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Amor propio II. El juicio personal

Paola Domínguez Boullosa

Paola Domínguez Boullosa

La coach

                Obra de modo que merezcas, a tu propio       juicio y a juicio de los demás,            la eternidad, que te hagas insustituible,                 que no merezcas morir.

           Miguel de Unamuno

 

Es indudable reconocer que, para amarnos, debemos respetarnos y aceptarnos tal como somos, sin embargo, eso sucede en pocas ocasiones, por el contrario, la mayoría de las veces somos nosotros mismos quienes nos erigimos como los jueces más severos y críticos. Resulta determinante comprender que esa severidad es la primera fuente de sufrimiento de los seres humanos. La aceptación personal es el resultado directo de los juicios que hacemos sobre nosotros mismos y es una práctica que se va desarrollando a través del tiempo.

Según el siquiatra Enrique Rojas, existen nueve claves que determinan un buen nivel de amor propio o autoestima. La primera de las claves es el juicio personal, el cual señala que debe contener los aspectos conseguidos y aquellos por alcanzar y el resultado de la valoración debe ser positivo.

El juicio personal se define, según la sicología, como una fortaleza que nos da la capacidad de pensar en profundidad y tomar decisiones considerando todos los puntos de vista. Esto nos permite no precipitarnos al tomar conclusiones prematuras, a poder cambiar de opinión libremente, a tener la apertura para recibir nueva información y a aceptar nuevas evidencias que cambien nuestras primeras conclusiones. Aquellos que poseen esta fortaleza no se dejan influenciar fácilmente por las opiniones ajenas sin sustento, su mente está abierta y es crítica y eso les conduce a buscar evidencias sobre sus creencias y, con ello, ser capaces de prevenir consecuencias importantes.

La severidad en el juicio personal es grave para la percepción sobre uno mismo, ya que, en ocasiones, puede provocar un sentimiento de insuficiencia que se va acrecentando y al que, además, se va sumando la opinión de los demás, no importan los eventos positivos, la severidad en el juicio personal siempre tomará más en cuenta los eventos que refuercen su idea negativa de no ser suficiente… misma idea que se proyectará en todo lo que haga, diga, piense o se relacione.

La coraza personal se hace cada día más sólida porque los complejos personales lo hacen también, estos son todos aquellos que, cada vez más, comienzan a presentar un pensamiento rígido, obstinado, un carácter alterado, perfeccionista, críticos de todo y todos los que no piensan como ellos, intolerantes, insensibles e impositivos. Y aunque parezca increíble, estas personas sufren su propia severidad, viven en una tortura mental continua simplemente porque se han negado a expandir su conciencia y mirar más allá, fortaleciendo ese pensamiento equivocado y desproporcionado sobre sí mismos.

Por eso hoy lo invito a reconsiderar la forma en la que se juzga, porque sí es verdad que todos podemos hacer más, pero también es cierto que en cada situación hacemos lo mejor que podemos; no juzgue su pasado con lo que ya sabe y conoce en su presente, y por ninguna razón permita que sus buenas acciones sean nulificadas por aquellas no tan atinadas, nadie es perfecto, pero siempre tenemos la capacidad de irnos perfeccionando de una forma sana, amorosa y comprensiva con nosotros mismos.

La vida es breve, no podemos vivir bajo esa severidad lastimosa ni alimentarnos de dudas y de juicios ajenos, al contrario, debemos fortalecer nuestros juicios, fijar nuestra atención en lo positivo, enmendar nuestros errores y luchar por ser felices; merecemos tener esa paz de poder confiar en nosotros mismos, analizar, reflexionar y tomar las mejores decisiones para nuestra vida, ésa es la verdadera libertad.

Piénselo, nadie puede desarrollar su mayor potencial si su pensamiento y su razón viven permanentemente amenazados, criticados y enjuiciados de forma negativa. Mejor elija apoyarse en sus fortalezas, en sus puntos positivos y trabaje en la coherencia de su pensamiento y sus acciones, le aseguro que sus resultados serán mejor y su vida mucho más feliz, como siempre, usted elige.

¡Felices juicios, felices vidas!

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