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Despertares II. Memoria

Paola Domínguez Boullosa

Paola Domínguez Boullosa

La coach

 

Una de las definiciones de despertar de la Real Academia de la Lengua Española es “traer a la memoria algo ya olvidado”. Y sí, todos en algún momento de nuestra vida hemos tenido este tipo de despertares, los cuales siguen dando un vuelco al corazón, ya sea para bien o para mal, y que guardan siempre una razón lógica para su propio olvido, pero que siguen ahí, estrechamente ligados a lo que somos.

Nunca debería olvidarse lo que ha sido importante. Su importancia es generada por los sentimientos y las emociones que nos hicieron sentir. Porque sólo se está dispuesto a olvidar por dos razones… o por valor o por cobardía, por el valor que implica para uno mismo seguir adelante o por la cobardía de quien prefiere no asumir los fracasos o aciertos que el recuerdo provoca.

Siempre será preferible el valor, no sólo por la importancia que tiene salir adelante en la vida pase lo que pase, sino por lo que significa para nosotros nuestra propia historia y la responsabilidad que hemos de asumir en ella de forma unilateral, porque no importa lo que hayamos hecho, importa que siempre podamos mirar de frente y asumir nuestros actos sin justificaciones ni excusas.

La memoria es la facultad síquica por medio de la cual se retiene o se recuerda el pasado. La memoria nos ayuda a prevenir el presente y el futuro y también nos induce a seguir agradeciendo y disfrutando del pasado, por lo bueno vivido o por lo no tan bueno. La memoria ayuda a conocer, reconocer y atesorar para seguir siendo quien se es, para mejorarse a sí mismo e incluso para dejar de ser como se era. La memoria es lo más valioso que tenemos, es nuestro parámetro de vida, nuestra herramienta invaluable para vivir. Sin ella perdemos lo que somos, de dónde venimos, hacia dónde vamos y, sobre todo y lo más importante: el motivo y la razón de todo lo anterior.

Por eso hoy le invito a valerse de la memoria, para poder conocerse más y mejor, para analizar su evolución y la situación real de sus cambios y modificaciones; para evaluar cómo ha asumido su vida y su responsabilidad en ella y, por supuesto, para comprender si la vida que siempre ha querido es, sigue siendo, no es o es mucho mejor.

Créame… siempre hace falta hacer un alto en el camino y despertar, traer algo a la memoria ya olvidado, quizá sólo para medirnos a nosotros mismos, quizá para encontrar más respuestas de quiénes somos en el presente y quizá también para poder prevenir mejor lo que nos espera en el futuro.

Puede que ahora esté en boga vivir el presente y puede que todas las nuevas hordas metafísicas inciten a vivir una vida liberada del pasado y del futuro y liberarse nunca será algo pernicioso, sin embargo, sí lo es pretender desvanecer en un par de respiraciones la vida y la responsabilidad de nuestros actos.

Hay que educarnos en la memoria para tener un fiel recuerdo de nuestros aciertos y de nuestros errores porque eso es respetar lo que somos y lo que deseamos ser. Quien no tiene memoria, quien elige la cobardía del olvido, elige también la indolencia de ser sólo el resultado de la nada.

Por eso siempre será mejor despertar y traer a la memoria nuestra vida, porque es ahí donde todo toma sentido, impulso, motivación y evolución. Como siempre, usted elige.

¡Felices memorias, felices vidas!

 

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