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Vallejo-I, rescate urbano-industrial

Opinión del experto nacional

Opinión del experto nacional

Por Fadlala Akabani

Fundada en la tercera década del siglo XX, la de Vallejo fue la primera zona industrial diseñada con tal propósito en América Latina y para la cual la Ciudad de México destinó 50 hectáreas al norponiente, en lo que, para ese entonces, eran terrenos agrícolas de la antigua Hacienda de Vallejo.

Para consolidar la vocación de la zona y protegerla de la expansión urbana de la ciudad, fue expedido un decreto presidencial por Manuel Ávila Camacho para el fomento de la actividad industrial y el empleo de calidad, declarándose zona industrial en 1946.

Un cambio drástico en el antiguo paisaje de terrenos ejidales por el de una cada vez más moderna zona industrial vino en 1946, con la inauguración de la Refinería 18 de Marzo, ampliación y modernización de la primera refinería de la ciudad construida en 1933 por la compañía El Águila, de capital inglés, y que llegó a concentrar el 50% de la actividad petrolera en el país.

La construcción de los almacenes de Ceylán y la aduana o puerto terrestre de Pantaco, realizada hacia 1953, dieron ventaja logística y conexión nacional e internacional de la producción industrial en la Ciudad de México, convirtiendo a la de Vallejo en una de las zonas industriales mejor conectadas en el país.

La fase de mayor expansión y crecimiento económico fueron los años 70, donde llegó a concentrar más de 800 establecimientos y 71 de las 500 empresas más importantes a nivel nacional operaban desde la Zona Industrial Vallejo. Para 1970, la zona norte de la Ciudad de México generaba casi el 12% del producto manufacturero a nivel nacional y alrededor de 50 mil empleos.

Hacia finales de los años 80, la imposición en México de políticas neoliberales causó una desindustrialización progresiva, tanto en el orden público como privado; la Refinería 18 de Marzo dejó de operar definitiva e irónicamente el 18 de marzo (aniversario de la expropiación petrolera) de 1991.

La industria petrolera mexicana fue, poco a poco, degradada al papel de un mero extractor de un recurso no renovable, para su procesamiento industrial en otro país y comprarlo como producto manufacturado, gasolina. Por su parte, la fuerza productiva nacional fue orientada a la maquila de productos de industrias transnacionales como la automotriz; abriendo una disputa entre los estados por atraer plantas de producción, flexibilizando sus normativas ambientales y de ordenamiento territorial.

El surgimiento de infraestructura urbana como la unidad habitacional El Rosario, las líneas 6 y 7 del Metro de la Ciudad de México, inauguradas en 1985, 1986 y 1988, respectivamente; y más recientemente El Parque Bicentenario (2010), que se ubica en el predio de la otrora refinería, han reconfigurado la dinámica socioespacial de Vallejo, surgiendo fenómenos como gentrificación y la especulación inmobiliaria, misma que fue alentada por la anterior administración, cuando Miguel Mancera intentó cambiar el uso de suelo, prendiendo las alertas de la Asociación Industrial Vallejo, que advirtió el peligro que supondría hacerlo con miras a la desindustrialización de la zona, lo que generaría pérdidas de empleos y productividad.

En el marco de la Cuarta Transformación, que entiende la actividad industrial como un sector estratégico, el Gobierno de la Ciudad de México emprende una inversión histórica de 1000 millones de pesos para regenerar la vocación industrial de Vallejo y proyectarlo como un clúster de innovación que integre industria, servicios, comercio, vivienda y espacio público en un entorno seguro y habitable, atractivo para la inversión.

Cabe señalar que el Programa Parcial de Desarrollo Urbano de Vallejo será sometido a consulta entre julio y septiembre del año en curso. Este plan contempla la mejora de la infraestructura urbana y ordenamiento territorial para dar mayor eficiencia al centro logístico que abastece a 28 millones de personas en la Zona Metropolitana del Valle de México.

El camino a la recuperación económica tras la pandemia será menos complejo si nos enfocamos en crear las oportunidades para generar economías basadas en el conocimiento, así como la importancia de centrar el talento de las fuerzas productivas en problemas complejos que integren sectores esenciales.

El proyecto Vallejo-I comprende la creación del Centro de Desarrollo e Innovación Tecnológica, una alianza de centros privados y públicos de investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) que aproveche el talento y capacidad científica existente para dar soluciones a los problemas que plantea el mundo poscoronavirus. Serán tecnología e innovación los puentes para el crecimiento de la participación industrial en Vallejo, que comporta 139 mil empleos y un 8% de la riqueza y generada en la Ciudad de México.

 

Vallejo-I implica la ruta de futuro trazada por Claudia Sheinbaum para la viabilidad de la Ciudad de México a partir de la regeneración urbano-industrial de una zona tradicionalmente productiva en favor de su mejoramiento para la generación de una industria más compleja y empleos de mejor calidad, constituyendo un referente de zona industrial sostenible y resiliente.

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