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Atentado a la autonomía

Raúl Contreras Bustamante

Raúl Contreras Bustamante

Corolario

El Congreso local nayarita acaba de aprobar una reforma a la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Nayarit, atendiendo una iniciativa del gobernador Antonio Echevarría García, que consiste en enmiendas a 25 de sus artículos.

La preocupación de los universitarios radica en que se modificó de manera radical el procedimiento para la elección del rector; la facultad de crear o transformar su estructura organizativa; y la forma para administrar el impuesto especial destinado para financiar a la institución, entre otras cosas.

Estos cambios han generado la indignación de la comunidad universitaria de todo el país. Hace unos días, 21 rectores de universidades autónomas e instituciones de educación superior de México externaron su respaldo a la UAN y su rechazo al proceso de reforma a su Ley Orgánica, porque constituyen una flagrante violación a la autonomía de la universidad estatal.

Y es que la autonomía de la que goza esa Casa de Estudios data desde el año de 1975, cuando fue reconocida su facultad para autogobernarse por la Constitución de Nayarit, en su artículo 136.

Esta facultad autonómica se encuentra también tutelada por el propio artículo 3° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que establece que las universidades y las instituciones de educación superior a las que la ley otorgue autonomía tendrán la facultad y la responsabilidad de gobernarse a sí mismas.

No es la primera agresión que se percibe en los últimos tiempos en contra de las instituciones universitarias, bajo el argumento de resolver sus problemas económicos, generados algunas veces por malos manejos administrativos, pero también por falta de apoyo financiero gubernamental en favor de la educación superior.

La reforma se procesó y aprobó sin que la comunidad universitaria de Nayarit hubiera tenido la oportunidad de expresarse y ser tomada en cuenta antes de esta decisión que impactará de manera radical su organización y procesos autonómicos académicos y administrativos.

Este atentado a la autonomía de la Universidad de Nayarit es un precedente negativo para todas las demás universidades autónomas y en general para toda la educación superior en nuestro país; por ello preocupa tanto lo sucedido en aquel estado de la República.

No olvidemos que del futuro de las universidades depende en gran medida el porvenir de México, porque sin la generación del conocimiento que se produce dentro de su seno será imposible que podamos encontrar fórmulas para lograr nuestro desarrollo y el fortalecimiento de nuestra identidad nacional.

Suele decir el doctor Sergio García Ramírez que la autonomía universitaria es el oxígeno que respiran nuestras instituciones de educación superior. El texto vigente del artículo 3º de nuestra Carta Magna determina que toda persona tiene derecho a la educación —desde preescolar hasta la educación superior— y, por lo tanto, es un derecho humano y fundamental.

Las universidades no deben convertirse en arenas para contiendas que dividan. Las diferentes instancias de gobierno tienen que entender que invertir y proteger la educación superior de calidad, es una estrategia que garantizará que la universidad siga siendo un espacio neutro donde se privilegie el diálogo y el intercambio de ideas. Sólo así podrán seguir formando a la juventud que deberá ser el motor indispensable para el progreso del país.

Como Corolario, las palabras del portugués, Boaventura de Sousa Santos: “La universidad es un bien público íntimamente ligado al proyecto de nación”.

 

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