Todos somos Cáncer Warriors

Por Fernando Aguirre Ramírez 

        A Luisito, ¡guerrero de los buenos!

Considero que no sólo ustedes, sino la gran mayoría hemos tenido alguna experiencia cercana con esta enfermedad, la cual, aparte de arrebatarle la salud a quien la padece, sumerge a la familia en un impase emocional y conlleva enfrentar un sin fin de problemáticas. 

Si el cáncer en un adulto es terrible, ¿cómo podemos describirla en un infante? En este instante, un padre de familia con un menor que padece cáncer está en riesgo de perder su empleo.

Y, desafortunadamente, es así porque siendo menores de edad, éstos requieren ser acompañados por sus padres o tutores en su proceso clínico de quimioterapias y/o radiaciones, además de otros cuidados, y por consiguiente, el ausentismo laboral involuntario de los progenitores pone en riesgo sus trabajos.

Con casos documentados de esta problemática que afecta a casi 23 mil familias en nuestro país, la Fundación Cáncer Warriors, presentó una iniciativa de reforma legal para proporcionar licencias laborales y subsidios económicos a padres de menores diagnosticados con cáncer.

La propuesta, que fue bien recibida, acompañada, presentada y aprobada con 87 votos a favor, 0 en contra y 0 abstenciones, por un grupo amplio de senadores de todos los partidos de la pasada LXIII Legislatura del Senado de la República, se encuentra, desde finales de abril, en el atolladero de la Cámara de Diputados.

Kenji López, fundador de Cáncer Warriors, no cede en los innumerables intentos. Y no será así, porque acompañado de un grupo deportivo Los Socios del Ritmo, de voluntarios, ONG dedicadas a la lucha contra el cáncer infantil, padres de familia con menores que padecen esta enfermedad y más de 275 mil firmas que apoyan esta causa, a través de change.org., siguen siendo su aliciente para ver realizada esta causa que no busca sino el bien común.

“Si gastamos en otras cosas, por qué no en algo que ayude realmente a la sociedad”, declaró en su momento el exsenador Ernesto Cordero, al conocer de la causa e impulsarla desde el Senado. Es cierto, se dispensa el dinero público en cosas innecesarias y no sólo eso, desde la clase política veces se muestra un desdén a este tipo de iniciativas por no considerarlas primordiales y mantienen en la congeladora por tiempo indefinido.

¿Qué se necesita para aprobarla? No se requiere más que voluntad de nuestros legisladores. ¿Quién se va negar a ello? Nadie en su justa razón ¿Acaso es necesario que el cáncer toque a las puertas de la casa de nuestros políticos para que se sensibilicen?

Recientemente, la Fundación Cáncer Warriors fue la única ONG mexicana que participó en el Congreso Mundial contra el Cáncer, en Malasia. Ahí, Dina Mired, Princesa de Jordania y Presidenta de la Unión Internacional Contra el Cáncer (UICC), hizo un reconocimiento y externó su apoyo a la iniciativa que encabeza la Fundación, en México. Para ser oídos en nuestro país, ¿Se necesita buscar el respaldo internacional?

Foros, volanteo, concientización, interminables citas, cabildeo, etc., las acciones no cesarán para concretar este apoyo que beneficiará a miles de familias. Estoy seguro que los legisladores sabrán darle una justa dimensión a esta causa noble. Kenji no está solo en este andar, #TODOSSOMOSCÁNCERWARRIORS.

Únete a esta causa, firma la petición en change.org.