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La legalización y el debate

Opinión del experto nacional

Opinión del experto nacional

Por Azul Etcheverry*

 

Esta semana, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolvió inconstitucional la prohibición para el consumo lúdico y recreativo de la mariguana. Con ello, se podrán autorizar actividades vinculadas al autoconsumo y sus consideraciones en cosecha, cultivo, transporte y preparación, entre otros factores.

Se trata de una decisión histórica que viene de un antecedente reciente de jurisprudencia en el tema, que va de la mano del debate público respecto a la legalización y comercialización de sustancias en el país. La interpretación jurídica que se le ha dado al asunto desde la SCJN va en virtud del derecho a la dignidad y libertad, en particular al libre desarrollo de la personalidad, con lo que se declararon inconstitucionales artículos de la Ley General de Salud, que prohibía el uso lúdico de la mariguana.

Más allá de estar de acuerdo o no con la legalización de su consumo, se trata del reconocimiento al derecho individual para ejercer en pro de la dignidad humana, como una más de las libertades que se tienen en otros temas relacionados con la individualidad y diversidad. Si bien la decisión de la Corte obliga al Congreso nuevamente a legislar sobre esto, es necesario distinguir que se trata de un rubro que debe estar sujeto a regulación, como cualquier otro bien. Aún están pendientes aspectos como la cadena productiva de suministro, distribución y las variables de comercialización.

Con lo anterior, se debe abordar el problema que existe en México con el narcotráfico y el crimen organizado, en donde, por desgracia, no ha habido avances significativos que propicien una regulación de dicho mercado. Esta declaratoria de anticonstitucionalidad no aborda el control de la violencia vinculada con el combate al crimen organizado.

Ahora bien, es importante contextualizar el momento coyuntural en el que no sólo se da este paso en la corte, sino del debate mismo sobre el consumo de drogas en el mundo y las implicaciones socioeconómicas que se han registrado en los lugares donde ya se comercializa esta sustancia con fines recreativos, medicinal e industrial. En México, como uno de los principales productores de esta sustancia, no se han propiciado las condiciones que cimienten una industria de esta índole bajo la supervisión del Estado, que genere empleos, desarrollo y bienestar. En ese escenario, paradójicamente, nuestro país corre el riesgo de convertirse próximamente en un actor importador, más no exportador, de mariguana.

En el contexto político, también se trata de una decisión significativa, con el antecedente de que la Corte ha tenido que trabajar bajo el mandato de un presidente socialmente legitimado, que ha arremetido en contra de sus decisiones y, peor aún, en contra de su autonomía. Es a través de decisiones como ésta que la Corte busca restablecer su independencia. La legalización de la mariguana comprende perspectivas sanitarias, económicas y de seguridad nacional. Son rubros que no han sido históricamente capaces de conciliarse dentro del Estado. La ruptura de instituciones, la violencia, inseguridad y el rol prioritario que el narcotráfico tiene en la vida pública del país son pendientes que seguirán en la agenda mientras no se hagan revisiones a conciencia de las estrategias de políticas públicas que velen por la educación, economía, salud y cultura de las sociedades mexicanas.

                *Analista

 

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