Logo de Excélsior                                                        

El “detente” previene y evita el coronavirus

Rafael Álvarez Cordero

Rafael Álvarez Cordero

Viejo, mi querido viejo

MITO

Alrededor de las calamidades, terremotos, epidemias y demás hay muchos mitos, consecuencia de la ignorancia y falta de información que tuvimos por siglos, en particular en asuntos de salud: no se sabía la causa de las enfermedades y epidemias, por qué se contagiaban de manera vertiginosa, por qué mataban mucha gente ni qué se podía hacer para combatirlas; las invocaciones, procesiones y penitencias fueron las únicas armas para combatirlas; todas las culturas abundan en descripciones de las acciones —religiosas unas, comunitarias otras— que se tomaron frente a males como la peste del siglo XIV, el cólera en 1833 y la fiebre española en 1918.

La protección del Corazón de Jesús nació con una monja —ahora santa—, Margarita María Alacoque, quien relató que se le apareció Jesús y le enseñó su corazón; de ahí nació la historia del “detente”, que mi abuelita tenía ente sus escapularios. Los carlistas españoles del siglo XIX usaban la imagen del Corazón de Jesús contra los ateos, lo mismo hicieron los cristeros en el siglo pasado, y seguramente muchos mexicanos aún hoy tienen un escapulario con un corazón bordado y la orden: “detente”.

 

REALIDAD

La realidad usted la sabe, estimado lector: los conocimientos de medicina y de epidemiología en la actualidad permiten conocer todo o casi todo respecto al coronavirus que recorre el mundo y, aunque la invocación “detente, el Corazón de Jesús está conmigo” es enternecedora, no tiene ningún efecto sobre la salud y menos sobre el COVID-19.

 

CONSECUENCIAS

Si escribo sobre este tema es porque, dada la falta de información y educación que tiene nuestra población en asuntos de salud —lo que da por resultado las enormes cifras de obesidad, infartos, diabetes de los mexicanos—, al unirse a la fantasía de una protección con una estampita con un corazón puede hacer que, a pesar de las explicaciones y las recomendaciones de las autoridades de Salud, muchos mexicanos ignoren la ciencia y se queden tranquilos pensando que con su “detente” serán inmunes al contagio de COVID-19.

Es lamentable que, junto con los esfuerzos de las autoridades de Salud para prevenir y combatir una pandemia, la desinformación, como ésta del “detente”, venga de donde venga, pero más si viene de la autoridad política del país, merma la autoridad de los científicos y amenaza la salud y la vida de los mexicanos.

Debemos evitar ésta y otras fantasías, como las de un sedicente sacerdote Alejandro Solalinde, que aconseja “tres tés, manzanilla, té verde y diente de león” para prevenir el COVID-19; los avances en la medicina permitirán que la pandemia no sea tan devastadora como las otras que se vivieron en siglos anteriores, pero para eso tenemos que ser conscientes de nuestra responsabilidad personal, quedarnos en casa, escuchar y cumplir las recomendaciones de quienes sí saben y tener calma. Las creencias religiosas son respetables, pero no hay que confundir la gimnasia con la magnesia, el coronavirus es una realidad y lo debemos enfrentar con determinación y tranquilidad.

 

Comparte en Redes Sociales