Welcome to Tijuana

Por Fernando Aguirre

Las medidas anunciadas por el gobierno federal para evitar que los centroamericanos recorran el país y permanezcan en los estados de Oaxaca y Chiapas, cobijados bajo la condición de refugiados con el programa Estás en tu Casa, donde a cambio podrán recibir atención médica, contar con empleo temporal y acceso a la educación de sus hijos, plantean dudas sobre qué tan conveniente es retener a estos grupos en estados que son históricamente marginados y que tienen suficientes problemáticas sociales como para todavía convertirlos en ciudades santuario y refugio de inmigrantes.

Afortunadamente para estos estados, que claramente su condición social no les permite ser un edén atrayente y brindar apoyos sociales a diestra y siniestra, fueron pocos los migrantes que se acogieron a esta propuesta gubernamental y continúan su paso por el país para llegar hacia el norte.

Para muchos de ellos quedarse en Oaxaca o Chiapas es enfrentar las mismas problemáticas de las que vienen huyendo de sus países de origen: desempleo, pobreza, falta de oportunidades, marginación y desigualdad.

En su andar por varios estados de nuestro país, los migrantes han encontrado el apoyo generoso de estados como Veracruz y la CDMX, quienes dieron toda clase de facilidades para poder trasladar o asistir a esta primera caravana que salió desde el 13 de octubre procedente de Honduras y que ha recorrido casi 2000 mil kilómetros y continúa su camino hacia el norte de México.

En la CDMX, por ejemplo, además del apoyo asistencial, se les brindó atención médica, sicológica y legal. Se trató de brindarles todos los servicios necesarios para que ellos estuvieran lo más cómodos posibles, y así fue, pero ¿cuál fue el pago por ello?

Este fin de semana en redes sociales circularon diversas imágenes del estado en que dejaron las instalaciones los expatriados centroamericanos en donde permanecieron tanto en la Ciudad de México como en Querétaro. Para muchos es insultante e incomprensible que los inmigrantes, después de todo lo que se hace por ellos dejen los campamentos en un estado de suciedad inimaginable y que no ofrezcan un dejo de respeto y limpieza como gratitud a los servicios y apoyos brindados. Esto, aunado a exigencias de cierto tipo de ropa, alimentación y facilidades por parte de los integrantes de la caravana en nada abonan y si desincentivan el apoyo civil que se les viene dando.

La solidaridad que caracteriza a los mexicanos se pondrá a prueba de fuego en las siguientes semanas cuando esta primera caravana de migrantes y las que vienen en camino lleguen a los estados del norte, último reducto para pasar a Estados Unidos. El gobierno americano está decidido a dar la batalla en el tema y a no permitir el ingreso de estas caravanas. Donald Trump está dispuesto a enfrentar esta problemática con todos los recursos a su alcance y evitar así lo que él considera como “una invasión” a territorio estadunidense.

Frente a esta posición, en qué circunstancias se puede decir que los migrantes centroamericanos estarán sólo de tránsito en nuestras ciudades fronterizas, ¿Se está preparado para lidiar con esta problemática que se antoja irresuelta por un periodo indeterminado? Nuevamente, los habitantes de Tijuana tendrán que acostumbrarse a recibir oleadas de inmigrantes, que luego del fracaso en su intento por pasar la frontera americana se establecen ahí, como fue el caso de la comunidad haitiana.

Las caravanas de migrantes continúan cruzando nuestro país para lograr su cometido, el éxito de alcanzar el sueño americano está en el aire.

Mientras tanto, los tenemos en casa, muchos de ellos quizás decidan vivir aquí, brindemos un plan de apoyo a los migrantes que se extienda más allá de sólo ofrecerles condiciones en los estados, tanto de la frontera norte como la frontera sur, pero de igual forma y muy importante, no olvidemos que a nuestro alrededor hay mucho por hacer y mucho por cambiar.