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Mortalidad materna y covid-19

Raymundo Canales de la Fuente

Raymundo Canales de la Fuente

Parece haber un incremento en México, respecto de las cifras del 2019, en cuanto a mortalidad materna. Por supuesto, los reportes de hoy son preliminares y no es posible establecer ni diferencias claras respecto del año previo ni hablar de causas establecidas hasta que no podamos estudiar los casos concretos, y se termine la confronta con las cifras de Inegi para establecer el exceso de muertes.

En repetidas ocasiones he afirmado aquí lo que reportan los centros obstétricos en el mundo, especialmente los de China y Europa, en cuanto a que el SARS-CoV-2 no parece ser tan peligroso para la mujer gestante en comparación con los otros coronavirus, de forma tal que una mujer gestante no tiene especial riesgo de perder la vida directamente por la infección covid-19, y como no creo que nuestras mujeres provengan del planeta rojo, seguramente tienen igual riesgo de complicarse que cualquier otra.

Adicionalmente, en mi práctica personal, ya he visto varias mujeres en diferentes etapas de la gestación que han cursado covid-19 sin consecuencias. Cabe preguntarse, entonces, cuál puede ser la causa subyacente y me parece que la respuesta debe tener relación con la desarticulación y desorganización del sistema sanitario nacional en atención obstétrica.

Hace poco un médico de otra especialidad, me dijo que era culpa nuestra (de los obstetras) que estábamos mostrando incapacidad para resolver los problemas, lo cual raya en el ridículo más absoluto. Por supuesto, la responsabilidad no recae en quienes nos dedicamos a la preservación de la salud materna y sería muy cómodo responsabilizar al virus.

Simplemente, no hay, fuera de los centros privados de alta especialidad, un sistema de salud articulado y comunicado para resolver todos los embarazos de forma segura, y me refiero especialmente a las mujeres que además de la gestación, presentan alguna condición de riesgo para el covid, como la diabetes, el sobrepeso o la hipertensión arterial, lo que las hace mucho más vulnerables frente a la infección.

Casi estoy seguro, por los años que tengo ejerciendo la especialidad, y por el contacto que he tenido con la articulación de políticas públicas, que se trata de una insuficiencia estructural que, aunada a la falta de voluntad de los centros de atención materna, son los determinantes del incremento inaceptable en las cifras de muerte materna.

El Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva tiene ya una línea telefónica dedicada a las emergencias obstétricas, pero, es, francamente, imposible que puedan resolver de manera aislada el problema, se requiere de la participación urgente de todo el sistema sanitario nacional, público y privado, para abonar a la resolución segura de todos y cada uno de los embarazos del país, utilizando, además, tecnología virtual en la vigilancia prenatal.

Ojalá los organismos públicos rectores puedan establecer un mecanismo rápido, eficiente y sensato para resolver el panorama, y evitar que sigan perdiendo la vida mujeres que, seguramente, no han sido atendidas de forma eficiente y tampoco se les ha brindado la atención prenatal adecuada.

 

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