Arrasar contra la educación

Raúl Cremoux Otros ángulos
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Las pruebas son irrefutables: al poder gubernamental los organismos autónomos le resultan incómodos y hasta molestos. El listado de eliminaciones e intentos de destrucción es largo. Lo mismo han sido los fideicomisos independientes que las guarderías, la UNAM, el CIDE, por supuesto el INE, el instituto de transparencia y también universidades privadas, como es el caso de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) o el caso de una inmoral y abusiva conducta de quien toma las decisiones en la importantísima Secretaría de Educación Pública.

Comencemos por una comunidad de estudiantes, académicos, artistas, creadores y empleados de un centro escolar con amplio reconocimiento nacional y foráneo. El pasado 29 de junio, el cuerpo policiaco tomó por la fuerza el campus universitario de la UDLAP, desalojó a los maestros de sus cubículos, a los alumnos de los salones de clase y laboratorios, obligó a músicos, escultores, pintores a salir de sus talleres y de paso a los empleados y personal de servicio, sin ninguna explicación.

Han pasado seis meses y el gobierno de Luis Miguel Barbosa ha violado e ignorado numerosas órdenes, suspensiones y exhortos judiciales tanto locales como federales que exigen la restitución de la universidad a sus administradores y autoridades.

En un remedo grotesco de gobiernos autoritarios y hasta dictatoriales, la UDLAP permanece cerrada, enmoheciéndose a pesar de haber ganado todos los recursos legales que corresponden a un pleito familiar, donde los educandos y cuerpo de enseñantes nada tienen que ver. En un país que privilegia la democracia y el derecho para resolver cualquier tipo de litigio, no se entiende cómo la policía es el núcleo central de una discusión o diálogo entre diferentes intereses.

El gobierno de Barbosa, hombre de reconocida intemperancia y sin solvencia moral, no ha entendido que la lesión a una universidad jamás debió permitirse y mucho menos auspiciarse. Bien podrá decirse que no ocurre otra cosa sino el reflejo de los tiempos en que vivimos. Él se sabe respaldado, no importa los torcidos caminos que recorra. ¿Qué autoridad tiene la facultad de intervenir y permitir que la comunidad continúe con sus trabajos?

  •  El botón de muestra de lo poco que hoy importa la educación nacional, se ve reflejado en la titular del ramo. Delfina Gómez, que desea ser gobernadora del Edomex, ya había dado un paso al acomodarse como presidenta municipal de Texcoco hace unos pocos ayeres. En su gestión obligó, ésa es la palabra, a que los empleados se les quitará el 10% de sus haberes. Esto con el propósito de hacer un guardadito para su campaña electoral y un poquito para la otra, para la grande.

Bien, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación acaba de multar a Morena con 4.5 millones de pesos por haberse beneficiado de los diezmos obtenidos de los salarios de los trabajadores del municipio de Texcoco cuando la hoy secretaria de la SEP era la presidenta municipal. Multa que no lesiona al partido castigado. El pago saldrá de los impuestos de los gobernados.

Es bien sabido que la profesora sabe, y mucho, de esa grilla que su partido dice haber desterrado. Vemos que el desmentido lo hace, no un adversario político, sino un poder autónomo. Mientras tanto, el estudiantado nacional padece la falta de un programa de emergencia y de un método de trabajo elemental debido a que la profesora, no sabe ni lo básico que exige esa secretaría vital para nuestro desarrollo.

 

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