Logo de Excélsior                                                        

Se acaba la luna de miel

Rafael Álvarez Cordero

Rafael Álvarez Cordero

Viejo, mi querido viejo

Somos millones los que amamos a México.

                R.A.A.

 

“La primera luna después de la boda es de miel y las que le siguen, de absintio o amargas, como el acíbar”, dice un viejo proverbio hablando de las relaciones humanas.

A partir del primero de julio de hace un año se inició una luna de miel, todo el espectro informativo se centró en una sola persona, el presidente Andrés Manuel López Obrador. Quienes votaron por él, más de 30 millones de ciudadanos y quienes no votamos por él, pensamos que era bienvenido su proyecto de cambiar al país, acabar con la impunidad, la corrupción, la inseguridad y otros problemas, aunque desde entonces muchos de nosotros advertimos que no había dudas en el “qué”, sino en el “cómo”, el “cuándo” y el “con qué”.

Desde diciembre, México está atento a los micrófonos instalados en Palacio Nacional, en donde cada mañana, como el oráculo de Delfos, la palabra del señor Presidente se convierte en ley, cumpla o no con la Constitución, las leyes o los reglamentos del país; él está ahí, solo o junto con algunos colaboradores que silenciosos no osan interrumpir el monólogo, a su vez los asistentes hacen preguntas “a modo”, para que se luzca, y él ríe.

Pero no todo es eterno, porque ya surgen en las conferencias matutinas voces discordantes que desean saber la verdad y cuestionan lo que afirma el señor Presidente. Los incidentes son cada vez más frecuentes y los “osos” que hace tratando de explicar lo inexplicable son filmados y reproducidos en las redes sociales; la aprobación presidencial va a la baja.

La aprobación baja entre los morenistas porque perdieron sus trabajos, les quitaron las estancias infantiles y no les cumplen con su apoyo económico; baja entre los que perdieron a un familiar o fueron asaltados, robados, extorsionados, baja entre los que tienen familiares enfermos que no reciben atención y peligra su vida, entre los que han perdido su patrimonio por los “plantones” y “bloqueos” y, ahora la aprobación baja entre los vecinos de las zonas que los migrantes invaden y exigen atención; la aprobación morenista a la baja se confirmó en las elecciones pasadas, sólo ganó Baja California, ya que ni en Puebla ganó Morena, tuvo que recibir ayuda de los partidos “patito” de siempre.

La luna de miel se acaba, porque incluso en el gabinete presidencial se notan las discordancias y los encuentros desagradables; el señor Presidente no duda en contradecir a sus colaboradores cuando algo no le parece, y funcionarios de Hacienda, Energía, Pemex, IMSS, CFE, Turismo, Bienestar, dejan su puesto al darse cuenta del rumbo que tiene el país; los demás funcionarios guardan silencio —son floreros—, incluso los apoyadores del presidente Ricardo Monreal, en el Senado, y Porfirio Muñoz Ledo, en la Cámara de Diputados, critican al Presidente y deploran lo que ocurre; la luna de miel se acaba.

El señor Presidente se siente cada vez más solo en el podio del Palacio Nacional, (ya no sirve decir “tengo otros datos”) y para reavivar su ego vuelve a las asambleas con acarreados en los estados, ofrece el paraíso terrenal y recibe aplausos y bendiciones de quienes, inocentes, aún creen que cambiará la historia, pero aún ahí la aprobación mengua y las reclamaciones aumentan.

Pero somos millones los que amamos a México y no permitiremos que un individuo rencoroso, ignorante y limitado —no son insultos, son diagnósticos— dañe al país; no queremos guerras ni desafueros, sabemos que podemos usar los elementos de nuestra democracia para devolver al país su grandeza y su progreso.

Por eso, muchas organizaciones independientes, grupos de estudio y de trabajo, científicos, intelectuales, artistas y miles de ciudadanos que deploramos la cancelación o el desmantelamiento de proyectos útiles a México hemos decidido hacer una manifestación pacífica para señalar que no estamos de acuerdo con las políticas gubernamentales; asimismo, varios grupos políticos se han unido para formar una plataforma, Futuro 21, que luchará por un México democrático, libre, justo, seguro, próspero, incluyente y sustentable, gracias al esfuerzo conjunto de quienes rechazan lo que está ocurriendo en el país.

Se acaba la luna de miel, México es nuestro, no debemos olvidarlo.

 

Comparte en Redes Sociales