Logo de Excélsior                                                        

Priorizar

Paola Domínguez Boullosa

Paola Domínguez Boullosa

La coach

 

 

No tratéis de guiar al que pretende elegir       

por sí su propio camino.

                William Shakespeare

 

La RAE define priorizar como dar prioridad a algo. La misma fuente señala que prioridad significa anterioridad de algo respecto de otra cosa, en tiempo o en orden y, también, anterioridad o precedencia de algo respecto de otra cosa que depende o procede de ello.

En materia filosófica, las necesidades se definen como el impulso irresistible que hace que las causas obren infaliblemente en cierto sentido; (…) y también como la carencia de las cosas que son menester para la conservación de la vida (…). Para Aristóteles, las necesidades se determinan como las exigencias de realización para una vida feliz.

La sicología no se aleja tampoco de este concepto. El doctor Enrique Rojas, en su libro Todo lo que tienes que saber sobre la vida, nos plantea lo siguiente: “¿qué nos falta para ser felices cuando uno lo tiene casi todo y no lo es?”. Y responde, “lo que nos falta es saber vivir”. Y ante eso nos plantea que hay que manejar con artesanía cuatro dimensiones: “inteligencia, afectividad, voluntad y espiritualidad”. Lo mejor, a mí parecer, es cuando señala que: “la entrada al castillo de la felicidad consiste en tener una personalidad madura —conocimiento sobre uno mismo, equilibrio, buena armonía entre corazón y cabeza, saber gestionar los grandes asuntos de la vida y superación de las heridas y traumas del pasado (…)—”.

Una vida equilibrada dependerá de nuestra capacidad de seleccionar y priorizar nuestras propias necesidades. Definitivamente, quien no se conozca a sí mismo no tiene una capacidad de elección eficiente, sencillamente porque quien no sabe quién es y cómo es, no sabe qué es lo que necesita. Tampoco sabrá, de esas necesidades, cuál o cuáles son prioritarias.

Las necesidades promueven la inteligencia, motivan la voluntad y reactivan la afectividad por uno mismo, mejorando su estado mental, corporal y espiritual. Nuestras capacidades y nuestro valor personal sólo se conocen en el momento que alcanzamos a definir quiénes somos, qué necesitamos y qué estamos dispuestos a hacer. La autoafirmación, la independencia, la autodeterminación y la libertad nos hacen ser quienes queremos ser por respeto y amor hacia nosotros mismos.

Nadie puede ser feliz si no tiene su propio proyecto de vida, si no cumple de forma autónoma con sus necesidades básicas, y si no puede tomar decisiones sobre sí mismo y lo que quiere para su vida libremente. Uno se hace esclavo de todo y de todos aquellos a los que ata sus necesidades personales y sus deseos. Si me lo preguntan, le diré que, definitivamente, sólo el conocimiento y la autonomía nos hace libres… a partir de ahí, ya podemos pensar, además, en la felicidad y la plenitud. A partir de ahí, ya podemos elegir dentro de un entramado de deseos, ilusiones y pasiones… a partir de ahí, podemos formar equipo, ser selectivos en las personas que elegimos a nuestro alrededor y compartir la vida; desde ahí, incluso, podemos delegar ciertos asuntos y dedicar más tiempo a todo y todos aquellos que nos hacen, por supuesto, la vida más feliz.

Y cada quien es libre de elegir cómo quiere vivir su vida y priorizarla, pero le aseguro que, si en primer lugar de su elección no se pone a sí mismo, su vida no será suya y estará condenado a vivir a partir de la vida y los proyectos ajenos, ésa es la primera decisión que debe tomar… vivir su vida o vivir a la sombra de la vida de alguien más. Por eso, priorizar y priorizarnos es la primera y más importante elección que debemos hacer frente a nuestra vida y nuestra felicidad, porque toda elección trae consigo una renuncia y un compromiso, usted es quien decide a qué y a quién se ata y las bases que han de sustentar esa elección.

Por eso me sorprende cómo tantas personas, frente a la realidad y muchas veces ante los tiempos difíciles, divagan, se achican… se arremeten; la vida hay que vivirla en primera persona, hay que luchar y trabajar firmemente para asegurar, en la medida de lo posible, nuestra propia existencia, hay que superar el pasado, seguir adelante enfocándonos en el presente, prever y proyectar el futuro… créame, parece un punto egoísta, pero no lo es, lo mejor que podemos ofrecer a las personas que amamos es hacerles saber que estamos bien y que somos capaces de resolver nuestra vida.

Por eso hoy lo invito a priorizar y priorizarse, a fin de cubrir sus propias necesidades y vivir esa vida feliz y plena a la que aspira; es su vida y es su responsabilidad saber en qué se enfoca, qué es de todo lo más urgente, lo más importante y qué puede esperar, deje de divagar, deje de dar vueltas siempre sobre lo mismo, deje de creer que alguien vendrá a rescatarle o a resolver sus problemas, tenga siempre su propio proyecto de vida, abrace las oportunidades, no se líe a la suerte ni al destino de nadie, conserve su propio lugar en el mundo y comparta en el momento que pueda sumar a la vida de los demás con su mejor versión.

Edifique su vida a partir de sus prioridades, sea firme, disciplinado en sus decisiones, pierda el miedo, comprenda que todo tiene su tiempo y que todo llega cuando la inteligencia, la creatividad, la voluntad y el compromiso se unen. Nunca pierda la capacidad de asombro, el sentido del humor, la sensibilidad, la humanidad y su amor propio. Si se equivoca, inténtelo de nuevo, sea objetivo y comprenda que no ha venido aquí a ser perfecto, sino simplemente a ser real, auténtico, libre y, por supuesto, feliz. Disfrute su camino y nunca, por ningún motivo, deje de agradecer… Gracias es la palabra que siempre nos enaltece y nos permite transitar y avanzar con respeto sobre la realidad, sobre la propia y la ajena. Como siempre, usted elige.

¡Felices prioridades, felices vidas!

 

Comparte en Redes Sociales