En casa

Opinión del experto nacional
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Por Lucy Meza

El mundo se ha ralentizado, pero la violencia contra las mujeres no se ha detenido. Prueba de ello son las llamadas de auxilio y los feminicidios que se han suscitado durante este periodo de cuarentena, lo que demuestra que la violencia ejercida por razones de género está arraizada en el sistema.

De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), durante marzo —mes de inicio de los exhortos a quedarse en casa— el total de llamadas de emergencia relacionadas con incidentes de violencia contra las mujeres ascendió a 115,614, lo que equivale a 3,729 solicitudes de ayuda cada día. Esta cifra se divide en incidentes de violencia contra la mujer, de abuso sexual, de acoso u hostigamiento, de violación, de violencia de pareja y de violencia familiar.

Asimismo, a mediados del mes pasado, el presidente de la Comisión Nacional de Tribunales Superiores de Justicia (Conatrib), Rafael Guerra Álvarez, señaló, durante su participación en un foro, que el número de feminicidios superaba al de las defunciones de mujeres debido a COVID-19.

Es decir que, hasta ese momento, la violencia contra las mujeres era más letal que la pandemia que enfrentamos.

Por su parte, el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) compartió en redes sociales una serie de medidas para combatir la violencia en el hogar durante la contingencia por coronavirus. Dentro de dichas instrucciones se encuentra la denuncia al 911 en caso de presenciar, directa o indirectamente, algún caso de violencia en casa; ofrecer ayuda a amigas o familiares y demostrar nuestro apoyo y solidaridad en caso de conocer a alguna mujer que sea víctima de violencia, compartiendo con ella información de utilidad para que pueda enfrentar, de manera efectiva, esta situación.

 

 

Ante esta problemática no debemos bajar la guardia. La lucha debe continuar y debemos mantenernos alerta, alzando la voz en contra de este problema que encuentra su base en un machismo sistematizado, normalizado y, por lo tanto, invisibilizado.

Las puertas de la casa dejan fuera a los virus, pero, a su vez, mantienen dentro y muy cerca a los principales agresores de miles de mexicanas.

La violencia por razones de género se ha adaptado y, en algunos casos, agudizado a partir de las circunstancias particulares de nuestro contexto.

En el primer trimestre del presente año se registraron 244 presuntas víctimas de feminicidio: 74 en enero, 92 en febrero y 78 en marzo, cifra superior a la del mismo periodo del año anterior. Y la culpa no fue suya ni dónde estaban ni cómo vestían. La culpa es de quienes hacen uso de una posición de privilegio natal para reproducir conductas de violencia, las cuales pueden culminar en el asesinato de miles de mujeres, por el simple hecho de serlo.

 

                @LuciaMezaGzm

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