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Justicia a la carta

Ricardo Alexander Márquez

Ricardo Alexander Márquez

Disonancias

 

Venga, pase. Lo invitamos a que sea parte de la transformación y desarrolle sus actividades o negocios en nuestro país bajo un impoluto manto. Aquí no se tiene que preocupar por temas técnicos como el Estado de derecho, pues se imparte justicia a la carta.

Dependiendo de quién sea usted y de qué tanto nos apoye, tenemos un menú de posibilidades que, sabemos, le va a gustar.

Vea usted. Nosotros tenemos el control y no creemos tanto en eso de la división de Poderes o de la autonomía de organismos como la Fiscalía General de la República. Nos gusta presionarlos y acotarlos —casi siempre lo logramos—. En principio, basta con poner a personas que comulgan con nuestros ideales, a transformadores como nosotros. Si eso no funciona, tenemos —no lo repita— algunas instituciones que se dedican a buscar trapos sucios que sacamos según se vaya necesitando.

¿Se acuerda del ministro Medina Mora que sólo podía renunciar por causas graves que nunca se hicieron públicas? Se negocia, se da impunidad y listo. En el fondo, lo importante es contar con personas afines, como los nuevos ministros de la Suprema Corte de Justicia.

No se preocupe, no se trata de nada malo. Nosotros tenemos autoridad moral y lo que hacemos es por el bien de todos, principalmente por los pobres.

Si lo llegan a criticar en medios de comunicación o en redes sociales, no pasa nada. Hacemos oídos sordos. Tenemos la idea de que cuando atacan a uno de los nuestros, incluyendo por temas de corrupción —como a Ana Gabriela Guevara, Manuel Bartlett o Irma Eréndira Sandoval— es por politiquería y porque ya nos acercamos a las elecciones del 2021. Sabemos que vamos muy bien y eso es lo importante.

Eso sí, todo el peso de la ley contra quienes nos han traicionado o señalado. Si dudan de ello, pregúntenle a Rosario Robles. Quien recapacita y nos ayuda no tiene problema. Ni siquiera tendrá que pisar la cárcel, como el compañero Lozoya.

Dentro de nuestra carta también están varias modalidades de justicia mediática y por aclamación popular. Nuestra favorita es la que hacemos en la conferencia mañanera, pero hay otras. Por ejemplo, aquella de las consultas que nos ayudan a demostrar nuestro poder cancelando proyectos de infraestructura con inversión nacional e internacional. Al final, sólo le pagamos a los empresarios y todos contentos.

Otra es la amenaza constante que hacemos cuando decimos que se procederá contra los expresidentes de México sólo si así lo decide el pueblo. No importa que existan o no pruebas contra ellos. Incluso, nos gusta hablar de un “tribunal ciudadano”, aunque no se contemple en la legislación.

El menú es largo y el espacio no tanto, pero no queremos dejar de mencionar nuestra capacidad de modificar la ley según intereses particulares, incluso para crear nuevos tipos penales o cambiar los requisitos que se establecen en las normas. Al cliente, lo que pida.

Pero no piense mal, no se equivoque. Estamos hablando de algo muy diferente a lo que sucedió cuando nuestros enemigos nos fabricaron cargos por violar un amparo en 2004 y nos quitaron el fuero para sacarnos de la contienda presidencial. Ahí se utilizaron las instituciones de impartición de justicia.

“Al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie”, excepto nosotros. Aquí aplicamos la justicia a la carta. ¡Bienvenidos y que les sea de provecho!

 

*Maestro en Administración Pública por la Universidad de Harvard y profesor en la Universidad Panamericana

Twitter: @ralexandermp

 

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