Logo de Excélsior                                                        

El que no oye consejo...

Rafael Álvarez Cordero

Rafael Álvarez Cordero

Viejo, mi querido viejo

Donde hay hombre viejo, no falta buen consejo.

Refrán español

 

Mi querido viejo, como te he contado, esta columna semanal, que ya cumple más de diez años, es un motivo de triples gozos: gozo cuando la escribo, gozo cuando la veo publicada en mi Excélsior y gozo aún más cuando recibo un comentario por correo, por teléfono o al encontrarme con alguien en la calle que me dice: ¿usted es el que escribe la columna Viejo mi querido viejo?

Y claro, recibo mensajes de felicitación, peticiones para tratar tal o cual tema, quejas, historia de éxito y bienestar. De hecho, recién recibí una serie de recomendaciones para nosotros los viejos, la cual tiene un fundamento muy sólido, pues, seguramente, en más de una ocasión, al levantarte, al girar, al sentarte, te has sentido inseguro, como un mareo o algo que te da vueltas en la cabeza, y es que podemos hacer movimientos que afecten el equilibrio de nuestro cuerpo y esto puede ocasionar un accidente.

Para mantener el equilibrio, los seres humanos contamos con varios sistemas.

1.- El sistema vestibular del oído, que se ubica en el oído interno y es en gran parte el responsable de nuestra estabilidad y equilibrio. Cuando giramos la cabeza, el líquido que hay dentro del oído interno mueve unos pequeños cilios que hay en esta zona y que a su vez mandan un mensaje al cerebro. Es el cerebro el que transmite a los músculos las órdenes que permiten mantenernos en equilibrio

2.- La vista. Es evidente la importancia de la visión, ya que a través de ella somos capaces de percibir todo el entorno, ver dónde estamos situados y la distancia o profundidad de los objetos.

3.- El sistema propioceptivo en el cuello, torso, articulaciones y pies, con sensores múltiples, los encargados de transmitir señales o impulsos eléctricos al cerebro para indicarle dónde está el cuerpo respecto a nuestro entorno. Por ejemplo, cuando nos vamos a sentar, estos mensajes se envían desde el sistema propioceptivo al cerebro para mantener el sentido de la presión, la posición del cuerpo y las extremidades y, gracias a eso, podemos movernos, girar, levantarnos, etcétera.

Pero esos sistemas, como otros, no siempre funcionan cuando somos viejos. Las estadísticas sobre las caídas y lesiones de nosotros al subir escaleras o dar un giro rápido con el cuerpo son reales, por eso aquí copio unos consejos que son realmente útiles:

No subas o bajes las escaleras sin asirte a un barandal. No tuerzas rápidamente la cabeza porque te puedes marear. No dobles tu cuerpo para tocar los dedos del pie, hazlo con cuidado. No te pongas los pantalones de pie, mejor hazlo sentado. No te sientes cuando estés acostado boca arriba, ponte primero de lado antes de sentarte. No gires bruscamente el cuerpo antes de hacer ejercicio, te puedes marear. Ten mucho cuidado si caminas hacia atrás. No dobles la cintura para levantar algo pesado, dobla las rodillas y levántalo en cuclillas. No te levantes rápidamente de la cama, siéntate unos minutos antes de levantarte. No pujes ni uses mucha fuerza al estar en el baño, deja que todo salga con naturalidad.

¿Qué te parecen estas sugerencias? Recuerda, quien no oye consejo...

Vive bien y de buenas, sonríe y disfruta las 24 horas de cada día que te regala la vida.

 

Comparte en Redes Sociales