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“Me siento bien, estoy sano”

Rafael Álvarez Cordero

Rafael Álvarez Cordero

Viejo, mi querido viejo

MITO

“Me siento bien, estoy sano”.

Uno de los mitos más generalizados en la población, en particular la población mexicana, es pensar que uno “está sano” por no tener algún dolor, molestia o incomodidad; quien piensa así no se diferencia de los individuos que vivieron hace muchos siglos, cuando se desconocían las enfermedades, sus causas y sus tratamientos.

Al hacer la pregunta: ¿cómo te sientes?, ¿estás sano?, más del 80% de los mexicanos responderán que sí, están sanos, y eso tiene gravísimas consecuencias.

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CONSECUENCIA

La falta de educación para la salud en las escuelas, la ignorancia y la indolencia de la población, las consejas y tradiciones respecto a productos o remedios “mágicos” para evitar o curar enfermedades, hace que los esfuerzos de los expertos en salud pública sean inútiles y que el panorama sea verdaderamente preocupante.

Las cifras son escalofriantes, estimado lector, tú conoces algunas: siete de cada diez mexicanos sufren obesidad con todas sus enfermedades asociadas, cuatro de cada diez mexicanos mayores de 40 años tienen hipertensión arterial; la diabetes es un enfermedad que causa más de 100 mil muertes al año, el cáncer de mama es la primera causa de muerte por tumores en las mujeres mexicanas, con un promedio de diez muertes por día; y si hablamos de cáncer de próstata, mueren 19 mexicanos cada día por esta enfermedad, y así podemos hablar de muchas otras enfermedades que hoy tienen tratamiento y curación.

Y todos estos mexicanos y mexicanas sienten que están “sanos”, lo que es el mito más triste y más mortífero que hay, porque viven como en la edad de las cavernas, sin preocuparse por su salud… hasta que aparece la enfermedad y la muerte, como lo vimos y estamos viendo en esta terrible pandemia de covid-19.

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REALIDAD

La realidad es que si hay un propósito que podemos hacer al iniciar este año, después de lo ocurrido en el 2020, es ocuparnos de nuestra salud, porque hoy, a diferencia de lo que ocurría en siglos anteriores, la medicina preventiva debe ser parte de nuestra vida, así de simple, así de trascendente.

Hoy tenemos los métodos de laboratorio, de gabinete, de anatomía patológica y muchos más para descubrir a tiempo enfermedades antes de que amenacen nuestra vida; este concepto de prevención es fundamental para nuestra vida, el aforismo “Un gramo de prevención es mejor que un kilo de curación” es totalmente cierto.

La realidad es que debemos cuidar nuestro cuerpo y nuestra salud como cuidamos nuestro automóvil, al que periódicamente lo llevamos a que revisen llantas, motor, batería, aceite, etcétera, o como cuidamos nuestro teléfono celular, que constantemente revisamos por si tiene alguna falla o error.

Debemos conocer nuestros números: peso, presión arterial, saturación de oxígeno, ahora que hay covid, y en el laboratorio saber cómo está la sangre, los glóbulos rojos y blancos, nivel de azúcar, colesterol, triglicéridos, etcétera. Cada seis meses, las mujeres deben hacerse una mastografía y acudir con la ginecóloga para realizar la prueba de Papanicolaou.

Los hombres necesitan hacer la prueba de antígeno prostático en sangre y acudir al urólogo y, así, solamente así, podremos realmente vivir sanos y descubrir a tiempo una enfermedad que se puede curar con el tratamiento adecuado.

Es lamentable que millones de mexicanos enfermen y mueran por ignorancia, por no conocer su cuerpo, por no tomar las medicinas adecuadas, por creer en la magia y los encantamientos; nuestro programa de año nuevo, si en verdad queremos que sea un Feliz Año, debe iniciar conociendo qué tan sanos en verdad estamos.

Y tú, querido lector, ¿estás sano?

 

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