencial de su homólogo ruso para 2024.

Dentro de esto, me parece China es el único país potencia que puede ser una verdadera garantía para Rusia en estos momentos de insolación mundial. Irán no es una opción como proteccionismo ahora, aunque Rusia busque desesperadamente apoyo militar de su parte.

Rusia se sumerge en una dependencia china a tal grado que éste usará el yuan como moneda para sus transacciones internacionales de comercio, de compra-venta de energéticos y más. ¿Será buena tanta dependencia a largo plazo?

El mandatario chino se despidió de Putin declarando que “ahora tienen lugar los cambios que no se han visto en 100 años”. ¿Algo se prepara y no lo sabemos o sólo es un mensaje populista?

La visita de Xi fue importante, pero Putin no consiguió todo lo que quiso. Yo esperaba más.

 

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