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Las reformas globales al comercio agrícola por parte de la OMC: una apremiante prioridad

Remo Moretta

Remo Moretta

Down Under

A medida que avanza la recuperación global de la pandemia de covid-19, millones de personas se enfrentan al hambre y la malnutrición agudas, tanto a nivel regional como mundial. Cuestiones alimentarias como la producción sostenible de alimentos, la reforma de ayudas a la agricultura que distorsionan el comercio, la inocuidad de alimentos, las cadenas internacionales de suministro de alimentos confiables y la seguridad alimentaria preocupan sobremanera a las naciones.

La pandemia ha evidenciado la fragilidad del sistema alimentario global, lo cual ayuda a explicar el alza del proteccionismo, así como del comercio agrícola y el enfoque en incrementar ayudas al interior de los países para impulsar la producción. Sin embargo, en el pasado, las políticas formuladas para la autosuficiencia han demostrado ser ineficaces y costosas. Para países importadores netos de alimentos —sobre todo países en desarrollo importadores netos de alimentos— esto sería desastroso. Las fluctuaciones de precios internacionales de productos básicos mediante ayudas que distorsionan el comercio ejercerían presión sobre consumidores de todo el mundo.

Necesitamos colaborar internacional o multilateralmente para abordar cuestiones relacionadas con la oferta y demanda mundial de alimentos. Australia y otros países del Grupo de Cairns (y miembros de la OMC) hemos establecido un marco mediante un llamado a concretar reformas globales al comercio agrícola. Y también hacemos un llamado a todos los miembros de la OMC a vincularnos y sumar esfuerzos de manera constructiva para alcanzar un logro que beneficie a todos.

La producción sostenible de alimentos debe incluir una debida consideración de los procesos de producción, y de los insumos utilizados en esos procesos, así como de las posibles afectaciones al medio ambiente. La adopción de nuevas tecnologías para reducir emisiones en la agricultura y un entendimiento con base en la ciencia de las repercusiones de plaguicidas y productos químicos en el medio ambiente son fundamentales para obtener buenos resultados. Compartir las mejores prácticas, la ciencia y la innovación será clave para obtener resultados a nivel mundial, incluso en la gestión del uso del agua.

La semana pasada celebramos el Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos, sin embargo, la inocuidad de los alimentos no es cuestión aislada que pueda ser atendida por separado y sin tomar en cuenta las demás cuestiones planteadas en esta columna. Necesitamos pensar en alimentos no sólo en términos de que sean inocuos y aptos para nuestro consumo, sino también de que exista seguridad en el abasto y la producción, sin olvidar la sostenibilidad del medio ambiente. Tenemos una responsabilidad colectiva de abordar y atender las cuestiones pertinentes para, así, alcanzar buenos logros.

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