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Un orden económico digital pospandémico más integrado — la creciente importancia del comercio electrónico y digital

Remo Moretta

Remo Moretta

Down Under

A pesar del compromiso contraído por los líderes del G-20 en su última reunión celebrada virtualmente para mantener abiertas las cadenas de suministro internacionales, hemos visto continuos retos al sistema de comercio basado en reglas multilaterales a través de un incremento en medidas proteccionistas.

También hemos visto un aumento del comercio gestionado, el desvío y la distorsión del comercio. Mientras muchos de los sectores de nuestras respectivas economías permanecen cerrados debido a la pandemia, ha aumentado el interés en aspectos relacionados al comercio electrónico o comercio digital de bienes y servicios.

El 25 de enero de 2019, en paralelo al Foro Económico Mundial de Davos, Australia se sumó a otros 75 miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC) para iniciar negociaciones sobre los aspectos relacionados con el comercio en el contexto del comercio electrónico, que representa el 90% del comercio mundial.

Australia preside el proceso junto con los coconvocantes, Japón y Singapur, y se alienta a todos los miembros de la OMC a participar. Desde entonces, Australia y otros países colaboran cada vez más en el comercio digital a través de otros grupos como el G20, el APEC y la OCDE.

Muchos países están volcando sus mentes en la elaboración de marcos legislativos y regulatorios para sus regímenes
de comercio electrónico, que se convertirán, cada vez más, en piezas clave de sus economías. Lograr correctamente ese marco legislativo y regulatorio es la clave del éxito.

Con ese fin, todos deberíamos esforzarnos por avanzar lo más posible en las negociaciones de la OMC sobre el comercio electrónico, así como en otros foros en los que se puedan compartir las mejores prácticas regulatorias y desarrollar una plataforma en común.

Sabemos que hay interés en facilitar el comercio digital, así como las transacciones electrónicas (como el comercio sin papel y las firmas electrónicas), garantizando la protección de los consumidores (incluidas las normas para hacer frente al correo no deseado y la protección de la información personal y la privacidad) y prohibir las restricciones a los flujos de datos, incluyendo el requisito de almacenar los datos en un lugar determinado.

Otra prioridad es hacer permanente una moratoria de la OMC sobre la imposición de impuestos aduaneros a las transmisiones electrónicas, ya que esto fomentaría aún más el comercio digital.

En un corto periodo de tiempo nos hemos ajustado y acostumbrado a conectarnos electrónicamente, reunirnos virtualmente y operar a distancia a todos los niveles.

Si podemos aplicar el mismo ritmo para llegar a un acuerdo sobre las reglas multilaterales de conducta del comercio electrónico, todos nos beneficiaremos del aumento del comercio y nuestras economías se pueden recuperar cuanto antes después del covid-19.

 

                Espero sus comentarios en downunder.mexico@dfat.gov.au o en Facebook y en Twitter como @AusEmbMex.
                * Embajador de Australia en México

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