Logo de Excélsior                                                        

Ley Eléctrica, el sano equilibrio entre lo público y lo privado

Opinión del experto nacional

Opinión del experto nacional

Por Alejandro Armenta

La suspensión provisional otorgada por un juez contra la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica muestra dos concepciones del desarrollo económico del país, teniendo como punto de partida el fortalecimiento o supeditación de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) como empresa pública.

La iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador para regresar prioridad a la CFE en el despacho de la energía eléctrica no ha gustado a las empresas generadoras privadas, las cuales, tras años de contratos preferentes, ahora ven el riesgo de reducir ingresos participando en un mercado balanceado y, por ello, han solicitado los juicios de amparo.

La reforma a la LIE fue aprobada por ambas cámaras legislativas, sin violación a norma alguna, por lo que el juez debe corregir su enfoque inicial. La norma radica en la defensa de la soberanía, no elimina la participación privada, busca el sano equilibrio con el sector público y, para ello, modifica el despacho de la energía, que tenía preferencia para las empresas privadas.

Se legisló para que las centrales de la CFE sean las primeras en entregar energía eléctrica, evitando la intermitencia que se da en la generación que hacen las empresas privadas. En suma, se aprobó por mayoría y en un proceso legal que dicha empresa pública recupere el lugar que tenía antes de la reforma de 2013.

En aquel entonces, como parte de la política entreguista, se le obligó a la CFE a comprar energía a los privados mediante esquemas de dependencia, que han provocado un daño económico acumulado por más de 412 mil 410 millones de pesos, de acuerdo con cifras del gobierno federal.

También, resultado de la reforma de 2013, se ejecutó una fragmentación legal de la CFE, en cinco Empresas Productivas Subsidiarias propias y se crearon entes independientes que tenían que competir entre sí. Además, se dejaron de construir nuevas centrales de generación de la CFE y se abandonaron las centrales existentes, sin aumentar la inversión y sin darles mantenimiento.

La ley recién aprobada está correlacionada con el artículo 25 constitucional, que establece con claridad que corresponde al Estado la rectoría del desarrollo nacional y, por ello, tiene a su cargo la planeación, conducción y coordinación de la actividad económica nacional.

En el análisis de la iniciativa, el senador Ricardo Monreal Ávila, coordinador del Grupo Parlamentario de Morena, trajo a la memoria que desde el 2013 se cuestionó el alcance de la reforma, porque privatizaba y desmantelaba la prestación de este servicio público. Desafortunadamente, así fue.

En la confrontación de narrativas se ha dicho, en forma infundada, que la ley elimina la generación de energía limpia, lo cual es falso. Lo que en realidad ocurre es que se establece un orden de prioridad a nucleoeléctricas, geotérmicas, hidroeléctricas y termoeléctricas de la CFE.

 

El debate y votación por 68 votos a favor y 58 en contra, es el resultado de un proceso institucional que reconceptualiza la Ley de la Industria Eléctrica, privilegiando energías limpias, fortaleciendo la soberanía energética de México y garantizando la rentabilidad de la CFE.

Comparte en Redes Sociales